domingo, 28 de diciembre de 2008

LA BOLA DE CRISTAL 2009 (I)

El año 2009 seguirá como continuación de lo negativo del 2008, sólo que corregido y aumentado. Los altos precios del petróleo durante el 2008 le permitió al régimen correr la arruga de la crisis económica social inevitable hacia el 2009. La recesión económica mundial se va a sentir en la economía nacional y la inhabilidad del régimen para recortar gastos resultará en desabastecimiento e inflación. El presupuesto nacional será deficitario por cuanto el ingreso petrolero será considerablemente menor a lo estimado. Los bajos precios no podrán ser compensados por un aumento en los volúmenes de producción ante la ausencia de planes profesionales de expansión. En el 2009 colapsarán la mayoría de las empresas del estado, muchas de las cuales ya no podrán ocultar su falta de rentabilidad ante la imposibilidad de que el estado continúe financiando su ineficiencia.
En sus relaciones internacionales el país verá la relación directa que existe entre la intensidad de algunas amistades y el tamaño de la chequera.
En esta serie “La Bola de Cristal”, analizaremos las relaciones internacionales, el petróleo, la economía, los problemas sociales, la política y escenarios electorales.
LAS RELACIONES INTERNACIONALES (EL RETROCESO)
El año 2009 marcará el principio del fin del proyecto político internacional del presidente Chávez. Todo será retroceso. No sólo por la pérdida del “valor adquisitivo” de la chequera internacional venezolana, sino porque el cambio de gobierno de los Estados Unidos contribuirá a debilitar la figura de Chávez en el continente. El nombramiento de Obama como presidente debe resultar en, por lo menos dos cambios importantes, en las relaciones de poder en América Latina. Por una parte, Obama ya ha dado señales claras de que considera a Brasil como el país más importante de América del Sur y a su presidente como el líder potencial de la región. Los gestos de Obama hacia Brasil le han dado a Lula un impulso importante al prestigio que ya tenía en la región. Por otra parte, si las relaciones de Estados Unidos con la Cuba de Raúl Castro mejoran, como parece inevitable, las nuevas alianzas posibles entre Cuba/Brasil y México podrán dejar a Venezuela sin el apoyo ideológico de Cuba y sin el liderazgo regional de Chávez. Como es sabido, entre México y Cuba siempre ha habido una relación especial que, ahora bajo los liderazgos de Raúl Castro y Calderón pudiera hacerse más estrecha. La gran pregunta que sugiere la nueva balanza de poder regional es: ¿Cuál será la relación futura entre Cuba y Venezuela? No hay duda de que para Cuba la ayuda de Venezuela es importantísima. Pero pudiera reducirse si Cuba empieza a recibir ayuda significativa de los Estados Unidos, Brasil y México. Quizás la verdadera pregunta tiene que ver más con Venezuela que con Cuba. Si Raúl Castro orienta la economía cubana hacia el capitalismo, da señales de cambios democráticos y la isla se abre al turismo mundial, especialmente de los Estados Unidos, ¿Qué le quedaría a Venezuela como modelo político social a copiar? ¿Cómo justificar el enorme costo de continuar subsidiando la factura petrolera? ¿Cómo le explicará Chávez a los venezolanos la nueva “felicidad” de Cuba?
COLOMBIA. La escalada de insultos hacia el presidente de Colombia por parte de Chávez ha disminuido. En los últimos meses del año 2008 las relaciones han sido algo distantes aunque cordiales. En la nueva América del Sur, Colombia jugará un papel importante, aunque su relación con Venezuela se mantendrá como primera prioridad. Salvo que ocurran eventos inesperados no se vislumbran conflictos graves con Colombia en el 2009.

