domingo, 29 de agosto de 2004

REFERENDO REVOCATORIO 2004: CARTA A JIMMY CARTER

Respetado Presidente Carter:
Quiero empezar por agradecerle a usted y a su equipo, dentro y fuera de Venezuela, el esfuerzo hecho por lograr para nuestro país una salida constitucional, pacífica, democrática y electoral a la crisis política. De hecho el Centro Carter y usted mismo contribuyeron con su esfuerzo, acompañados por representantes de la OEA, que el Reafirmazo no se convirtiera -por las artimañas del CNE- en un proceso perdido. Que se respetaran los resultados favorables a la oposición durante el proceso de “Reparos”, lo que permitió la convocatoria constitucional a un Referendo Revocatorio (RR) del presidente Chávez.
Dicho lo anterior, creo mi deber cuestionar la decisión de la OEA y el Centro Carter de validar los resultados dados oficialmente por el CNE sobre el RR.
Lo primero a considerar, dada la historia del proceso, es que la oposición tiene razones mas que suficientes para no confiar en la objetividad e imparcialidad del CNE. Eso lo ha reconocido el Secretario General de la OEA, Dr. César Gaviria, y estoy seguro que Vd. también. El CNE demostró –una y otra vez- una clara inclinación hacia la posición oficialista, representada ésta por la presencia en un directorio de 5 miembros, de tres rectores entre los cuales su presidente, quien se suponía consignaría en las discrepancias del cuerpo el voto decisivo, de acuerdo a un concienzudo análisis y sano criterio, jamás –óigase bien- jamás acompañó con su voto a los dos rectores que favorecen la posición oposicionista. Con esa ventaja “legal” de tres votos contra dos en el directorio, el CNE, entre otras acciones, decidió:
  • Que el RR fuera automatizado.
  • Comprar unas máquinas electorales sin licitación, sin que hubiesen sido probadas previamente en elección alguna. (Las máquinas fueron adquiridas originalmente para cubrir las elecciones regionales y hubo que reprogramarlas para adaptarlas a los requisitos del RR).
  • Durante la ruta a los Reparos, se cometieron una serie de irregularidades. La más visible fue la creación de la figura de las llamadas firmas “planas”, criticadas abiertamente por el propio Centro Carter.
En preparación para el RR luego de ganar -pese al ventajismo oficial- el proceso de Reparos, el CNE tomó -entre otras- las siguientes decisiones con claro sesgo oficialista:
* Manipuló selectivamente el Registro Electoral Permanente (REP), mudando a ciudadanos de su sitio de votación a otras regiones incluyendo –en algunos casos- hasta ciudades en el exterior. Eliminó a personas legalmente inscritas. Permitió –sin protesta- que el gobierno cedulara y nacionalizara a nuevos ciudadanos a quienes inscribió en el REP sin comprobación previa de identidad y procedencia.
* Días antes del proceso, sustituyó a miembros de la oposición en las mesas electorales. Despidió a muchos de sus funcionarios de reconocida competencia profesional. Sustituyó a funcionarios electorales en las regiones y municipios. A todos los reemplazó con personas afectas al oficialismo.
* Adquirió sorpresivamente y sin el conocimiento de los dos rectores de la oposición, unas máquinas, popularmente denominadas “cazahuellas” con el supuesto propósito de evitar que algún elector votara más de una vez. A pesar de las múltiples advertencias públicas que le hizo la oposición al directorio sobre su inutilidad, poca funcionalidad y lentitud, la fracción oficialista del directorio insistió en utilizarlas sólo para tener que suspender su funcionamiento en pleno proceso referendario por las demoras que causó, lo cual resultó que en una gran mayoría de los casos, el elector tuviera que esperar hasta 10 horas en un centro electoral para poder votar.
* Dado lo anterior y mucho más, una minoría opositora mantuvo la tesis que bajo las circunstancias desventajosas de este escenario, no se debería acudir al RR. Sin embargo, la mayoría decidió acudir al RR por dos razones fundamentales: 1) La convicción que la oposición tenía la mayoría y que ganaría en unas elecciones sin fraude. 2) Que para evitar el fraude electrónico en un proceso no probado aun, había que tomar ciertas precauciones que deberían ser incluidas como normas de obligatorio cumplimiento en el proceso. Ellas eran tres:
1) Para evitar fraude electrónico en la transmisión de datos, cada máquina electoral imprimiría un acta con los votos del “SI” y el “NO” (las dos únicas variables del proceso). De esa acta se sacarían varias copias certificadas por los testigos de las mesas y una de ellas sería para la oposición. Si la totalización de todas las actas hechas en forma electrónica en Caracas, arrojaba un total diferente al que la oposición obtendría por la suma de las actas en su poder, estaría claro que habría habido un fraude comprobable fácilmente.
2) Para evitar fraude electrónico en la impresión de las actas, es decir, si el acta no reflejara fielmente -por alteración de algún programa- los votos depositados por los ciudadanos, cada máquina producía un recibo con la palabra “SI” o “NO” impresa. Una vez que el elector comprobaba que el recibo reflejaba su intención de voto, éste se depositaba en una urna electoral cerrada y colocada al pie de la máquina electoral. Para asegurarse sobre la validez del acta bastaba, pues, abrir las urnas electorales, contar los votos “SI” y “NO” en los recibos y cotejar este resultado con el acta impresa por la máquina electoral. (Se debatió largamente sobre la conveniencia de que, una vez concluido el proceso referendario, se abrieran todas las cajas, se contaran todos los recibos y se hiciera la comparación entre los votos físicos y las actas electrónicas. Como eran más de 19 mil máquinas, para reducir la posibilidad de que, abiertas las cajas, algunas de las partes cometieran actos de sabotaje sobre esta evidencia, se acordó tomar una muestra aleatoria y representativa del universo de las máquinas. De acuerdo a nuestros estadísticos, la muestra seleccionada del 1%, vale decir de 199 máquinas, era suficientemente representativa para aceptar sus resultados).
