domingo, 29 de abril de 2012

90 AÑOS

Ayer cumplió 90 años un vivo ejemplo de honestidad, de talento, de vigor y de juventud. Para celebrar tan importante fecha le presentó al país un libro en el cual narra los episodios de su vida hasta el año 2002. Más allá del relato, por supuesto fascínate, el libro es un dechado de diseño y un verdadero acto de amor por parte de su hijo Iván.



El cumpleañero ha protagonizado muchas vidas en su ya larga existencia. Niño en Bolívar y en el Guarataro. Repartidor de “El Morrocoy Azul”, ese compendio de buen humor que no ha encontrado relevo. Estudiante. Maestro. Comunista. Guerrillero. Demócrata. Un hombre lleno de aparentes contradicciones pero de una sola línea de conducta. Sin miedo a rectificar y a descartar ideologías que sólo fueron, en su momento, apoyos para actuar con un profundo amor por Venezuela y por los más necesitados. Así, aun cuando cambió la envoltura el contenido siguió intacto.


Quebró sus primeras lanzas políticas en 1936 (a los 14 años de edad). Ya era un veterano en 1945. Guerrillero. Preso. Se fugó del Cuartel San Carlos. Veterano de la clandestinidad. Fundador del MAS. Negociador ante Colombia por nuestros derechos fronterizos. Ministro durante el segundo gobierno de Rafael Caldera, quien ideológicamente siempre estuvo en la acera de enfrente.


Alma y promotor de la fundación Gual y España. Recibió la condecoración de la ilustre Universidad Central de Venezuela cuando cumplió 80 años. Lector disciplinado y voraz. Escritor de libros, artículos y ensayos. Su capacidad intelectual permanece intacta a sus 90 años y su mente tiene la agilidad de la juventud. Hombre de familia, tiene nietos, biznietos, tataranietos, unos hijos que lo enorgullecen y una esposa que lo cuida con la dedicación que sólo genera el amor.


A su avanzada edad no se queda tranquilo en su hogar. Atiende a numerosas invitaciones, foros, discusiones y grupos políticos. Durante los últimos 10 años participa en uno que tengo el orgullo en coordinar y al cual contribuye con su sabiduría y bonhomía. Para mi saberlo mi amigo es un inmenso honor.


El libro de manera clara y didáctica narra sus numerosas encarnaciones y aún no sé con cuál de sus personajes me identifico más. No es cierto. De todos los que él ha sido quien me acompaña siempre es aquel que hoy ya ha decantado todas sus personalidades para llegar a ser la síntesis de muchos hombres de los cuales se ha quedado con lo mejor de cada uno.


No sería lo que es de no haber pasado por tantas evoluciones. El reconocer sus errores ha derivado en la convicción de que la vida no puede vivirse bajo una sola verdad.


Cuando cumplió 80 años dijo que ya se le habían agotado los enemigos pero que el espacio para los amigos seguía abierto. Así ha sido. En esta última década ha cosechado nuevos amigos aunque me temo que su integridad y claridad de enfoque ante los acontecimientos, a partir de sus 80 años, también le habrán creado, si no enemigos, por lo menos detractores que no creen en la honestidad por ser esta una virtud que ni comparten ni practican.


A sus 90 años ya ha perdonado hasta a los que no tienen perdón. Por eso, a partir del año que viene (2013) será una referencia imprescindible para neutralizar los deseos revanchistas de muchos que pudieran poner en peligro la estabilidad de un nuevo acontecer político.


Si quieren saber más del hombre que ayer cumplió 90 años de edad, léanse el libro “Pompeyo Márquez. Contado por sí mismo” de la Fundación Gual y España. Hasta los capítulos más conocidos de su historia tienen un nuevo encanto.













domingo, 22 de abril de 2012

LA LEY DEL TRABAJO II

Hoy hablaremos de tercerización, es decir la contratación de servicios de una empresa por otra, (“outsourcing”). Quisiera distinguir esta figura de la de intermediación que es el suministro de mano de obra a una empresa por lo general por una especializada.

Los dos mecanismos tienen sus ventajas. El problema es que también han sido abusadas por los patronos para no pagarle a los trabajadores lo que sería un salario equivalente al devengado por los trabajadores fijos. Esas son las prácticas que una legislación moderna del trabajo debe regular.

