domingo, 27 de febrero de 2011

MALAS PALABRAS

La sesión de la Asamblea Nacional donde se interpeló al ministro de Energía y Petróleo, me dejo muy preocupado, más por la actuación de los parlamentarios de oposición y menos por las mentiras del ministro, lo cual era de esperar (Este régimen no podría sobrevivir si dijera la verdad). Se cayó en la trampa de permitir que se desviara la agenda programada hacia una discusión bizantina sobre si se irrespetaba a la Fuerza Armada (FAN) por no haber asistido la oposición a la sesión de Angostura como protesta hacia el orador General Rangel Silva. Se intentó separar una condena al General de una censura a la institución. No se puede. Hay que reclamarle a la FAN que no haya tomado medidas disciplinarias contra ese oficial que amenazó a la democracia. Por eso, para mí, lo más grave es que todavía se le tema a los militares como si fueran los árbitros de nuestro futuro. Que asumamos que están más allá de toda crítica y que oficialismo y oposición compitan en demostrarles sumisión. En los países donde el poder militar está subordinado, de verdad, al poder civil ese General habría sido retirado. La oposición tenía que haber pospuesto para otra ocasión respuestas más contundentes a la FAN, dejando claro que quienes la irrespetan son los oficiales que actúan fuera de la Constitución en abierta violación a la esencia de la democracia.
Lo segundo que me preocupó fue la carga negativa que el oficialismo le puso a palabras como Fedecámaras, meritocracia, sector privado. En el mundo de ellos los empresarios son un obstáculo a vencer, el sector privado y la privatización, malas palabras que hay que erradicar del lenguaje y la meritocracia un ardid para engañar incautos. Debemos convencernos de que sin un sector privado productivo, inversionistas, gerentes eficientes y sindicatos modernos no habrá progreso. Basta con analizar a los países exitosos de hoy como China, Singapur, Brasil, Chile, Corea del Sur, que lo han sido por estimular al sector privado y enterrar los mitos de sistemas educativos anacrónicos como el nuestro. Lo que verdaderamente preocupa es la falta de toma de posición de nuestros diputados. ¿Porqué nadie se levanta y dice: yo sí apoyo a Fedecámaras? ¿Porqué cuando confiscan una empresa la mayoría se opone alegando defender los puestos de trabajo pero muy pocos expresan su apoyo directo a los propietarios y a la gerencia? ¿Porqué cuando se critica el fracaso de las empresas estatizadas se condena la ineficiencia del régimen administrador, pero no se dice que el sector privado era más eficiente y que un nuevo gobierno tendrá que reprivatizar lo confiscado y bastante más? ¿Porqué nadie le recuerda al ministro Ramírez ante su diatriba sobre la antigua PDVSA y su descalificación de la Apertura Petrolera, que ese proceso le dejó al país 600.000 barriles diarios (b/d) de producción nueva en la Faja del Orinoco y 500.000 b/d en los Convenios Operativos, que este régimen comunista no ha producido un solo barril nuevo y que todos los Planes de Negocios de PDVSA se han incumplido groseramente? ¿Será posible que mucha de nuestra oposición sea todavía estatista de corazón? Si esto es así, el problema somos nosotros y …Chávez.
Nuestros parlamentarios tienen que organizarse mejor y actuar en sintonía para poder repreguntar al interpelado, además de hacer cada diputado su propia pregunta si hubiese tiempo. Lo más importante: no hay que permitir que la FAN sea tabú y que privatizaciones, empresarios y sindicatos se conviertan en palabras devaluadas por el desgaste inaceptable de su importancia.

domingo, 20 de febrero de 2011

¿CREAR CONCIENCIA?

