viernes, 6 de diciembre de 2013

101


Probablemente las nuevas generaciones políticas no lo sepan y las mayores lo hayan olvidado, pero al ver a Maduro, Ramírez y Cabello actuar como una Junta de Gobierno no puedo sino rescatar otra del pasado formada por Marcos Pérez Jiménez, Germán Suárez Flamerich y Luis Felipe Llovera Páez, conocido entre sus amigos como “Lipin”.
Pérez Jiménez, sin duda controlaba a la Fuerza Armada. Era un militar de alto prestigio que había cursado estudios de Estado Mayor, en la muy respetada escuela militar de El Chorrillo en Perú. Con su amigo Llovera Páez hacia un dúo perfecto. Llovera tenía el olfato político que le faltaba a Pérez Jiménez. La historia ha destacado la influencia política que sobre Pérez, supuestamente, tenían Pedro Estrada y Vallenilla Lanz. Este último estaba casado con Helena Bueno y no tuvieron descendencia porque al decir del semanario humorista “El Morrocoy Azul” no “hay Vallenilla Bueno”. Lo cierto es que Estrada era un hombre bastante culto y un policía profesional que detrás de sus suaves modales escondía un temple criminal capaz de las mayores tropelías. A Vallenilla le pesaba demasiado el apellido y sustituyó con astucia lo que le faltaba de talento. Cuando empezó a verse el futuro descalabro del gobierno los que salieron primero fueron Estrada y Vallenilla. Llovera se quedó hasta el final y antes de correr el peligro de caer preso le dijo a Pérez la famosa frase “Vámonos Marcos que el pescuezo no retoña”
Suárez Flamerich fue un caso extraño en la política venezolana, era de la generación del 28 y muchos de sus compañeros nunca entendieron porque aceptó el papel de comparsa, sin poder, de los dos militares. Ejerció como presidente de la Junta de Gobierno desde noviembre de 1950, después del asesinato de Delgado Chalbaud, hasta diciembre de 1952 cuando Pérez Jiménez se alzó solo con el poder. El trío caminaba Pérez Jiménez a la derecha, Llovera a la izquierda y Suárez en el medio. El humor popular no tardó en denominarlo el 101, es decir que en ese trío Suárez era el cero.
La pregunta hoy es ¿en el trío Maduro, Ramírez y Cabello quien es el cero? Evaluemos varios escenarios. La primera diferencia con la Junta de Pérez Jiménez es que en la actual no hay lealtades incondicionales. Si se mantiene en el tiempo será por un cierto equilibrio que produce el que todos sepan las debilidades y tropelías cometidas por los otros dos. Es una alianza que solo espera, para desaparecer, que uno de los tres sienta que es el más fuerte y se alce con todo el poder o que por sus debilidades políticas y prácticas corruptas sean sustituidos todos desde afuera (Cuidado, desde afuera del círculo actual)
Veamos, ahora, el 101 de hoy. Escenario 1. Si Cabello controla al sector militar y Ramírez genera y distribuye el dinero, el cero es Maduro. Escenario 2. Si Cabello controla al sector militar y Maduro tiene el poder presidencial para destituir a Ramírez, algo normal para un presidente, entonces el cero, aunque no lo sepa, todavía, es Ramírez. Escenario 3. Si Cabello, como creen algunos ya no controla la mayoría de la Fuerza Armada entonces, él no es ni siquiera el cero y estará a punto de quedar fuera de circulación y eso crearía un nuevo 101, porque de los dos unos pasarían, también, a cero. Quien obtenga el apoyo de la Fuerza Armada será el más fuerte. Por supuesto, que tendría que ser un militar, apoyado por otro y, probablemente, también por un civil. Si este último jugará el triste papel de Suárez Flamerich estaría por verse.
Lo cierto es que el 101 de hoy es tan frágil en su relación que ni las sonrisas, ni los abrazos ni las loas que mutuamente se lanzan pueden mantenerlos juntos. En lo que uno acuse de algo a cualquiera, se caen los tres. Ese es el peligro de compartir “rabos de paja” entre más de uno.
PD: Estimado lector si no quiere que la historia se repita y el más fuerte se convierta en dictador, como cuando Pérez Jiménez, vota el domingo por la democracia para darle otro golpe a la fragilidad de este régimen.
 