domingo, 21 de diciembre de 2008

UN ERROR HISTORICO

Ya es un hecho que Chávez nos impondrá un referendo inconstitucional con el sólo propósito de curarse en salud cuatro años antes de que venza su periodo presidencial, asegurando, cree él, su reelección en el 2012. Soñar no cuesta nada y Chávez pagará caro el error de ignorar la voluntad popular manifestada el 2D.
Desde el punto de vista de estrategia política, la convocatoria a un referendo en fecha tan cercana a dos derrotas electorales, es un paso en falso. Más aún, es una burla después del resultado del 2D, someter de nuevo a referendo lo que ya le fue negado por el voto popular. No hay justificación moral ni política para ignorar lo que ya el pueblo sentenció ¿De qué sirven, entonces, los procesos electorales dentro del entorno democrático si el régimen decide ignorar los resultados y se comporta como si hubiese obtenido el favor popular? ¿Cómo se atreve Chávez a preguntar, de nuevo, sobre lo que ya obtuvo respuesta inequívoca? ¿Cómo se atreve a descalificar públicamente a quienes fueron electos gobernadores y alcaldes en abierta oposición a sus candidatos? ¿Cómo se atreve a desmantelar alcaldías y gobernaciones para convertirlas en cascarones vacíos, negándole a los ciudadanos el derecho de que los gobiernen eficientemente quienes recibieron la mayoría de los votos?
Todas estas acciones por parte del régimen, no hacen sino reforzar la tesis de algunos en el sentido de que este gobierno no podrá ser sustituido mediante los votos ciudadanos. De allí hay sólo un paso a la abstención electoral y a la convicción de la necesidad de aceptar pasivamente la imposición de un régimen totalitario o a la conspiración y el golpe de estado, como respuesta a la violación previa, por parte del régimen, de las reglas básicas de la democracia. Estas opciones son la negación del sistema democrático que requiere, para su subsistencia, que se confíe en que el sistema electoral pueda cambiar gobiernos de manera pacífica y que los ciudadanos y las instituciones estén dispuestos a defender los resultados electorales mediante las acciones que sean necesarias.
Los ciudadanos debemos reconocer que el referendo con el cual se nos amenaza es mucho menos difícil de ganar que las elecciones regionales. Se trata simplemente de ratificar el “NO” que ya votamos el 2D. No habrá divisiones en la oposición como lo hubo en las elecciones regionales. No habrá dificultad para crear una gran reacción nacional a favor del “NO”. Será fácil crear un frente político coherente. Toda la oposición, y parte importante del chavismo, votará en contra del continuismo y de la reelección perpetua. Lo que debemos cuidar son los votos y los testigos. Debemos rescatar el rol de organizaciones como Sumate, Es Data, La Colina, Hagamos Democracia y Ciudadanía Activa, entre otras. Tenemos que entrenar a los miembros de las mesas y a los testigos. Hay que llenar bien las actas y obtener copia de las mismas. Los partidos deben dejar de lado los intereses pequeños y colaborar entre ellos y sobretodo aceptar la ayuda de organizaciones como Sumate, sin permitir desencuentros que no hacen sino favorecer a los enemigos de la democracia.
Con buenos testigos no hay trampa electoral posible. Hay que evitar retrasos en las aperturas de las mesas. Asegurarse que se cierren a la hora señalada, salvo que haya electores en cola. Este referendo solo se pierde si permitimos la trampa por exceso de confianza, por falta de interés o por negarnos a colaborar todos entre todos.
Los defensores de la democracia tenemos la obligación de luchar todos unidos, para impedir que las fuerzas del retroceso nos escamoteen una victoria segura.

domingo, 14 de diciembre de 2008

LA INGOBERNABILIDAD ANUNCIADA

La nueva ecuación política generada por los resultados del 23N nos lleva a la necesidad de reiterar, una vez más, la importancia de defender el acto electoral como el mecanismo idóneo para imponerle al país soluciones políticas. Es imprescindible hacer esta reiteración porque el intento del presidente Chávez de desconocer la voluntad popular pudiera hacer surgir en algunos círculos democráticos la vieja tesis de la abstención como una manera de reaccionar ante un régimen que claramente irrespeta los resultados electorales.
No hay duda que es tentador responder que dada esta realidad, triunfar en las elecciones sirve de muy poco. Sin embargo, el análisis no es tan lineal. Al limitar los aspectos de la reacción del gobierno al nivel de su desconocimiento de los resultados electorales nos estamos olvidando del desgaste progresivo que estas acciones le causan al régimen y sobretodo al presidente Chávez. Vaciar a las gobernaciones y alcaldías y descalificar a las autoridades recién electas tiene un alto costo político en cuanto aumenta las dificultades de la gobernabilidad. No es casual que tanto después del 2D y del 23N Chávez se haya desbocado perdiendo toda apariencia de respeto a la democracia. Abusando de “cadenas” sobre eventos políticos meramente partidistas. Pero las dificultades políticas que se le presentarán serán pálidas ante la crisis económica que se avecina, que afectará al régimen dentro y fuera del país.
En el 2009 Chávez va a saber quienes son sus verdaderos amigos externos una vez que la crisis le haya agotado la chequera internacional, mientras que el nuevo presidente de los Estados Unidos busca alianzas más fuertes con América Latina en países como Brasil, México y Colombia. Mientras sus amigos externos le dan la espalda en Venezuela, el frágil andamiaje que ha construido sobre dádivas y promesas se desplomará sin remedio y los más golpeados por la crisis serán las clases populares que le reclamarán, sin miedo, por sus planes incumplidos y ahora, claramente incumplibles.
Sumemos las derrotas electorales recientes (2D y 23N) y otra por venir, si Chávez insiste en acudir a un referendo constitucional. Una crisis económica mundial que afectará a Venezuela dado los bajos precios petroleros que se estiman para el año próximo. Un equipo de gobierno que actúa sin dirección y sin objetivos claros. Una pérdida casi total de la funcionalidad de las instituciones del estado, TSJ, CNE, AN, Fiscalía, Contraloría, incapaces, por castradas, de tomar decisiones que puedan ayudar a la gobernabilidad del país. Un sector privado desarticulado, empobrecido y totalmente alejado de los mecanismos de decisión nacionales, durante los últimos 10 años, apuntan a que Venezuela será ingobernable por este régimen en el futuro previsible.
La gran pregunta es ¿qué hará Chávez? Tiene tres opciones teóricas:
  1. Cambiar de rumbo. Se olvida de la revolución y democratiza su gestión solicitando la ayuda de toda la sociedad. No parece capaz de esto. Ni hay indicios de ello.
  2. Le da un golpe definitivo a la democracia y se convierte en un dictador sin careta. Posible, aunque tendría que contar con instituciones represivas incondicionales.
  3. Guapea. Sigue como si no pasara nada hasta que se le acaben los recursos. El país se le va de las manos.