En un interesante intercambio con el diputado Juan Carlos Dugarte a través de Unión Radio me llamó la atención que a estas alturas del partido el oficialismo piense que los ciudadanos de este país somos o atrasados mentales o estamos totalmente desinformados. Ese día, martes 15-02-11, El Nacional recogía declaraciones del presidente Chávez y del ministro Ramírez en el sentido de que había que reducir la oferta interna de hidrocarburos en 100.000 barriles diarios (b/d) porque el consumo se había incrementado desproporcionadamente. Durante el programa Dugarte utilizó como argumento para justificar la acción la necesidad de “crear conciencia” en los consumidores y remató lo absurdo de la tesis invocando la crisis eléctrica, consecuencia, según él, del excesivo consumo del venezolano. Dijo, además, que los ciudadanos habían “entendido” las causas del racionamiento eléctrico y sugirió que el problema estaba resuelto, a pesar de que es de todos conocido, que con la excepción de Caracas, los apagones no programados siguen siendo el pan nuestro de cada día. La crisis eléctrica es consecuencia de la falta de inversión en proyectos de generación de energía que estaban programados desde 1999. Falta de mantenimiento que ha reducido considerablemente la energía disponible al pararse plantas térmicas y turbinas de Guri. Corrupción: No se sabe qué pasó con el dinero de las partidas que estaban presupuestadas para estos nuevos proyectos. Todo lo anterior ha sido documentado. El caso de los hidrocarburos es muy parecido. En el año 2005 PDVSA produjo un Plan de Negocios que incluía la construcción de nuevas refinerías y la expansión de las existentes para un aumento neto en la capacidad de refinación nacional de más de 600.000 b/d. Nada se hizo. Tampoco se invirtió lo necesario en producción de crudos y los volúmenes cayeron de 3.3 b/d a 2,3 millones de b/d. Peor aún, las refinerías reciben una dieta rica en crudos pesados que ha reducido la producción de productos “blancos” como la gasolina y aumentado las de residual, de menos valor. Por eso, PDVSA le compra a terceros grandes volúmenes de crudo y productos para reemplazar sus propias deficiencias (1.249.000 b/d en 2009). Por otra parte, hay razones para que se consuma más de lo estrictamente necesario tanto de gasolina (el tráfico pesado, los huecos en la calle, la falta de transporte público eficiente) como de gasoil y residual (falta de suministro de gas que obliga a usar estos combustibles en plantas eléctricas y otras industrias).
Por último, está el delicado asunto del precio de la gasolina. PDVSA compra este combustible a terceros por $100-$120 el barril y lo vende aquí a $5 el barril. Durante los 12 años de Chávez la gasolina ha mantenido el mismo precio. Con restricción al consumo no se solucionará ese bárbaro subsidio que favorece a los que tienen más de un automóvil y perjudica a los pobres que no reciben otros beneficios sociales por el enorme desaguadero que significa el bajo precio de la gasolina y de otros combustibles. El problema que tiene el régimen es cómo justifica aumentarles el precio a los venezolanos mientras que le regala a Cuba 100.000 b/d de petróleo y vende a descuento a otros países. Por cierto, ¿Cuánto le deben a PDVSA los países beneficiados por la generosidad del gobierno?
Por su ineficiencia el régimen está metido en un problema energético grave. Si raciona o eleva el precio de la gasolina enfrentará una protesta cívica. Si no hace nada demostrará debilidad. No tiene salida sin pagar un altísimo costo político. alberto_quiros@intercon.net.ve

domingo, 13 de febrero de 2011

VISION DE FUTURO

Ahora que se plantea en Venezuela la discusión sobre la educación superior, Andrés Oppenheimer publica: “Basta de Historias” (Debate, 2010) El autor visitó varios países con el fin de analizar sus sistemas educativos. Lo primero que salta a la vista es que la educación hay que visualizarla como una escalera cuyos peldaños son todos críticos. Desde el preescolar hasta los postgrados todos cumplen una misión importantísima y no habrá excelencia en los últimos escaños si no se prepara al alumno desde la infancia. Hay que educar para la innovación y la creatividad. Aquellos países, como el nuestro, donde la instrucción se da para “ponerse al día” quedarán rezagados ante las sociedades que estudian para crear un “nuevo día”. Hay indicadores como el número de patentes que los países registran en los mercados internacionales. Corea del Sur una pequeña nación registra 7.500 patentes al año. Venezuela registró 2 en el 2009. Otro factor crucial es el número de horas que se dedican a la enseñanza primaria. Los sistemas de evaluación de profesores y alumnos. Las alternativas abiertas a todos los estudiantes desde carreras técnicas cortas hasta la universidad. Los países que más han progresado en las últimas décadas son los que han abierto su sistema de educación superior a la globalización. Han permitido la presencia de universidades extranjeras en su territorio y han estimulado los estudios de los nacionales en el exterior sin temor a la fuga de cerebros convencidos de que regresarán si el país tiene trabajo e investigación avanzada. Ya no hay discusión posible. La clave del éxito es una educación moderna desde la cuna hasta la universidad con alternativas productivas para los diferentes niveles de competencia de los estudiantes.
Al final de su libro Oppenheimer da 12 claves del éxito para los países de América Latina.
1. Mirar hacia adelante. La obsesión por el pasado de América Latina le resta tiempo para construir el futuro.
2. Los gobiernos están más interesados en obras públicas que se ven, que en educación. La sociedad, las instituciones, las ONG tienen que construir un gran frente nacional exigiendo calidad educativa, estableciendo metas y midiendo su cumplimiento.
3. Ya en el Banco Mundial ha prosperado la idea de medir un PIB educativo que compare el gasto anual en educación con los logros que exhibe el producto final.
4. Educación preescolar: mejorar la nutrición, los servicios de salud y los estímulos adecuados. Para financiar estos servicios se pueden reducir los subsidios a las universidades que deben generar recursos propios mediante patentes, asesorías y pagos selectivos de matrículas.
5. Formar a buenos maestros. Seleccionar a los mejores alumnos preuniversitarios y convertir a la carrera docente en la élite del conocimiento.
6. Darle mejor estatus a los maestros, así como
7. Ofrecer incentivos salariales ligados a los resultados de los alumnos medidos bajo estándares internacionales.
8. Crear pactos nacionales para estimular las reformas educativas (Ya comentado).
9. Cultura familiar. El apoyo familiar y su participación en la evaluación y la motivación del alumno son básicos.
10. Romper el aislamiento educativo. Tener cada cierto tiempo (5 años) una evaluación de los sistemas educativos hechos por expertos internacionales.
11. Atraer inversiones de alta tecnología.
12. Abajo la complacencia y arriba la paranoia. Hace falta una dosis de humildad para reconocer el rezago educativo de la mayoría de nuestros países …¡Pero, no la tenemos!