3) Que la muestra aleatoria fuese –precisamente- eso, una muestra no manipulada cuya reglamentación debería ser acordada por la oposición y tomada en su presencia. Aquí me permito una pausa para reiterar que la oposición aceptó ir al RR con un proceso de verificación blindado contra el fraude. Ni se podían alterar, sin ser detectado el fraude, los resultados de la totalización computarizada, ni se podían cambiar en las actas el número de votos depositados en las urnas electorales sin que se descubriera el fraude en el acto del conteo manual.
Pues bien, el CNE violó las reglas del juego. No permitió que se auditaran las 199 cajas seleccionadas. Sólo se pudieron auditar 27 (una muestra insignificante). No se hizo en forma transparente la selección aleatoria, lo cual permite abrigar la suspicacia de que en la selección pueden no haberse incluido las máquinas y las urnas, en las cuales hubo fraude electrónico (cambio del resultado de las actas). Por eso, Sr. Carter, esta elección ha debido declararse viciada en la madrugada del 16/08/04. No sólo porque la oposición alegara que le “robaron” los votos sino porque el CNE, el arbitro, violó sus propias reglas y las condiciones bajo las cuales la oposición había convenido concurrir al RR. Creo que es una regla universalmente aceptada que, en toda competencia, si se violan las reglas del juego que garantizan y validan su pureza, el proceso queda descalificado y sus resultados son inaceptables para la parte que vio afectados sus derechos. Este principio se aplica no sólo en elecciones, sino a cualquier evento político, civil o deportivo. Si en competencias deportivas a un atleta se le comprueba haber tomado drogas expresamente prohibidas, se le descalifica y se le retira cualquier medalla que hubiese “ganado”. Pero si se niega a someterse a las pruebas antidrogas obligatorias, también se le descalifica. El CNE –luego de haberlo acordado- se negó a someter el proceso a la única prueba definitiva sobre la validez de un mecanismo electrónico: El conteo manual –en sitio- de los votos y su comparación con los resultados electrónicos. Si el CNE hubiese cumplido con las reglas establecidas y se hubiesen auditado las 199 cajas seleccionadas y si la muestra aleatoria hubiese sido obtenida en forma transparente, seguramente el proceso referendario no estaría cuestionado y yo no hubiese escrito esta carta.
Francamente no se si la oposición logrará –ahora- “probar” su caso. Mi posición es que no hay que “probar” nada. La única prueba que se requiere a estas alturas, es decidir si se violaron o no las disposiciones y las normas criticas para el proceso, sin cuyo estricto cumplimiento los resultados no son validos... y eso está más que comprobado.
Dado lo anterior, debo confesar -con todo respeto- que me sorprendió y me sorprende la diligencia con la cual Vd. se apresuró a darle su muy importante aprobación al proceso. Pensó que una auditoria post facto, luego de perturbada la evidencia (las urnas electorales habían sido movilizadas de su sitio de origen) era suficiente para validar lo que ya estaba invalidado. El Centro Carter y la OEA, se han apresurado a declarar que el “resultado presentado por el CNE era compatible con nuestros controles”. En otras palabras, sus “controles” no incluyen la revisión del cumplimiento estricto de las reglas de juego, ni se considera importante que no se haya validado en sitio un proceso electoral electrónico mediante el único método infalible: Contar manualmente los votos físicos y compararlos con los resultados electrónicos. En este punto, me surge una pregunta importante: ¿Hubiesen Vds. avalado igualmente los resultados si no se hubiesen hecho copias de las actas por haberlo negado el CNE?. Los dos controles (copia de acta y validación manual) eran imprescindibles para poder declarar transparente el proceso y válidos los resultados.
Antes de concluir quiero hacerle algunos comentarios sobre la auditoria efectuada el 18 y el 19 de agosto por acuerdo entre el Centro Carter y el CNE.
1) El CNE se negó a recibir a los representantes de la oposición para discutir una auditoria que pudiera satisfacer sus preocupaciones sobre los resultados.
2) El Centro Carter no discutió con la oposición las condiciones bajo las cuales se celebró la auditoria. Pienso que el rol que le correspondía al Centro Carter era facilitar una reunión entre el CNE y la oposición para lograr un acuerdo para la revisión y validación del proceso, tal como se hizo en las negociaciones que condujeron al proceso de Reparos. Si la intención era “salvar” el RR, una nueva metodología para validar los resultados no podía ser “aprobada” sin el visto bueno previo de la oposición. El Centro Carter era un facilitador más no el representante de la Coordinadora Democrática ante el CNE.
3) La Coordinadora Democrática envió una comunicación oficial al CNE, fechada el 17/08/04, en la cual se delineaban las condiciones bajo las cuales se aceptaría una auditoria del proceso. El CNE a la fecha, no ha respondido.
4) De nuevo, tal como en el proceso del RR, la muestra que se tomó para efectuar la segunda auditoria, no llenaba las condiciones de transparencia que la oposición consideraba indispensables. Más aún, se produjo el hecho insólito de que para obtener la muestra aleatoria se usó el mismo programa del CNE, utilizado para tomar la muestra en el RR, que por poco transparente había sido cuestionado por la oposición. Ante esta situación, la oposición se abstuvo de estar presente en un acto, en cuya organización no tomó parte y en cuyos resultados no podía confiar.
Estos eventos mancharán por siempre a los resultados convalidados por el CNE, el Centro Carter y la OEA. No habrá forma ni manera de convencer a la ciudadanía que no hubo fraude. El CNE dio un Golpe de Estado, al anunciar los resultados sin revisar el proceso y asegurarse de que todas las normas se habían cumplido. Eso no lo hace un árbitro imparcial, pero debe exigirlo un observador si aspira a que el perdedor respete los resultados. Es de lamentar que los ciudadanos que se oponen al régimen de Chávez y acudieron al RR, se hayan quedado con la frustración de sentirse engañados y la peligrosa convicción de que ir a elecciones y respetar los procesos democráticos, como mecanismos para lograr cambios políticos en Venezuela, son gestos inútiles porque el dueño de la fuerza siempre le escamoteará los resultados.
Ruego a Dios que no sea así.