La intermediación sólo debe permitirse para trabajos de naturaleza temporal como, por ejemplo, labores de mantenimiento mayor que sólo se efectúan en plantas cada dos o tres años. Cuando la empresa principal requiera de mano de obra adicional y especializada para efectuar estos trabajos bien está que contrate con otra empresa el suministro de este personal adicional y temporal, siempre y cuando los trabajadores reciban los mismos beneficios de los cuales disfrutan los de la empresa contratante. La empresa que suministra el personal para tareas temporales, por su parte, tendrá ese personal como permanente en su nomina, por cuanto habrán varias empresas que le contratarán estos servicios, porque no sería lógico que las empresas contratantes tuvieran que mantener en nomina a un personal que sólo requiere por un tiempo limitado. Lo que no debe permitirse es que una empresa contrate a personal de otra para efectuar labores de naturaleza permanente con el fin de reducir los costos en los que incurrirían de efectuar esas operaciones con personal propio. Mucho menos debe permitirse que la empresa que presta ese servicio a menor costo sea una filial creada por la empresa principal para birlarle sus derechos al sector laboral.

En cuanto a la tercerización (outsourcing) el concepto es distinto. Puede ser muy eficiente que existan empresas especializadas en la prestación de algún servicio que requiera la empresa mayor. En el Japón las grandes empresas contratan con numerosas empresas pequeñas especializadas en cualquier cantidad de servicios. Sin embargo, aquí también hay que evitar la trampa corporativa. Las empresas de servicio tienen que ser “bona fide”, de otro dueño y deberán prestarle servicios a más de una empresa. Si es de la propiedad de la empresa contratante y sólo le presta servicios a esa empresa hay que sospechar de la intención del patrono que utiliza este mecanismo para pagarle menos a los trabajadores de lo que devengan los de la empresa contratante.

Bien reglamentadas las dos modalidades pueden ser positivas para ambas partes. El problema se presenta cuando el sector más fuerte de la relación manipula para su propio beneficio lo que honestamente administrado no sería criticable. Pero también hay que darle una alerta al movimiento laboral organizado que, en su legítimo derecho de evitar la trampa patronal, no debe oponerse tampoco a esas modalidades cuando son útiles, productivas y no perjudican al trabajador.

En resumen, la intermediación sólo debe utilizarse para trabajos temporales y quienes así laboran deben recibir las mismas condiciones de empleo que los trabajadores fijos. La tercerización, en el caso de labores inherentes a la empresa contratante, los trabajadores deben recibir las mismas condiciones salariales que los de la empresa que contrata. En el caso de que los servicios no sean inherentes a la empresa contratante las condiciones de trabajo de quienes prestan el servicio pueden ser distintas.












