domingo, 22 de agosto de 2004

DESTINO REVOCATORIO: EPILOGO

¿PROCESO BLINDADO?

De esta etapa final del Referendo Revocatorio es importante recordar las precauciones que tomó la oposición para protegerse contra un fraude. Lo primero que se dijo, y está escrito en mis columnas semanales, es que nadie podía garantizar que no hubiera trampa pero, lo que si podíamos asegurar con bastante certeza es que la trampa sería detectada. No voy a repetir los detalles de las auditorias perfectas o imperfectas, los análisis que se le hicieron a las máquinas electorales, a los programas y a los sistemas de trasmisión y de totalización. No importa la profundidad a la cual hubiésemos llegado, la posibilidad de fraude electrónico, no detectable a priori, siempre estará y estuvo presente. Por lo tanto si no había 100% de seguridad en la transparencia “electrónica” había que asegurar en un 100% la presencia de controles que permitieran detectar un posible fraude.

Voy a intentar describir de la manera más sencilla los distintos pasos del proceso del voto electrónico:

  • Una máquina electoral recibía mediante toque de pantalla la intención del voto del ciudadano. Solo dos opciones: SI o NO. Al final del día la maquina transmitía a un computador central los resultados de los Si y de los No e imprimía un acta con esos resultados. De esa acta se hacían varias copias. Una de las cuales era para la oposición.

  • Detengámonos por un momento en estos pasos. Siempre dije y lo sostengo que a mi no me preocupaba que la maquina hiciera trampa en la transmisión de la data a las salas de totalización porque la suma de todas las actas que totalizara el computador central no podía ser diferente a la suma de las actas físicas que teníamos en nuestro poder. Aunque este proceso no se ha auditado todavía totalmente no tengo la menor duda, por la muestra ya conocida, que no hubo trampa en esta etapa del proceso. Protegido como estaba el valor numérico del acta, había entonces que asegurar que el contenido del acta reflejara con exactitud la voluntad de los electores. Es decir, que cuando alguien pulsaba el botón “SI” la maquina almacenaba en su memoria ese “SI” y con esa información imprimía el acta. Para validar este paso la maquina emitía un recibo donde en letras impresas se reflejaba lo que el elector había pulsado. Ese recibo, verificado por el elector, se depositaba en una “urna” colocada cerca de la maquina. De manera que si se quería validar la integridad del acta bastaba con abrir la urna, contar los recibos, separarlos entre el “SI” y el “NO” y comparar este resultado con los del acta electrónica.

  • Para validar esta etapa del proceso se acordó seleccionar una muestra aleatoria de 192 máquinas, estadísticamente representativas del universo total, las cuales se someterían a un proceso de verificación manual entre los recibos y las actas electrónicas. Este conteo se haría, el mismo 15-08-04, en presencia de auditores nombrados por el CNE y como testigos, auditores nombrados por la oposición. Esto no se cumplió. La oposición apenas tuvo presencia autorizada en 27 maquinas. De las 172 restantes no se auditaron algunas y otras se auditaron sin testigos de la oposición.

  • En mi opinión esta sola omisión es suficiente para cuestionar el proceso y justifica que la oposición tenga “dudas razonables” sobre los resultados anunciados por el CNE. Además, los “exit polls” (encuestas de electores a la salida de los centros) nacionales y extranjeros, daban ganadora a la oposición y en 250 centros un “conteo rápido” de los resultados de las actas, no coincidió con los resultados de los “exit polls” realizados en esos mismos centros. Es importante reiterar que si hubo manipulación de resultados no debe haber sido en la totalización de las actas puesto que al hacerles el “conteo rápido” salió ganador el “NO” y esto coincide con la totalización hecha por el computador central. Quedaba entonces, como hemos dicho, por verificar si las actas reflejaban lo que el elector había decidido.