domingo, 22 de agosto de 2004

DESTINO REVOCATORIO: EPILOGO

¿PROCESO BLINDADO?

De esta etapa final del Referendo Revocatorio es importante recordar las precauciones que tomó la oposición para protegerse contra un fraude. Lo primero que se dijo, y está escrito en mis columnas semanales, es que nadie podía garantizar que no hubiera trampa pero, lo que si podíamos asegurar con bastante certeza es que la trampa sería detectada. No voy a repetir los detalles de las auditorias perfectas o imperfectas, los análisis que se le hicieron a las máquinas electorales, a los programas y a los sistemas de trasmisión y de totalización. No importa la profundidad a la cual hubiésemos llegado, la posibilidad de fraude electrónico, no detectable a priori, siempre estará y estuvo presente. Por lo tanto si no había 100% de seguridad en la transparencia “electrónica” había que asegurar en un 100% la presencia de controles que permitieran detectar un posible fraude.

Voy a intentar describir de la manera más sencilla los distintos pasos del proceso del voto electrónico:

  • Una máquina electoral recibía mediante toque de pantalla la intención del voto del ciudadano. Solo dos opciones: SI o NO. Al final del día la maquina transmitía a un computador central los resultados de los Si y de los No e imprimía un acta con esos resultados. De esa acta se hacían varias copias. Una de las cuales era para la oposición.

