miércoles, 25 de junio de 2014

LA UNIDAD A JURO

Señores de la Mesa de la Unidad y otros, en especial, Ramón Guillermo Aveledo, Henrique Capriles, Leopoldo López, María Corina Machado, Julio Borges, Henry Ramos Allup, Roberto Henriquez, Omar Barboza, Andrés Velásquez y Gabriel Puerta Ponte. Estos son los políticos de partido pero ya es hora que se construya un bloque que incluya a personalidades de la sociedad civil, cuidadosamente seleccionadas y suficientes, que tengan una visión informada de lo que realmente sucede en el país. Para eso deben hurgar no solo en el mundo de la academia sino también en los sindicatos y líderes populares. La idea no es construir una asamblea. Los que me conocen saben que siempre he preferido a grupos pequeños, representativos e informados, a una agrupación que pretenda incluir a todo el que tenga un discurso para, inevitablemente, terminar en una rebatiña por tomar la palabra con muchos oradores y pocos resultados.
Es la hora de convocar a la unidad antes de que el país se desplome y se imponga una dictadura represiva que ya ha enseñado las uñas. Lamentablemente, sus víctimas, muertos y torturados, han sido jóvenes estudiantes universitarios. Pero, también se ha desatado un hampa peculiar que muchas veces parece que mata por placer. Este desastre de 15 años ha destruido la moral pública. Desde la tribuna presidencial y desde la Asamblea Nacional se actúa irresponsablemente al acusar de magnicidio a personas que en su vida han manejado un arma ni conspirado para matar a nadie. Ese discurso desata el odio y hasta sugiere el uso de las armas y la violencia para resolver conflictos. Las brigadas motorizadas criminales son el resultado de un régimen que no habla sino de gobierno cívico militar, que nombra a oficiales activos en posiciones que corresponden al sector civil y se definen como una revolución armada. Ha destruido la economía, ha impuesto la corrupción como sistema, en lugar de las licitaciones honestas. Da risa, si no fuera tan trágico, que Giordani diga, en su famosa carta, que PDVSA se consolidó y acabó con las Consesiones. El gran planificador no sabe que la estatización de la industria petrolera, bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez, y la dirección de Valentín Hernández, a quien la historia le debe un justo reconocimiento terminó, antes de que se vencieran, con las Concesiones. Hernández era un profesional que se ganó el respeto de todos. Simplemente compárenlo con el actual ministro de Petróleo.
Ante esta tétrica situación no caben medias tintas. Aquí hay que decidir, sin muchos remilgos, si se está dispuesto a esperar que este gobierno concluya, a fuerza de represión, su periodo constitucional o si se diseñarán planes para que, por mecanismos constitucionales, se anticipe su salida. Esta, en el fondo, es la decisión crítica que hoy acosa a la oposición. Si no se pueden poner de acuerdo en la respuesta, no habrá unidad y se dividirá en dos bloques la fuerza opositora.
Mi opinión, aunque nadie me la haya pedido, es: 1. Este régimen no tiene un líder que pueda imponer las medidas políticas, económicas y sociales que se requieren para revertir el desastre. 2. Creo que está demostrado que el diálogo no vale la pena, por la razón dada en el punto anterior. 3. Esperar hasta 2019 tiene muchos peligros, entre ellos: (a) Si la situación se vuelve insostenible, como seguro sucederá, hay peligro de un golpe militar que puede resultar en un remedio peor que la enfermedad. (b) Para mantener la “calma” aumentará la represión y, lo más grave, es: (c) De aquí al 2019 el régimen cambiará el sistema político y el electoral. Gobernadores y alcaldes perderán sus poderes. El país se dividirá en zonas militarizadas con comunas que responderán directamente al poder ejecutivo. Si hubiera elecciones serían de segundo grado, con las comunas eligiendo a los poderes públicos.
No creo que debemos esperar a que “esto” pase.     
 quiroscorradi@gmail.com