Lamentablemente esa verificación que no se hizo le negó a los electores, el único instrumento, manual y visual, sencillo e incontestable para comprobar que el acta reflejaba el número de votos que físicamente estaban depositados en las urnas. La conclusión es que la oposición tomó todas las precauciones del caso pero el CNE impidió que se auditara el paso más importante para validar el proceso, con las urnas en sitio y su contenido sin contaminación por manos extrañas. En un intento por reparar el daño el Centro Carter sugirió la realización de otra auditoria que se llevó a cabo el jueves 19 de agosto. La oposición no asistió por varias razones. Entre ellas:

  • El CNE se negó a discutir cara a cara con la oposición la metodología para llevar a cabo la nueva auditoria.

  • La Coordinadora Democrática estableció por escrito, en comunicación dirigida al CNE el martes 17 de agosto, las condiciones bajo las cuales asistiría a la auditoria. El CNE no respondió.

  • El CNE se dirigió por fax (recibido a las 5.47pm) a la Coordinadora el 18-08-04 informando que “el sorteo de las mesas” a ser auditadas se realizaría ese mismo día a las 6pm (13 minutos después de recibida la comunicación).

  • El mismo día 18-08-04 el CNE envió otro fax a la Coordinadora Democrática, recibida a las 6.10pm estableciendo “el procedimiento a seguir en el proceso de auditoria”, al día siguiente a las 8 am, sin definir la metodología para la toma de la muestra. Es decir: 1. La auditoria se hizo sin discutir con nosotros, los presuntos agraviados, las condiciones bajo las cuales podía satisfacer nuestras dudas. 2. El ente auditado, el CNE, no era quien debía poner las condiciones de la auditoria. 3. El Centro Carter, a quien le agradecemos sus gestiones, tampoco estableció previamente con nosotros las condiciones para acudir a la nueva auditoria.

  • La muestra que pretende representar al universo de donde fue extraída tiene que ser confiable. Para ello las partes deberían conocer el procedimiento a ser empleado y estar de acuerdo con el mismo. No fue el caso ni en la fallida verificación original ni en la segunda auditoria.

  • El material auditado, en este caso los recibos contenidos en las urnas electorales, debe ser confiable. El día del Referendo Revocatorio las urnas estaban en los centros y, por lo tanto, su contenido no estaba contaminado. No así una vez recogidas las urnas y trasladadas a otros sitios. Es posible que el contenido de las cajas fuese adulterado por “manos extrañas”. Hay dudas razonables sobre el valor de esta última auditoria si cuestionamos el método de obtener la muestra, la pureza del contenido de las urnas electorales una vez removidas de los centros y la no realización de la verificación acordada durante el acto del Referendo Revocatorio.

Siempre trato de reducir los problemas complejos a sus componentes más simples. Acepto que las maquinas son vulnerables. Que las actas pueden ser impresas con resultados diferentes a los votos realmente consignados. Pero de ser este el caso, ¿cómo se las ingeniaron para que el contenido de más de 19.000 cajas coincida con las actas? ¿o para asegurarse que las muestras tomadas en forma supuestamente aleatoria fueran solo de cajas no contaminadas?. No se ha hecho un conteo de todas las cajas pero el presidente de Smarmatic ha ofrecido abrir las que se le indiquen. ¿Lo aprobará el CNE? Todo para mí se reduce entonces, más allá de teorías sobre la vulnerabilidad de sistemas que cambian resultados, a la verificación y conteo, sin limitaciones, de los recibos en las urnas. Sugiero varias acciones inmediatas (unas u otras):

1. Verificar el contenido de todas las cajas.

2. Una selección a dedo de las mesas donde la oposición piensa que no ha podido perder y perdió. Abrir las cajas correspondientes, contar las papeletas y comparar con el acta impresa por la maquina.

3. Hacerle una experticia a las papeletas y a las cajas que se abran, tipo forense, para tratar de determinar si contienen las mismas papeletas que se depositaron el día del Referendo Revocatorio, si las cajas han sido o no manipuladas y si las firmas de los testigos sobre los precintos de las cajas no han sido adulteradas.

4. Seleccionar mesas de pocos electores y repetir la elección en forma manual.

Todo lo anterior se podrá adelantar una vez que se verifique que estas acciones no comprometan nuestro derecho legal de impugnar formalmente los resultados del Referendo. Mientras tanto hay que continuar analizando otras irregularidades detectadas en el proceso, así como “coincidencias” numéricas de los resultados que pudieran no ser explicables matemáticamente.