  • Detengámonos por un momento en estos pasos. Siempre dije y lo sostengo que a mi no me preocupaba que la maquina hiciera trampa en la transmisión de la data a las salas de totalización porque la suma de todas las actas que totalizara el computador central no podía ser diferente a la suma de las actas físicas que teníamos en nuestro poder. Aunque este proceso no se ha auditado todavía totalmente no tengo la menor duda, por la muestra ya conocida, que no hubo trampa en esta etapa del proceso. Protegido como estaba el valor numérico del acta, había entonces que asegurar que el contenido del acta reflejara con exactitud la voluntad de los electores. Es decir, que cuando alguien pulsaba el botón “SI” la maquina almacenaba en su memoria ese “SI” y con esa información imprimía el acta. Para validar este paso la maquina emitía un recibo donde en letras impresas se reflejaba lo que el elector había pulsado. Ese recibo, verificado por el elector, se depositaba en una “urna” colocada cerca de la maquina. De manera que si se quería validar la integridad del acta bastaba con abrir la urna, contar los recibos, separarlos entre el “SI” y el “NO” y comparar este resultado con los del acta electrónica.

  • Para validar esta etapa del proceso se acordó seleccionar una muestra aleatoria de 192 máquinas, estadísticamente representativas del universo total, las cuales se someterían a un proceso de verificación manual entre los recibos y las actas electrónicas. Este conteo se haría, el mismo 15-08-04, en presencia de auditores nombrados por el CNE y como testigos, auditores nombrados por la oposición. Esto no se cumplió. La oposición apenas tuvo presencia autorizada en 27 maquinas. De las 172 restantes no se auditaron algunas y otras se auditaron sin testigos de la oposición.

  • En mi opinión esta sola omisión es suficiente para cuestionar el proceso y justifica que la oposición tenga “dudas razonables” sobre los resultados anunciados por el CNE. Además, los “exit polls” (encuestas de electores a la salida de los centros) nacionales y extranjeros, daban ganadora a la oposición y en 250 centros un “conteo rápido” de los resultados de las actas, no coincidió con los resultados de los “exit polls” realizados en esos mismos centros. Es importante reiterar que si hubo manipulación de resultados no debe haber sido en la totalización de las actas puesto que al hacerles el “conteo rápido” salió ganador el “NO” y esto coincide con la totalización hecha por el computador central. Quedaba entonces, como hemos dicho, por verificar si las actas reflejaban lo que el elector había decidido.

Lamentablemente esa verificación que no se hizo le negó a los electores, el único instrumento, manual y visual, sencillo e incontestable para comprobar que el acta reflejaba el número de votos que físicamente estaban depositados en las urnas. La conclusión es que la oposición tomó todas las precauciones del caso pero el CNE impidió que se auditara el paso más importante para validar el proceso, con las urnas en sitio y su contenido sin contaminación por manos extrañas. En un intento por reparar el daño el Centro Carter sugirió la realización de otra auditoria que se llevó a cabo el jueves 19 de agosto. La oposición no asistió por varias razones. Entre ellas:

  • El CNE se negó a discutir cara a cara con la oposición la metodología para llevar a cabo la nueva auditoria.

  • La Coordinadora Democrática estableció por escrito, en comunicación dirigida al CNE el martes 17 de agosto, las condiciones bajo las cuales asistiría a la auditoria. El CNE no respondió.

  • El CNE se dirigió por fax (recibido a las 5.47pm) a la Coordinadora el 18-08-04 informando que “el sorteo de las mesas” a ser auditadas se realizaría ese mismo día a las 6pm (13 minutos después de recibida la comunicación).

  • El mismo día 18-08-04 el CNE envió otro fax a la Coordinadora Democrática, recibida a las 6.10pm estableciendo “el procedimiento a seguir en el proceso de auditoria”, al día siguiente a las 8 am, sin definir la metodología para la toma de la muestra. Es decir: 1. La auditoria se hizo sin discutir con nosotros, los presuntos agraviados, las condiciones bajo las cuales podía satisfacer nuestras dudas. 2. El ente auditado, el CNE, no era quien debía poner las condiciones de la auditoria. 3. El Centro Carter, a quien le agradecemos sus gestiones, tampoco estableció previamente con nosotros las condiciones para acudir a la nueva auditoria.

