domingo, 31 de julio de 2011

CUATRO CONDICIONES PETROLERAS

Hay en Venezuela varios grupos estudiando el futuro de la industria petrolera. Con el profesionalismo de sus integrantes es mucho lo que saldrá como sugerencias sobre los múltiples aspectos a cubrir. Quisiera ahora reiterar cuatro criterios que creo deben estar presentes en lo que sin duda serán recomendaciones mucho más amplias.
1. La propiedad del subsuelo.
Es imprescindible que quede claro que el subsuelo pertenece a la Nación (todos los venezolanos) y no al Estado (la representación jurídica y política de la Nación). Esto permitirá tomar parte del ingreso petrolero para financiar planes sociales, incluyendo pensiones y, si se quisiera, aportes en efectivo a los venezolanos. Será suficiente con que una ley aclare este principio. Es más la propiedad de los venezolanos sobre el subsuelo se remonta al Decreto del Libertador en 1829, que dice en su capítulo 1 que las minas (subsuelo) son de la República y en su capítulo 2 que la República las entregará a los ciudadanos que las soliciten (bajo ciertas reglas). No estamos recomendando la propiedad individual sobre el subsuelo pero si la colectiva.
2. Cambiar la ley de hidrocarburos, líquidos y gaseosos para permitirle a los venezolanos y a las empresas nacionales y extranjeras participar en todos los sectores del negocio petrolero. Crear empresas mixtas con una participación del 20% del Estado, 20% del operador, 20% de los trabajadores y 40% colocado en la Bolsa de Valores. Este esquema permite contratar al mejor operador disponible dándole una participación accionaria. Deja al Estado como vigilante del proceso. Le da a los trabajadores una participación importante, que habrá que decidir si es permanente o solo mientras estén empleados y abre al financiamiento nacional e internacional el 40 restante. El objetivo es obtener un sistema de administración donde nadie tenga mayoría y se obligue a buscar alianzas entre las partes. En resumen, un sistema abierto a todos pero donde no regresemos al sistema concesionario. Bajo esta fórmula todos los interesados tendrán presencia accionaria y capacidad compartida de decisión. Con el tiempo, una vez probado el sistema, las partes (operador y estado) podrían colocar sus acciones en la Bolsa de Valores. Pero esto es algo que habrá que estudiar cuidadosamente.
3. Hay que crear una agencia petrolera intermediaria entre el Ministerio de Petróleo (quien dicta las políticas del sector) y las operadoras, que serán varias, con una empresa nacional más pequeña que la actual o, si se considerara conveniente, todas bajo la figura de empresas mixtas como se han descrito.
4. Es imprescindible diseñar un sistema que permita al sistema ahorrar en el exterior (para evitar el Mal Holandés) parte del ingreso petrolero. Por ejemplo si el petróleo está $100 por barril entonces se podría destinar $60 0 $70 al presupuesto nacional y depositar el balance en un fondo especial. Este crecerá con el tiempo y como hemos dicho servirá para financiar planes sociales y si así se decidiera un aporte como suplemento salarial. Hay ya varias recomendaciones sobre esto y será cuestión de analizarlas todas y escoger la más conveniente.
Hay mucho más que analizar pero creo sinceramente que cualquier modelo que al final se escoja debe incluir las cuatro recomendaciones aquí señaladas. Como algunos de estos aspectos requieren cambios legislativos probablemente habrá que empezar a operar bajo la legislación vigente hasta que se obtenga una mayoría en la Asamblea Nacional.

domingo, 24 de julio de 2011

AMNISTIA

VIOLENCIA. No hay mayor violencia que el irrespeto a la vida. En Venezuela, todos los fines de semana, ajustamos cuentas de las cuales la justicia formal no se entera ¡Violencia! Permitimos que sin formula de juicio las fuerzas oficiales del orden público le apliquen la pena de muerte a quienes son sospechosos de crímenes no comprobados por la justicia ordinaria ¿Quién responde por los muertos en nuestras cárceles? No hay ni siquiera la inaceptable excusa de que alguien se tome la justicia en sus manos. En las cárceles los muertos no tienen razones. Ni excusa. Ni enjuiciamientos. Permitimos que los maten ¡Violencia!
Los disparos silenciosos de la injusticia social y del desdén a la vida de los ciudadanos ha causado más víctimas en nuestro país que todos los ruidosos cañones de nuestra insurgencia armada.