domingo, 15 de abril de 2012

LA LEY DEL TRABAJO

Distinguidos dirigentes sindicales han afirmado que, salvo la Constitución, la Ley del Trabajo, es el instrumento legal más importante de nuestra sociedad. Depende. No dudo que esta ley que tiene más de 600 artículos y que regula todo lo regulable en las relaciones obrero-patronales sería muy importante si, uno, regulara las actividades laborales de todos y dos, sus disposiciones se cumplieran en forma estricta tanto por trabajadores como por patronos. Me temo que ni lo uno ni lo otro. Veamos.
Según el censo reciente la población venezolana es de unos 28 millones. El 66,6% son personas entre 15 y 64 años (aptas para el trabajo), es decir, 18.5 millones. De estas alrededor de 13 millones constituyen la fuerza laboral. Casi la mitad está en el mercado informal y no se rigen por la Ley del Trabajo. En la otra mitad, están las grandes y medianas empresas y los trabajadores del sector público que, aunque cubiertos por sus disposiciones, tienen contratos colectivos que superan las obligaciones de la Ley. Los trabajadores de las pequeñas empresas y del campo, por lo general, aceptan condiciones inferiores a las establecidas en la ley.
¿Quiénes se benefician de la Ley del Trabajo? Muy pocos de verdad. Por otra parte, sus disposiciones más avanzadas por lo general no se cumplen y este régimen ha batido todos los records de violaciones a la Ley. No paga las prestaciones sociales completas y ya ha acumulado una deuda tal que ni el petróleo podrá pagarla. No cumple, por lo general, con disposiciones como cesta tickets y guarderías infantiles. No negocia los contratos colectivos y niega derechos sindicales y los fondos anunciados por el presidente para cancelar lo debido serán una nueva frustración y otra confiscación.
Tenemos la paradoja de una Ley del Trabajo que ofrece mucho y un salario mínimo que no alcanza ni para cubrir el costo de la cesta alimentaria. La Ley es como la Constitución, una lista de buenos deseos y de ofertas incumplibles. Ahora, el régimen amenaza con una nueva ley que aumentará las ofertas y empeorará el problema de una legislación que, como la actual, sólo beneficia a muy pocos trabajadores.
El capital nacional y extranjero, en un mundo globalizado, prefiere invertir en sociedades que administran las relaciones obrero-patronales en forma moderna y realista. Con frecuencia, en los países industrializados la Ley establece el piso mínimo que todo patrono debe y puede cumplir. De allí en adelante, la contratación colectiva y los acuerdos personales establecen las condiciones entre las partes. Como en Venezuela el trabajador es todavía la parte más débil el piso mínimo de la Ley debe incluir algunas condiciones que en sociedades más modernas serían innecesarias: fórmulas para un salario mínimo adecuado, vacaciones, permiso pre y postnatal, pago por sobre tiempo y días feriados, jornada de trabajo, contribución del patrón y de los trabajadores a la seguridad social, estabilidad en el trabajo, razones para el despido, prestaciones sociales a la terminación de la relación laboral, no discriminación en el empleo.
Dicho lo anterior, en Venezuela lo que se requiere es la creación de nuevos puestos de trabajo. Inversión pública y privada. Un clima de confianza y un gobierno democrático que respete al capital y al sector privado.
Cuando todos tengamos empleo, quizás, necesitemos una nueva ley del trabajo. Aunque, pensándolo bien, si hay pleno empleo será porque el capital y el trabajo ya se habrán puesto de acuerdo.
Y “eso” es más importante que cualquier ley.

domingo, 8 de abril de 2012

APOYO MASIVO

No tengo sino admiración por la forma como Henrique Capriles ha llevado hasta ahora su campaña presidencial. Sereno. Valiente. Claro. No ha temido adentrarse en zonas que el chavismo reclama como propias. Por otra parte, ha contado con el apoyo de los líderes de la oposición sin distinción de ideología. Hasta aquellos que no veían con mucho agrado su precandidatura, después de las primarias, lo han apoyado frontalmente. Todo, hasta ahora, marcha viento en popa. Sin embargo hay dos observaciones que creo prudente hacer ya. Una es respecto a las apariciones públicas del candidato, sobretodo en ruedas de prensa. La otra se refiere al seguimiento que se le debe hacer a sus visitas puerta a puerta.
Las ruedas de prensa. Henrique no es un “pico de oro” pero eso no quiere decir que no se exprese bien y con claridad. No obstante, como no se adorna en sus intervenciones debe hablar más taquigráficamente, con menos rodeos. Más al punto. Una de las grandes diferencias que puede marcar con Chávez es el uso del tiempo. Tiene que proponerse un mensaje más corto y más directo. Evitar ser repetitivo. Hay dos maneras de ser elocuente. Una es construir el discurso con citas, metáforas, giros elegantes del lenguaje y anécdotas que vienen al caso. Otra es la del lenguaje directo. Claro. Sin reiteraciones. Esta modalidad es efectiva en ruedas de prensa cuando se responde a preguntas. Trasmite la sensación de seguridad, de conocer los temas, de no titubear. Pero, sobretodo, lo más importante es que este lenguaje permite una eficiente administración del tiempo. Hay que proponerse que las ruedas de prensa no duren más de una hora.
El seguimiento. A pesar del apoyo visible y colectivo que Capriles tiene por parte de los líderes de la oposición y del buen número de seguidores con los cuales cuenta en sus visitas puerta a puerta me da la impresión que una vez concluida su presencia en ciudades y pueblos hay como un vacio de emoción. Esto no debería ser así porque en todo el territorio nacional hay candidatos de la oposición a gobernadores y alcaldes que tienen sus seguidores, amén de organizaciones civiles que son también de oposición. De alguna manera, como se hizo con las candidaturas a las alcaldías de Baruta, Chacao, Sucre, Libertador y el Hatillo, hay que empatar la candidatura de Capriles con las de gobernadores y alcaldes de las regiones para que una vez terminada la visita haya una explosión de manifestaciones en apoyo a Capriles y a los líderes regionales que aspiran ser electos. En otras palabras, hay que hacer campaña por Capriles sin Capriles, apoyándose en las organizaciones regionales, en los partidos políticos y en las fuerzas democráticas locales. Hay algo que no hay que olvidar. Cuando Capriles gane la presidencia de la república el 07 de octubre, no sólo se habrá conquistado la primera magistratura, se ganarán también las gobernaciones y las alcaldías. El derrumbe del régimen será total. En este proceso el juego es, a todo o nada, porque en el supuesto negado de que perdiéramos la presidencia de la república, la debacle en ese caso sería nuestra.
Una de las ventajas de las primarias fue que puso candidatos de la oposición en todas las zonas del país para optar a los cargos regionales. Esos candidatos tienen que estar en movimiento perpetuo, antes, durante y después de las visitas del candidato presidencial. El gentío en la calle tiene que ser permanente para que Capriles siga poniendo la agenda y quitándole protagonismo a Chávez.