  • La muestra que pretende representar al universo de donde fue extraída tiene que ser confiable. Para ello las partes deberían conocer el procedimiento a ser empleado y estar de acuerdo con el mismo. No fue el caso ni en la fallida verificación original ni en la segunda auditoria.

  • El material auditado, en este caso los recibos contenidos en las urnas electorales, debe ser confiable. El día del Referendo Revocatorio las urnas estaban en los centros y, por lo tanto, su contenido no estaba contaminado. No así una vez recogidas las urnas y trasladadas a otros sitios. Es posible que el contenido de las cajas fuese adulterado por “manos extrañas”. Hay dudas razonables sobre el valor de esta última auditoria si cuestionamos el método de obtener la muestra, la pureza del contenido de las urnas electorales una vez removidas de los centros y la no realización de la verificación acordada durante el acto del Referendo Revocatorio.

Siempre trato de reducir los problemas complejos a sus componentes más simples. Acepto que las maquinas son vulnerables. Que las actas pueden ser impresas con resultados diferentes a los votos realmente consignados. Pero de ser este el caso, ¿cómo se las ingeniaron para que el contenido de más de 19.000 cajas coincida con las actas? ¿o para asegurarse que las muestras tomadas en forma supuestamente aleatoria fueran solo de cajas no contaminadas?. No se ha hecho un conteo de todas las cajas pero el presidente de Smarmatic ha ofrecido abrir las que se le indiquen. ¿Lo aprobará el CNE? Todo para mí se reduce entonces, más allá de teorías sobre la vulnerabilidad de sistemas que cambian resultados, a la verificación y conteo, sin limitaciones, de los recibos en las urnas. Sugiero varias acciones inmediatas (unas u otras):

1. Verificar el contenido de todas las cajas.

2. Una selección a dedo de las mesas donde la oposición piensa que no ha podido perder y perdió. Abrir las cajas correspondientes, contar las papeletas y comparar con el acta impresa por la maquina.

3. Hacerle una experticia a las papeletas y a las cajas que se abran, tipo forense, para tratar de determinar si contienen las mismas papeletas que se depositaron el día del Referendo Revocatorio, si las cajas han sido o no manipuladas y si las firmas de los testigos sobre los precintos de las cajas no han sido adulteradas.

4. Seleccionar mesas de pocos electores y repetir la elección en forma manual.

Todo lo anterior se podrá adelantar una vez que se verifique que estas acciones no comprometan nuestro derecho legal de impugnar formalmente los resultados del Referendo. Mientras tanto hay que continuar analizando otras irregularidades detectadas en el proceso, así como “coincidencias” numéricas de los resultados que pudieran no ser explicables matemáticamente.

UNA REFLEXION FINAL

Todos nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a comprobar el presunto fraude. Pero estemos claros. El fraude que no tiene discusión es el del ventajismo oficial. Las normas violadas. Los gastos obscenos del gobierno en campañas y en misiones, muchas de las cuales no son sino dádivas disfrazadas de programas. Un CNE parcializado. Todo eso lo sabíamos desde el Reafirmazo y tomamos la decisión consciente de ir a los Reparos y nos salió bien. Con la misma desventaja y hasta menor diría yo, porque ahora el voto era secreto y la capacidad de intimidación al elector se reducía, se decidió acudir al Referendo Revocatorio. El dilema ahora era el mismo que el de los Reparos: ir en desventaja clara pero con posibilidades de ganar o negarse a acudir a los Reparos primero y al Referendo después. (Entendiendo que de no haber acudido a los reparos no hubiésemos llegado a un Referendo). Los que ahora quieren aparecer como nuevos iluminados porque la vaina aparentemente salió como ellos anunciaron (fraude), jamás le dijeron a los ciudadanos que marcharon una y otra vez para que le permitieran llegar a una salida electoral, cuál era la opción si no se acudía a estos procesos.

DE HEROE A VILLANO

Abogue por ir a los Reparos y cuando ganamos algunos casi me convierten en héroe. Abogué también por ir al Referendo y pasó lo que pasó y, para algunos, soy un villano, un blandengue y hasta un vendido. No importa. Desde el comienzo dije, y está escrito, que si los Reparos y el Referendo terminaban bien no le reclamaría su equivocación a los que se opusieron y que si salían mal aguantaría el chaparrón. Así lo haré. Pero no voy a permitir, sin dar la pelea, que por pereza intelectual o por defender ambiciones personales este complejo asunto se despache por la vía cómoda de la descalificación personal (los negociadores) o institucional (la Coordinadora Democrática).