sábado, 21 de junio de 2014

LA DENUNCIA CRIMINALIZADA

Aunque “todavía” no se ha acusado penalmente a nadie, que sepamos, por pedirle la renuncia a Maduro, altos representantes del régimen han criticado abiertamente a los ciudadanos que se han atrevido a hacerlo. Uno de los argumentos es que solo Maduro tiene el derecho de tomar la decisión de renunciar o no. Por lo tanto, quienes se la pidan no tienen derecho de hacerlo. De esta acusación a criminalizar este atrevimiento hay solo un paso que, este régimen, violador de la Constitución y de las leyes, no le costaría nada tomar. En otras latitudes, donde hay una democracia verdadera, solicitar la renuncia de un Primer Ministro, de un Presidente y hasta de un Rey, es algo perfectamente normal. Si hay algún país donde pedirle la renuncia a su mandatario está más que justificado es Venezuela.
Analicemos la pequeña historia: 1. Chávez, antes de fallecer, escogió a dedo a su sucesor. En otros países hacer eso sería criticable y considerado un abuso de poder y una ventaja inaceptable sobre el ciudadano opositor. En Venezuela esto se aceptó como algo normal. Lo que no fue normal fue lo que vino después. 2. El TSJ aceptó que Chávez, enfermo y sin juramentarse, empezara un nuevo periodo como presidente en ejercicio, al considerar que un presidente reelecto no tenía que someterse a las formalidades que, un presidente electo por primera vez, tendría que cumplir. 3. Al fallecer Chávez se encargó Maduro de la presidencia. De haber sido Chávez considerado como presidente electo, que era lo constitucional, el cargo ha debido recaer en el presidente de la Asamblea Nacional. 4. El TSJ Cometió el exabrupto de alegar la “continuidad administrativa” para abrogarse el derecho, que no tenía, de confirmar a Maduro y a todo el gabinete en el ejercicio de sus cargos, para el nuevo periodo. 5. El TSJ permitió que Maduro como vicepresidente encargado de la presidencia, compitiera como candidato. 6. Realizada las elecciones Maduro ganó por un estrecho margen que justificaba una auditoría completa de los resultados. Maduro aceptó esto y luego el régimen lo incumplió. 7. Durante el primer año de su mandato, la inflación aumentó y la escasez de alimentos de primera necesidad creció, así como la de otros rubros, por atraso en la asignación de divisas. 8. Aumentó la violación de los derechos humanos, al condenar las protestas populares y encarcelar y torturar estudiantes y a otros ciudadanos. 9. Maduro jamás comprobó que no tenía doble nacionalidad. 10. Maduro abusó de las cadenas televisivas no solo para comentar lo intrascendente sino también para interrumpir programas que criticaban al régimen. 11. Prometió una guerra contra la corrupción y ha ignorado denuncias hechas por sus propios compañeros de partido, como por ejemplo, la desaparición de más de $30.000 millones en las asignaciones de Cadivi a empresas de maletín y los casos de corrupción denunciados y documentados en PDVSA, sin olvidarnos de los bolichicos que se enriquecieron con los proyectos del sector eléctrico.
Todo lo anterior y mucho más que se nos quedó en el tintero, como el increíble aumento de la deuda externa  e interna,  con los precios del petróleo a más de $100 por barril, justifica que cualquier ciudadano se sienta con derecho a pedirle la renuncia a Maduro, como se sintieron con derecho a solicitarle un referendo revocatorio a Chávez.
PD: Me pareció un ataque a la unidad y una respuesta descortés e innecesaria la de Capriles a una compañera de la oposición, que se la ha jugado, dentro y fuera de Venezuela, como María Corina Machado que, además, está en la mira del régimen. Responder que “ni renuncia ni constituyente” a una declaración de María Corina, no fue sólo un desatino político sino una falta de solidaridad personal con ella y con Leopoldo López que está preso y también aspira una salida rápida y constitucional de Maduro.
Le reconozco a Henrique Capriles lo hecho hasta ahora pero le recuerdo que en política una sola torpeza puede borrar muchos aciertos.