TORTURA: la tortura para serla no tiene que ser física. Tortura es también crear el temor de una posible dictadura, así esta no se materialice. Tortura es vivir en estado de permanente preocupación por la forma como el estado pueda interpretar lo que se dice y lo que se calla. Tortura es pensar que nuestras conversaciones privadas está siendo grabadas por alguien que después va a usarlas como instrumento de chantaje. Tortura es pensar que el estado pueda influir en los tribunales para que declaren culpable al inocente. Tortura es acostarse sin saber que se comerá mañana. Tortura es saber que uno se puede morir por ausencia de atención médica. Tortura es no contar con un sistema moderno de educación.

En algunos sistemas democráticos están presentes varias de estas torturas y saber esto ya es una tortura. Pero a esa tortura no debemos agregarle la preocupación de pensar que quienes pretenden mejorar nuestra situación emplearán métodos que nos puedan llevar a otras torturas indescriptibles.

En Venezuela tenemos una especial clase de tortura. La violencia tiene sus muertos semanales y la tortura sus presos políticos. No puede haber tortura mayor, física y psicológica, que estar encerrado en una celda mínima sin ver el sol, sin poder ejercitarse, sin atención médica, con visitas familiares restringidas y, lo peor de todo, preso por un crimen no cometido como es el caso de los comisarios Simonovis, Forero y Vivas condenados a más de 30 años de prisión, mientras que los que públicamente le dispararon a la manifestación están libres. El presidente de la república, hoy víctima de una seria enfermedad, debe aprovechar su reposo para meditar sobre algunas de sus actuaciones que han resultado en dolor para ciudadanos y sus familiares.

Además, de los comisarios hay militares y civiles presos y está el bochornoso caso de la juez Afiuni. Un gesto del presidente liberando estos presos descargaría su conciencia de estas culpas y seguramente que tener su mente tranquila ayudaría a su recuperación. Estudios recientes han demostrado el poder de la mente sobre las enfermedades pero hay que poder estar libre de pensamientos de culpa para poder concentrarse en la cura.

Todas las violencias y torturas clásicas no superan el dolor que siente el preso. El que ve pasar la vida todos los días por las rejas de su celda sin otear otro horizonte que la repetición de la misma tortura. Día tras día hasta que estos se desdibujan en meses y años gastando sin vivir su vida. Señor Presidente, usted que sabe lo que es estar preso, aunque nunca bajo las condiciones infames de los comisarios, tiene una deuda con ellos. Tenga un gesto de humanidad. Promulgue una ley de amnistía. Le aseguró que si lo hace le cambiará la vida.

domingo, 17 de julio de 2011

EL INDICE DE PESIMISMO

La revista Time del 11 de julio trae un trabajo preparado por “Time/Aspen Ideas Festival” que representa un intento de medir el índice de pesimismo que tiene el pueblo de los Estados Unidos. El primer indicador afirma que el pueblo considera la primera década del siglo XXI como la peor para ellos. Hay dos elementos que soportan esta visión. Uno fue el acto terrorista de septiembre 2001. El otro la crisis financiera provocada, entre otras razones, por la burbuja en el precio de la vivienda. Solo el 6% de la población cree que EEUU ya se recuperó del acto terrorista y aunque le concede al presidente Obama algunos logros importantes (Plan de Salud) pareciera que no ha hecho lo suficiente para superar la crisis económica y reducir el desempleo. Esta percepción puede costarle la reelección aunque el partido republicano ha manejado en forma imprudente el tema del endeudamiento de EEUU y no parece tener un candidato presidencial que entusiasme al electorado. Otras observaciones son: esta década es la peor en 100 años. La mayor amenaza viene de adentro de EEUU. 78% piensan que en la próxima década habrá un ataque terrorista a los Estados Unidos. Los niños de hoy tendrán menos oportunidades de crecimiento que las generaciones anteriores. Hay más, pero estos ejemplos son suficientes para destacar el pesimismo del pueblo norteamericano.
Como en Venezuela ya sabemos que la oposición es mayoría podemos hacer un ejercicio parecido. No hay duda que la mayoría afirmará que esta última década ha sido peor que las anteriores. El evento más importante fue la elección de Chávez. Esto cambió el rostro político/ social del país. Nuestro equivalente del terrorismo es la inseguridad ciudadana. Por lo menos un 80% de la población no quiere un sistema político como el de Cuba. Otro 80% quiere defender la propiedad privada. Una ligera mayoría piensa que Chávez puede ser derrotado en el 2012. Sin embargo, no todos piensan que entregará pacíficamente la presidencia de la república. Una mayoría quisiera que se adelantarán las elecciones primarias. Otra quisiera que la MUD creara un gran frente pro defensa de la democracia con amplia inclusión de todos los sectores del país, a fin de que, de ser necesario, poder convocar a una gigantesca manifestación ciudadana. Una mayoría piensa que el régimen es ineficiente y corrupto. Un número importante de ciudadanos ya culpa a Chávez del mal gobierno. Muchos piensan que ante la enfermedad de Chávez hay que reforzar la unidad. A una mayoría de la oposición le gustaría una acción más contundente de nuestros parlamentarios en la Asamblea Nacional. La mayoría opositora quiere ver ya a los precandidatos de las Primarias en la calle haciendo campaña. A muchos les gustaría ver una mayor coordinación entre los gobernadores y alcaldes electos por la oposición y más presencia de los parlamentarios en sus estados.
A pesar de algunas negatividades, el pueblo venezolano se ve más optimista que el norteamericano. Está claro que la derrota de Chávez no solucionará, por si sola, los enormes problemas del país. Pero esta igualmente claro que si Chávez no es derrotado el país se nos irá de las manos. Habrá un éxodo de talento aun mayor que el actual y se habrá descerebrado al país, tan descerebrados como han sido los gabinetes del régimen.
Quizás la MUD se decida a tomar acciones a la luz de lo que quieren los ciudadanos. Para eso están los partidos políticos, para interpretar a los electores y cumplir con sus deseos siempre y cuando tengan sentido…y estos los tienen.