¿Y DESPUÉS QUÉ?

Hay que considerar tres escenarios:

1. “Feliz despertar”. Ganamos. Nos hicieron trampa y la descubrimos. 2. “Insomnio”. Ganamos. Nos hicieron trampa y no la descubrimos. 3. “Pesadilla”. Perdimos de verdad.

Bajo el escenario 1 (Feliz Despertar) el gobierno tendría que entregar el poder y de no hacerlo estaríamos ante un golpe de estado evidente y las posibilidades de que el régimen se mantuviera serían ínfimas.

En el escenario 2 (Insomnio) no se puede probar el fraude pero la oposición continúa convencida que ganó (la situación actual). En este escenario habrá decisiones políticas difíciles de tomar. ¿Cambiar al liderazgo por no haber sabido protegerse contra un fraude presunto pero no probado? ¿Acudir a las elecciones regionales y parlamentarias? ¿Bajo cuáles condiciones? ¿No acudir y entregarle el país por completo a Chávez? ¿Entrar de inmediato en desobediencia civil? ¿Cómo se manifiesta? ¿Cómo se sostiene?.

Escenario 3 (La Pesadilla). Aceptar, después de haber agotado todos los esfuerzos por comprobar el fraude, que este no tuvo lugar y que el chavismo, sin discusión, es mayoría en el país. La oposición tendrá que aceptar que el Referendo Revocatorio no lo perdió porque se contaron mal los votos sino porque su liderazgo no logro convencer a la gran mayoría ciudadana de dos cosas:

1) Que Chávez lo había hecho muy mal y 2) Que la oposición podía hacerlo mejor. En este escenario (La Pesadilla) los sectores que configuran la oposición tienen que repensar totalmente su estrategia política si aspiran a convertirse en mayoría política nacional.

Como se podrá apreciar es sumamente importante para el país que se aclare en definitiva si los resultados fueron o no fraudulentos. Si somos mayoría y nos robaron la elección la estrategia política para vencer al régimen es una. Pero, si no somos mayoría la estrategia política tendrá que ser muy diferente. En un caso se trata de “cobrar” lo ganado. En el otro el reto será convertirse en mayoría para no volver a perder. En este diagnóstico no nos podemos equivocar.

domingo, 15 de agosto de 2004

DESTINO: "REVOCATORIO" (x)