 quiroscorradi@gmail.com

martes, 10 de junio de 2014

LOS PROFESIONALES DEL MAL

Es difícil entender como un juez y un médico pueden decidir que Simonovis no tiene problemas de salud lo suficientemente graves para justificar un acto humanitario que le permita continuar la condena en su casa. No sabemos porque Chávez y Maduro se han ensañado con este ciudadano. Esto es sin duda, una venganza de alguien o un chivo expiatorio para dejar en libertad a los verdaderos culpables de la violencia plenamente identificados en televisión. Simonovis ya está más que injustamente castigado. Los médicos y jueces al servicio de la justicia penal son tan cobardes que no honran su profesión al abdicar a los principios éticos que juraron defender. ¿O es que el caso de la juez Afiuni los castró moralmente? ¿No queda en su conciencia un ápice de responsabilidad? Los que nos mal gobiernan son unos resentidos sociales. Ustedes los profesionales son más culpables que ellos porque a ustedes sí les enseñaron las obligaciones éticas del derecho y de la medicina. Ustedes hicieron juramentos que prometieron cumplir. ¿O es que se olvidaron que la justicia es ciega y no obedece a otras razones de las que dicta la ley? ¿Los médicos oficialistas no recuerdan el juramento de Hipócrates y la ley del ejercicio de la medicina? Entiendan los jueces, los abogados y sobretodo los magistrados del TSJ que cometieron verdaderos magnicidios cuando “asesinaron” a la Constitución para resolver el caso de la sucesión presidencial y tantos otros bombardeos legales que no cabrían en esta nota.
El caso Leopoldo López es otra venganza basada en un discurso suyo donde no se lee nada de lo que se le acusa. El mismo Maduro, que no debería participar en esto y respetar la autonomía del poder judicial ya, insólitamente, lo ha condenado al llamarlo públicamente fascista de la derecha, asesino y responsable de convocar a una manifestación para desconocer, por la violencia, los resultados del último proceso electoral presidencial. El no fue el único. Una gran mayoría pidió una auditoría completa de los votos escrutados y el oficialismo se negó. De manera que si Leopoldo está preso por eso, entonces, debería estar, también, el 50% del país. Además, la protesta pacífica es un derecho constitucional y así la convocó Leopoldo.
Cuando termine esta pesadilla, además del castigo que le puede imponer la ley a magistrados, jueces y médicos cómplices de los caprichos de una tiranía, se van a enfermar de la vergüenza cuando se exhiba públicamente su falta de ética y las consecuencias inhumanas que han causado sus decisiones.
Volviendo al caso de Leopoldo López, el oficialismo le ha dado por “interpretar” lo no dicho en forma acomodaticia. Se olvida que desde hace cientos de años se ha pretendido buscarle a lo escrito o dicho por alguien diversos significados. Solo busquen la bibliografía sobre lo que Cervantes quiso decir cuando escribió Don Quijote.
Se ha dicho que el discurso de Leopoldo López llevaba mensajes subliminales que incitaban a la violencia. Seguramente el oficialismo tiene neurocientíficos que han estudiado el cerebro humano y descubierto lo que todos sus colegas internacionales no han podido establecer. Aun en el supuesto negado que técnicas comunicacionales le mandaran al cerebro humano mensajes subliminales, los cerebros de cada receptor tendrían capacidad de veto. Es decir, si recibimos un mensaje subliminal tendríamos tiempo para aceptarlo o rechazarlo. Pero es inútil esta explicación. No existen mensajes subliminales y punto.
Simonovis y Leopoldo son presos de venganzas de algunos. No le pido a Maduro que los libere porque él no es juez ni médico. Les pido a los que ejercen esas profesiones que dejen el miedo y a actúen profesionalmente para liberar a estos 2 presos y a otros que están también privados de libertad por razones que no tiene nada que ver con la honesta administración de la justicia y el ejercicio de la profesión médica.

PD: Entiéndase que no pretendo generalizar, aquí me refiero solo a ese grupito de la justicia penal que contribuye a la condena de inocentes violando principios éticos de su profesión por órdenes de “arriba”.
quiroscorradi@gmail.com

martes, 3 de junio de 2014

¿QUIÉN HEREDARÁ A PDVSA?