UNA REFLEXION FINAL

Todos nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a comprobar el presunto fraude. Pero estemos claros. El fraude que no tiene discusión es el del ventajismo oficial. Las normas violadas. Los gastos obscenos del gobierno en campañas y en misiones, muchas de las cuales no son sino dádivas disfrazadas de programas. Un CNE parcializado. Todo eso lo sabíamos desde el Reafirmazo y tomamos la decisión consciente de ir a los Reparos y nos salió bien. Con la misma desventaja y hasta menor diría yo, porque ahora el voto era secreto y la capacidad de intimidación al elector se reducía, se decidió acudir al Referendo Revocatorio. El dilema ahora era el mismo que el de los Reparos: ir en desventaja clara pero con posibilidades de ganar o negarse a acudir a los Reparos primero y al Referendo después. (Entendiendo que de no haber acudido a los reparos no hubiésemos llegado a un Referendo). Los que ahora quieren aparecer como nuevos iluminados porque la vaina aparentemente salió como ellos anunciaron (fraude), jamás le dijeron a los ciudadanos que marcharon una y otra vez para que le permitieran llegar a una salida electoral, cuál era la opción si no se acudía a estos procesos.

DE HEROE A VILLANO

Abogue por ir a los Reparos y cuando ganamos algunos casi me convierten en héroe. Abogué también por ir al Referendo y pasó lo que pasó y, para algunos, soy un villano, un blandengue y hasta un vendido. No importa. Desde el comienzo dije, y está escrito, que si los Reparos y el Referendo terminaban bien no le reclamaría su equivocación a los que se opusieron y que si salían mal aguantaría el chaparrón. Así lo haré. Pero no voy a permitir, sin dar la pelea, que por pereza intelectual o por defender ambiciones personales este complejo asunto se despache por la vía cómoda de la descalificación personal (los negociadores) o institucional (la Coordinadora Democrática).

¿Y DESPUÉS QUÉ?

Hay que considerar tres escenarios:

1. “Feliz despertar”. Ganamos. Nos hicieron trampa y la descubrimos. 2. “Insomnio”. Ganamos. Nos hicieron trampa y no la descubrimos. 3. “Pesadilla”. Perdimos de verdad.

Bajo el escenario 1 (Feliz Despertar) el gobierno tendría que entregar el poder y de no hacerlo estaríamos ante un golpe de estado evidente y las posibilidades de que el régimen se mantuviera serían ínfimas.

En el escenario 2 (Insomnio) no se puede probar el fraude pero la oposición continúa convencida que ganó (la situación actual). En este escenario habrá decisiones políticas difíciles de tomar. ¿Cambiar al liderazgo por no haber sabido protegerse contra un fraude presunto pero no probado? ¿Acudir a las elecciones regionales y parlamentarias? ¿Bajo cuáles condiciones? ¿No acudir y entregarle el país por completo a Chávez? ¿Entrar de inmediato en desobediencia civil? ¿Cómo se manifiesta? ¿Cómo se sostiene?.

Escenario 3 (La Pesadilla). Aceptar, después de haber agotado todos los esfuerzos por comprobar el fraude, que este no tuvo lugar y que el chavismo, sin discusión, es mayoría en el país. La oposición tendrá que aceptar que el Referendo Revocatorio no lo perdió porque se contaron mal los votos sino porque su liderazgo no logro convencer a la gran mayoría ciudadana de dos cosas:

1) Que Chávez lo había hecho muy mal y 2) Que la oposición podía hacerlo mejor. En este escenario (La Pesadilla) los sectores que configuran la oposición tienen que repensar totalmente su estrategia política si aspiran a convertirse en mayoría política nacional.

Como se podrá apreciar es sumamente importante para el país que se aclare en definitiva si los resultados fueron o no fraudulentos. Si somos mayoría y nos robaron la elección la estrategia política para vencer al régimen es una. Pero, si no somos mayoría la estrategia política tendrá que ser muy diferente. En un caso se trata de “cobrar” lo ganado. En el otro el reto será convertirse en mayoría para no volver a perder. En este diagnóstico no nos podemos equivocar.