El 07-03-04 empecé una serie titulada “Los Dilemas del Revocatorio”. Escribí 9 artículos. El 16-05-04, inicié “La Ruta a los Reparos”. Esta serie incluyó 4 artículos. El 13-06-04, arranqué con “Destino: Revocatorio” y hoy 15-08-04, le doy fin a esta serie con la entrega Número 10. En total han sido 23 artículos que recogen semanalmente desde adentro (CNE) y desde afuera (la calle) un informe detallado, golpe a golpe, predicción a predicción, frustración a frustración y satisfacción a satisfacción las incidencias del calvario que hemos recorrido, yo diría casi estoicamente, desde marzo (lo registrado en la serie) a la fecha, para culminar hoy con el día al cual aspirábamos llegar hace ya un año.
A MANERA DE RESUMEN
  • El CNE: El Directorio del CNE fue nombrado, hay que recordarlo, por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ante la imposibilidad de la Asamblea Nacional (AN) de reunir las dos terceras partes de los votos requeridos para seleccionar a los miembros de la institución. El objetivo manifiesto era nombrar a un Directorio de 5 personas. Dos que se inclinaran hacia el oficialismo y dos hacia la oposición y un quinto, que sería el presidente del Directorio, que fuera imparcial. El fiel de la balanza. Los nombramientos de Jorge Rodríguez, Oscar Bataglini, Ezequiel Zamora, Sobella Mejías y Francisco Carrasquero, fueron saludados por el oficialismo y la oposición. La Coordinadora Democrática (CD) adoptó la estrategia de no agredir al árbitro para crear una sensación de confianza en el proceso que se avecinaba. Poco duró la luna de miel. Desde las primeras de cambio se hizo evidente que el TSJ no había nombrado un Directorio de dos a dos con su presidente votando de uno y otro lado de acuerdo a su conciencia y sus convicciones. El tres a dos del oficialismo se hizo evidente y –desde la instalación del CNE- el Dr. Carrasquero, supuesto factor de equilibrio, no ha votado ni una sola vez con los dos rectores afectos a la oposición. Es más, ha tenido iniciativas claramente favorables al oficialismo que le ha impuesto al Directorio. Es –sin duda- oficialmente el responsable de los despidos de profesionales con muchos años de experiencia, sin otra razón que la de ser “sospechosos” de simpatía hacia la oposición. En síntesis, el árbitro no ha sido imparcial. Quien haya tenido la paciencia de leer mis 23 crónicas semanales, citadas al comienzo de este trabajo, habrá podido apreciar –objetivamente- las enormes dificultades que la oposición ha tenido que superar ante un Directorio del CNE que se puso como meta entorpecer el proceso desde la recolección de firmas, pasando por los reparos, hasta llegar al día de hoy, cuando al fin se celebrará el Referendo Revocatorio del Presidente de la República.
  • En esta última parte del proceso iniciado el 13-06-04, la oposición ha tenido que luchar –paso a paso- para que todos los ingredientes del RR no sean tan negativos para su causa. Es importante señalar que los negociadores ante el CNE de la CD (Felipe Mújica, Enrique Naime, Nelson Rampersad y Alberto Quirós Corradi) no pueden exhibir “logros” dentro de su gestión. Lo que si han hecho es impedir que no se le cercenara totalmente a la oposición derechos que deberían haber podido ejercer de manera automática. En esta injusta y difícil tarea hemos hecho -hasta donde pudimos- una operación de “Control de Daños” (“Damage Control”). Cierto es que logramos que los daños fuesen menores de lo que habrían sido sin nuestra presencia. Pero al final, la oposición se quedó con bastante menos de aquello a lo cual tenía derecho. Esta realidad establece objetivamente la clara parcialidad del CNE. Veamos algunos ejemplos:
  • Registro Electoral Permanente (REP): Habiéndose demostrado durante el Reafirmazo y los Reparos que la Gerencia de Informática del CNE era totalmente incapaz de producir bases de datos confiables, la mayoría oficialista del Directorio mantuvo al gerente y continuó despidiendo a profesionales de mucha experiencia, sustituyéndolos por “amigos de la causa”. Así el REP para el RR estuvo plagado de errores. La base de datos no la conoció la oposición sino una semana antes del 15-08-04. Hubo que imprimir cuadernos suplementarios para incluir a aquellos ciudadanos que habían sido o excluidos o reubicados, sin su autorización, de sus centros de votación normales a veces hasta a otros países. La presión de la oposición redujo el daño a dimensiones menores de las originales. Pero el REP perfecto, al cual los ciudadanos tenían derecho a aspirar, no se logró y no hay otro responsable que la mayoría oficialista del CNE. (Ni siquiera mencionaremos aquí la mala intención, aunque los movimientos y omisiones estuvieron claramente concentrados en regiones con gobiernos de la oposición).
  • Cuadernos Electorales: Como el REP se atrasó, los cuadernos no fueron impresos sino hasta última hora. Esto impidió que la oposición –como era su derecho- pudiera auditarlos mediante muestreo aleatorio, cotejando la información del REP con la del cuaderno. Al final, se pudo hacer -esta misma semana- una auditoria apresurada. Los resultados han sido satisfactorios aunque la auditoria no fue completa.
  • Representantes en las Mesas Electorales: Pese haber llegado a un acuerdo con el CNE, en el sentido de que no se sustituyeran los miembros de mesa ya seleccionados por sorteo de acuerdo a la normativa vigente, las delegaciones regionales con plena autorización de su mayoría en el CNE, han sustituido por chavistas a numerosos miembros de la oposición en las mesas electorales. De nuevo pudimos frenar –parcialmente- la maniobra pero -sin duda- la oposición quedó con menos representantes de los que tenía originalmente.