domingo, 6 de febrero de 2011

VENCIENDO LAS SOMBRAS II

En una reunión con la Asociación Nacional de Institutos Universitarios Privados (ANICUP) conocí, a través de unas muy claras exposiciones, el problema de los institutos y colegios universitarios que ofrecen carreras cortas y que incluyen especializaciones que muchas veces no se enseñan en las carreras universitarias tradicionales. No puedo opinar sobre el grado de eficiencia de estas instituciones. Me imagino que como en todos los sectores educativos habrá diferencias cualitativas entre los mejores institutos y los que no ofrecen calidad adecuada. Esto, como en el sector público, es consecuencia de una ausencia de control, de recursos y de una excesiva burocratización de la permisología para operar. No hay que confundir controles con entrabamiento operativo. No es posible que no exista un sistema automatizado de redes académicas que permita, por ejemplo, la fácil transferencia de alumnos entre estos institutos.
Por otra parte, el uso pedagógico de las modernas tecnologías de la información y comunicación está fuertemente regulado por el Estado. Aparentemente, y de esto no se escapa la mayoría de nuestras universidades, ni el Estado ni la academia han internalizado el hecho de que tanto el contenido del conocimiento así como la metodología para transmitirlo ha cambiado drásticamente en los últimos 30 años. Ya el saber no puede estar totalmente concentrado en el profesor ni éste tiene una audiencia cautiva. Por el contrario, el estímulo a la curiosidad del alumno y su conversión en un agente activo del aprendizaje son ahora virtudes a desarrollar.
Siempre he creído en la necesidad de crear institutos de carreras cortas y modernas. Lamentablemente este gobierno lo que ha hecho es transformar los institutos públicos en universidades bolivarianas masivas, inmanejables y de baja calidad.
Para lograr el desarrollo y reducir la pobreza no hay duda de que el factor más importante es la calidad educativa. El crecimiento económico por sí solo, no garantiza el éxito. En un reciente libro de Andrés Oppenhaimer sobre sistemas educativos en varios países una conclusión es que el nivel de competencia del profesor es más importante que redimensionar el número de alumnos por aula. La instrucción en matemáticas y ciencia es vital, lo cual no significa que la humanista no debe seguir siendo factor importante en una formación integral.
El sector de los institutos universitarios tiene que ser rescatado del abandono al que lo ha sometido el Estado. Debe participar en las discusiones sobre la reforma de la educación superior. Debe ocupar un espacio importante donde se ofrezca educación moderna a nuestros estudiantes, que saldrán preparados de estos institutos con el reconocimiento público de haber cursado carreras útiles para el desarrollo nacional.
Por último, quisiera hacer dos comentarios: 1. El sector educativo es uno solo. La separación entre lo público y lo privado es artificial. La educación es un acto público independientemente de quien la dispense. No debe haber ni diferencias ni separaciones odiosas. 2. Lo otro tiene que ver con una Ley de Educación Superior. Creo que todavía falta mucho que hurgar en las deficiencias y aciertos de nuestro sistema de educación superior antes de preparar y proponer una ley. Refiero al lector a mi artículo de la semana pasada que incluye muchas interrogantes sin respuestas todavía. La ley tiene que ser el sirviente del objetivo. No habrá legislación adecuada hasta que todas las metas de una educación superior para Venezuela estén claramente definidas. alberto_quiros@intercon.net.ve