En el diario Tal Cual (02-06-14) aparecen 2 artículos que hay que leer con la mayor objetividad posible. Uno de Luis Carlos Palacios que comenta un ensayo imprescindible de Ramón Espinaza sobre el auge y la declinación de PDVSA. Ambos coinciden en el enfoque, aunque Palacios comenta que Espinaza no incluyó en su análisis las graves consecuencias que causó en la economía la volatilidad de los precios del petróleo en la etapa de la “consolidación” de la PDVSA nacionalizada. Los precios se triplicaron y se aumentó desproporcionadamente el gasto público y se incrementó la intervención del estado en la economía. Los ensayos destacan que PDVSA estabilizó la nomina de 40 mil empleados, la producción llegó a 3.500.000 barriles diarios, elevó las reservas probadas a 76.000 millones de barriles, con una distribución para el estado del 50% del ingreso petrolero. La conclusión de Palacios sobre la etapa chavista de PDVSA es: “es tal la decadencia del sector petrolero que no se puede llegar en Venezuela a una nueva normalidad sin un drástico cambio en el manejo del sector”. ¡Amén!
En todas las recomendaciones que se han hecho sobre cómo se manejará la industria petrolera en una etapa post chavismo hay algunas coincidencias. Entre ellas: 1. Despojar a PDVSA de todas las actividades no petroleras. 2. Excluir también el manejo de la petroquímica. 3. No hay total coincidencia sobre si el gas debe administrarse por PDVSA o ser una empresa autónoma. 4. Permitir la presencia de empresas privadas nacionales e internacionales. 5. Se incrementará la figura de la empresa mixta. 6. Se creará un instituto autónomo del petróleo cuyas atribuciones supervisorias deben definirse. 7. Establecer cómo y cuándo se pagarán las prestaciones sociales y las pensiones de los 18.000 trabajadores despedidos en bloque. 8. Nombrar una comisión interventora de PDVSA para establecer, mediante auditorias técnicas y financieras, la magnitud del desastre. 9. Terminado lo anterior se nombrará la junta directiva de la nueva PDVSA, lo que cual nos lleva a comentar el segundo artículo de Tal Cual. El veterano periodista José Suárez en esta ocasión titula su trabajo “PDVSA post Chávez necesita un presidente externo”. Aparentemente, es la conclusión de un grupo de jóvenes analistas que se agrupan en un Think Tank. Primero, Suárez informa que el futuro presidente de PDVSA debe ser venezolano, aunque no esté residenciado en el país, para luego agregar que el elegido no debe tener vínculos con la vieja PDVSA, aparentemente, para “crear un área de seguridad contra aventureros del negocio petrolero”. Parece ser que los jóvenes politólogos reconocen el buen desempeño de la antigua PDVSA, aunque creen que al final, antes de la llegada de Chávez, hubo una reestructuración inconsulta que facilitó la toma de PDVSA por el gobierno de Chávez. No creo que el error fue la reestructuración. Fue necesaria en un momento en que las grandes empresas se estaban fusionando para reducir costos. La presencia de 3 empresas petroleras, Lagoven, Maraven y Corpoven, sin duda que, mientras existieran gobiernos que respetaban su autonomía operativa y administrativa estaban, como dice mi buen amigo Vicente Llatas, “blindadas” contra cualquier intervención. Pero el error no fue la nueva estructura. El error fue nombrar como presidentes de las nuevas filiales a vicepresidentes de PDVSA, lo que convirtió a ésta en el gran operador en lugar de mantenerse como holding. Aun admitiendo que la nueva estructura facilitó una intervención directa del gobierno en el manejo de PDVSA ¿hay quién todavía crea que este régimen no la hubiera intervenido cualquiera que fuese su estructura? No seamos ingenuos, no hay culpables pre Chávez por el desastre en el que el régimen actual ha convertido a PDVSA.
Lo que verdaderamente nos preocupa es que los jóvenes de hoy quieran como, el socialismo del Siglo XXI, borrar de la historia a todo lo bueno hecho antes. Si bien parece que aceptan el éxito de la vieja PDVSA no reconocen a las personas que lo hicieron posible. Esto no es novedoso aunque si injusto. Algunos jóvenes de la política actual han dicho públicamente que no se asociarán ni con gente de la 5ta ni de la 4ta república, como si las actuaciones de las dos y sus resultados fueron iguales.
Yo conozco a varios venezolanos de la antigua PDVSA que son más que capaces de darle vuelta al desastre actual y, ustedes jóvenes de hoy, no tengan la arrogancia de descartar a aquellos que construyeron a una empresa reconocida en todo el mundo por su eficiencia.
Recuerden que la juventud no es eterna. 
 quiroscorradi@gmail.com