domingo, 1 de diciembre de 2013

LOS INTOCABLES


Por muy poca preparación política y cultural que tenga Maduro para ejercer, efectivamente, la presidencia hay fracasos de gestión tan evidentes que es imposible que él no reconozca, con solo leer informes oficiales y opiniones de verdaderos expertos para que le entren por los poros las señales de la corrupción y de la ineficiencia que han tolerado y, hasta promovido, algunos de sus más altos funcionarios.

Maduro se ha referido a Sidor como si su privatización parcial hubiese sido un fracaso y la actual estatizada un éxito. ¿Él no sabe que Sidor bajo la gerencia privada batió los records de producción de acero, pagaba buenos salarios, negoció y pagó contratos colectivos, excepto el último que era inviable y que Chávez asumió irresponsablemente solo para no cumplirlo una vez estatizada la empresa? Los trabajadores y jubilados tenían acciones tipo B que, en ocasiones, le daban más dinero de lo que representaban sus sueldos y jubilaciones.

Hoy el personal se ha duplicado y produce menos de la mitad de la producción “privada”. El Estado ya no recibe impuestos de la empresa, por el contrario tiene que cubrirle las perdidas. Hay corrupción en la distribución de lo poco que se produce. Los accionista tipo “B” no han recibido un solo centavo y hay un largo etcétera de irregularidades.

Otro caso es PDVSA. Bajo la dirección de Ramírez se perdieron 800.000 barriles diarios de producción de la antigua PDVSA. Está endeudada hasta los tuétanos, pasó de $5.000 millones a más de $150.000 millones mal contados. Hay casos de corrupción demostrados y demostrables. Falta de mantenimiento. Accidente terribles como el de Amuay. Muertes frecuentes de trabajadores. Mentiras constantes sobre su producción, planes de desarrollo futuro (ninguno se ha cumplido). Nuevas refinerías (ninguna construidas y las existentes están en grado deplorable) Confiscaciones de empresas sin cumplir con el debido proceso y la justa compensación y un sin fin de irregularidades.

Por último, la economía y su manejo desacertado, que Maduro heredó y en vez de corregir lo que ha hecho es hundirla con mayor rapidez que su “padre”. Este año hemos sufrido desabastecimiento, caída en el crecimiento y altísima inflación. ¿Es que Maduro no ve las colas que hacen los sufridos ciudadanos para conseguir un producto de la dieta diaria? ¿No sabe Maduro que los productos que se venden en Mercal y otros centros subsidiados son revendidos, dentro y fuera de Venezuela, por grandes y pequeños especuladores? ¿Tampoco sabe de la corrupción de la Guardia Nacional en la frontera con Colombia para permitir el contrabando de gasolina y que en las alcabalas de la misma Guardia matraquean a los camioneros y a los pasajeros de autobuses que transitan por nuestras carreteras?

Entonces uno se pregunta qué extraño poder sobre el poder tienen Giordani, Merentes y Ramírez. Por qué Maduro ante el peligro real de no terminar su período si las cosas siguen como van, no se decide y toma acciones valientes y cambia a esos intocables. ¿Por qué, en Guayana, sigue sustituyendo a presidentes de la CVG y de otras empresas con los mismos ignorantes? ¿Qué saben Giordani, Merentes y Ramírez sobre el origen y destino de divisas de la corrupción para seguir sentados como estatuas de cemento sobre sus cargos?

Sr. Maduro, quien contempla la ineficiencia y la corrupción y no hace nada o es un tonto útil o tiene “rabo de paja”.

Pruébele al país que no le debe nada a nadie y cambie a ese trío de intocables.