  • Máquinas Electorales: Fueron adquiridas sin licitación y sin un estudio de factibilidad. Su operatividad se fue conociendo sobre la marcha. No fue sino en los últimos días del proceso, cuando se nos permitió efectuar las auditorias las cuales culminaron este viernes 13-08-04. Nuestra conclusión es que las maquinas deben cumplir su cometido satisfactoriamente, aunque hubiese sido lógico que esta conclusión, de haberse realizado las auditorias a tiempo, las hubiéramos podido hacer pública para incrementar la tranquilidad ciudadana.
  • Máquinas Cazahuellas: También fueron aprobadas sin licitación, sin estudio de factibilidad, sin análisis costo-beneficio y sin el conocimiento de los rectores Mejías y Zamora, quienes ignoraban que se estuvieran haciendo diligencias en el exterior para su adquisición, hasta que se presentó en el Directorio –para su aprobación- la compra de estos instrumentos, como un hecho cumplido. Hasta el día de hoy, no creemos ni en la confiabilidad de sus resultados, ni en el tiempo –supuestamente insignificante- que se requiere para obtener la verificación o no de las huellas dactilares del elector. De nuevo, un estorbo al proceso que puede causar un problema de orden público si se rechaza sin razón a algún elector o si se interrumpe significativamente la fluidez del proceso, aumentando el tiempo de espera de los ciudadanos.
  • Plan de Contingencia: El rector Carrasquero había sugerido suspender el proceso en aquellas mesas donde las maquinas electorales no funcionaran y no pudieran ser sustituidas. Al final, privó la sensatez y, en estos casos, se pasará a votar en forma manual. Pero, Carrasquero no quiso asimilar un cambio de posición sin inventar un nuevo obstáculo. Decidió, con sus dos compañeros de ruta en el Directorio, que solo se imprimirían boletas electorales manuales para atender al 20% de los posibles electores. Es decir, que si fallara el 20% de las maquinas, habría que paralizar el proceso del RR. Esto probablemente no suceda, pero demuestra que los rectores oficialistas cuando tienen que escoger entre la precaución y el capricho, se inclinan por el capricho sobre todo si éste se presta para obstaculizar el normal desempeño del RR.
  • Verificación de Resultados: El jueves 12-08-04, a las 8:00 p.m. se aprobó el mecanismo de auditoria que se empleará mediante una muestra aleatoria del 1% de las maquinas (197 maquinas) para verificar si el número de “recibos” que se emiten y depositan en una urna electoral se corresponde con el número total de los SI y NO emitidos por la máquina. (No está claro si el procedimiento para tomar la muestra del 1% de las máquinas es verdaderamente aleatorio o si serán “seleccionadas” por la Junta Electoral. Es imprescindible que este proceso sea transparente). La auditoria incluirá además una revisión del software de la maquina y del “listin” que imprime con un número de código asignado aleatoriamente a cada recibo, a fin de comprobar que los recibos que se revisan son -en efecto- los emitidos por la máquina auditada. No vale la pena hacer mayores comentarios. La decisión fue demorada hasta el punto cuando ya cualquier observación que quisiera hacer la oposición no tendría tiempo para ser procesada. Si los “recibos” físicos y la información computarizada de la máquina no coincide, la información se le pasará a una Comisión de Auditoria la cual presuntamente resolverá (¿?) aunque no se aclara sobre qué base. Es decir, pareciera que la auditoria está clara en su mecánica, pero deja sin definir sus consecuencias si hubiese discrepancias entre lo físico y lo computarizado.
  • Instructivo de Totalización: En general, aunque no se tomaron en cuenta nuestras sugerencias, el instructivo es aceptable salvo por el hecho de que se ha introducido un proceso de verificación manual de todas las actas físicas con la información electrónica recibida ya totalizada. Esto es innecesario, dado que mediante una muestra ya se habrá verificado la validez de las actas al cotejarlas con los “recibos” emitidos por las maquinas electrónicas que se seleccionen. Verificar en Caracas todas las actas no es sino un mecanismo para atrasar peligrosamente el anuncio oficial de los resultados finales por parte del CNE.
  • CONCLUSIONES

Si nos atenemos a las declaraciones públicas de los actores, gobierno y oposición, la jornada de hoy debe realizarse sin mayores problemas. El Presidente de la República ha jurado entregar el mando, hoy mismo, si perdiera el RR. La oposición ha dicho que respetaría un resultado negativo si este fuese avalado por los observadores internacionales. Como es muy difícil un fraude, los únicos inconvenientes que pudieran presentarse serían las demoras causadas por el uso de las “cazahuellas”, por errores en los cuadernos electorales no detectados con anticipación o por atrasos injustificados en el anuncio de los resultados por parte del CNE.

Como esos resultados serán ya del conocimiento público el atraso oficial no haría sino contribuir a un clima de indefinición y de posible violencia, amén de que el presidente de la República continuaría en ejercicio aun después de que se sepa revocado extraoficialmente. Pero seamos optimistas, gobierno y oposición, en el día de hoy. Acudamos todos a votar y preparémonos para vivir en un país diferente a partir de mañana 16 de agosto. Sin exclusiones. Sin odio. Sin rencores. Unidos en un solo esfuerzo por crear un país mejor. Por lo menos con este objetivo podemos coincidir todos los venezolanos.

¡Suerte Venezuela!