El escenario que menos queremos es el de la dictadura. Pero es el más probable si la ciudadanía abandonara la vía electoral como arma política.

Hay que volver a derrotar a Chávez, por la vía de los votos. En el referendo, en las elecciones municipales y en las de la Asamblea Nacional. Ni Chávez puede desconocer cinco derrotas seguidas.

domingo, 7 de diciembre de 2008

UN SOLO FRENTE

Entre las lecciones que nos dejo el 23N hay dos que merecen analizarse en cierta profundidad. Una es, que a pesar de que la oposición logró seleccionar un número importante de candidatos de unidad, no logró conformar una “dirección política” como última instancia para el diseño de una estrategia común y un mensaje coordinado.
La sombra que pesa sobre la efectividad de la “Coordinadora Democrática” ha impedido que, el magnífico experimento de contar con un foro permanente para la discusión y toma de decisiones críticas de la oposición, se lograra una vez más. Se ha intentado darle formas diferentes, desde salas situacionales, reuniones entre partidos políticos, nuevos grupos de análisis y estudio, unos como asesores del liderazgo, otros como protagonistas del quehacer político. Estos esfuerzos son útiles pero no pueden sustituir eficazmente a un centro nacional para las grandes discusiones políticas y lograr “eso” bajo cualquier figura que se escoja, siempre y cuando tenga en su seno la representación adecuada, es ahora absolutamente imprescindible. Puede ser un gran frente nacional o una federación de grupos y partidos políticos ya existentes, con un cuerpo operativo que los coordine. Ya existen partidos políticos importantes de oposición, grupos que analizan y participan en el quehacer político y gobernadores y alcaldes electos que a su vez deberían también conformar, cuanto antes, un frente para la defensa de sus atribuciones.
No son pocas las amenazas a la democracia en Venezuela. Tanto por la vía de la imposición de un gobierno centralista concentrado en un solo hombre y la sustitución por ese mismo y único hombre del principio de la alternabilidad en el poder.
La otra lección tiene que ver con la real posibilidad de defender los votos. Desde los días del Referendo Revocatorio he sostenido que si la oposición con testigos en todas las mesas electorales, recibe copia de las actas antes de ser enviadas para su totalización (se evita fraude de transmisión) y se verifica el contenido de las actas (un porcentaje importante) con los recibos depositados en las cajas oficiales, no hay fraude electrónico posible. Felizmente los resultados del 2D y 23N corroboran esta aseveración. Sin embargo, hemos tenido resultados apretados en estas últimas elecciones que no hemos podido defender “hasta el último voto” por no tener copia de todas las actas. Ante la enorme importancia de un posible próximo referendo para introducir en la constitución la reelección continua del presidente de la república y siendo este objetivo el más importante para el régimen no se debe acudir, otra vez, a un proceso electoral sin tener la absoluta seguridad de poder defender cada voto. Lo que parece que no podremos solucionar es el ventajismo obsceno preelectoral que utiliza el régimen.
No hay manera de minimizar las amenazas que, como consecuencia de los resultados de las elecciones del 2D y 23N le han llovido al país. El presidente personalmente se ha encargado de darle un portazo en las narices a quienes le han ofrecido su apoyo. No ha habido un solo gesto amistoso para responder a todas las ofertas de diálogo y apertura que ofrecieron los opositores. Ante sus ofertas de trabajar juntos, de conversar, de crear un país donde, de nuevo, quepamos todos, la respuesta ha sido más destemplada que nunca. Por eso, ante la evidencia de que no habrá diálogo ni acomodo, la oposición tiene, hoy más que nunca, que fortalecer su posición ante el régimen mediante la creación de un gran frente político, sin grietas por donde se escapen las reales oportunidades de recuperar al país.