domingo, 1 de abril de 2012

EL MUNDO AL REVES

No sé si es la enfermedad o si responde a una estrategia electoral o si siempre ha sido así y no nos habíamos dado cuenta pero en la última intervención que oí desde La Habana Chávez parecía hacer una lista de los defectos y las trapisondas de la revolución para acto seguido atribuírselos a la oposición. Según la percepción presidencial la oposición no tolera la presencia de periodistas oficialistas en sus actividades y los agrade físicamente. Es todo lo contrario. A diario se ataca a quienes ejercen la profesión en medios no oficialistas, muy especialmente en Globovisión. No se les permite entrar a actividades oficiales. Se les confisca y destruye cámaras y videos. Cuando pueden hacer preguntas, se les responde con descalificaciones personales e institucionales. Si lo dicho o escrito por un periodista opositor no es del agrado del presidente y éste así lo manifiesta, los resortes del poder se mueven con inusitada rapidez y el “culpable” es hostigado vulgarmente por la televisora del Estado, acusado formalmente de cualquier cosa y en demasiadas ocasiones privado de su libertad.
El presidente habló de la inseguridad. Resulta que los responsables de la violencia en el país son los líderes de la oposición que predican el odio. El presidente dio el ejemplo de cómo las manifestaciones populares del oficialismo son alegres y tranquilas mientras que las de la oposición generaban violencia. Parece que los tiros disparados en Cotiza al paso de Capriles fueron hechos por la oposición o provocados por atreverse a acudir a una zona reservada al régimen o por provocar reacciones del pueblo que ama a su líder y no tolera escuchar críticas a su gestión.
Otra estrategia es la negación de catástrofes destacando otros hechos que disminuyan su importancia. Así el derrame petrolero de Monagas se olvida ante la “traición” del gobernador Briceño. Es falso que en Venezuela el agua no sea “potable” aunque al abrir el chorro lo que de ahí salga este contaminado.
PDVSA funciona tan bien que ahora se le va a agregar la responsabilidad de pagar la inmensa deuda laboral que tiene el Estado con sus trabajadores activos y jubilados. No estamos en desacuerdo con que parte del ingreso petrolero se utilice para fines sociales y hasta se beneficie directamente a todos los trabajadores mediante dividendos de la operación petrolera. Pero, ojo, no en forma improvisada, creando antes del primero de mayo, unos fondos de empresas que todavía no existen. Diseñar un fideicomiso con las acciones de las empresas mixtas petroleras es una idea que propusimos hace ya bastante tiempo. Pero, el régimen pretende repartir algunos beneficios (dividendos) conservando la propiedad total de las acciones. Se repite lo que ha hecho con las tierras y las viviendas, no entrega títulos de propiedad. Los trabajadores no van a ser dueños del fondo donde se depositen las acciones de algunas empresas petroleras.
Sin embargo, creo que empezar a crear fondos con un porcentaje del ingreso petrolero para cumplir con algún objetivo social específico es un precedente importante. Permitir que algunos papeles del Estado se transen en la Bolsa de Valores aunque con restricciones es mejor que dejar las cosas como están. El régimen ha abierto una rendija para que otro gobierno pueda utilizarla para diseñar una política moderna de Estado que de una vez abra el negocio petrolero a todos los venezolanos, mediante mecanismos que les permitan convertirse en sus propietarios y en sus beneficiarios directos.
¡Nadie sabe para quien trabaja!