domingo, 10 de julio de 2011

POR SI ACASO

La enfermedad de Chávez le plantea tanto al oficialismo como a la oposición un nuevo escenario que obliga a ambos bandos a un cambio de estrategia…”por si acaso”. En efecto, Chávez pudiera retirarse del cargo antes de las elecciones del 2012 o, aun si se quedara, pudiera no estar en condiciones de competir por un nuevo mandato. Este no es un escenario definitivo pero..“por si acaso”, el mundo político tiene que prepararse para esa eventualidad si no quiere correr el peligro de que se produzca un estado de ingobernabilidad. Veamos algunas acciones posibles de lado y lado.
El oficialismo. Una de las características de este régimen es que no tiene sucesión visible. La presunta inmortalidad política de Chávez y su egocentrismo han impedido la escogencia de un sucesor. Grave error que ahora tendrá que ser corregido de manera apresurada y, a lo mejor, ya es tarde para que Chávez pueda imponer su voluntad en algo tan delicado como su sucesión. El gran mentor del presidente, aunque tardó en retirarse, escogió a su hermano como su sucesor. La ciudadanía estaba preparada. El sector político también. Si bien es cierto que la presencia de Fidel todavía arropa al gobierno de Raúl, no es menos cierto que ya este se ha consolidado como el jefe del proceso cubano. En Venezuela Chávez, por no haber tomado esa precaución, enfrenta ahora un dilema: dejar las cosas así y apostar por su recuperación o nombrar a un sucesor… “por si acaso”. Aunque le deseo total recuperación, creo que debe pensar seriamente en un sucesor y anunciarlo. No necesariamente tiene que ser el Vicepresidente Ejecutivo. Si, por ejemplo, escogiese a su hermano Adán, puede nombrarlo Comisionado Especial de la Presidencia y candidato del oficialismo 2012. Bajo este escenario es casi seguro que las elecciones presidenciales se adelantarían para principios o mediados del año que viene. Si fuera otra persona entonces podría nombrarlo Vicepresidente Ejecutivo y candidato. Ante la ausencia política de Chávez no hay duda que habría en el país un problema de gobernabilidad que, fuese quien fuese el ungido, requeriría un adelanto de la fecha electoral… “por si acaso”.
La oposición. Es también urgente que se conozca cuanto antes al candidato presidencial. Para ello se impone adelantar drásticamente la fecha de las primarias. Se ha dicho que se requieren seis meses para organizar ese evento. La emergencia nos obliga a recortar este plazo. A más tardar a fines de noviembre debe haberse seleccionado al candidato… “por si acaso”. La oposición tiene que organizar un frente amplio, sin grietas que pueda movilizar a la población…”por si acaso”. La ciega ambición está presente en los dos bandos del expectro político. La oposición debe tener candidato antes de que se produzca el “por si acaso”. De lo contrario ante la ausencia de Chávez, algunos pueden pensar que ya la unidad no es necesaria y que cualquiera puede derrotar al candidato del oficialismo. Ya se oyen rumores de algunos que piensan que las primarias son innecesarias y que se puede competir por aclamación. “El por si acaso”, ante una ausencia de Chávez, no puede planificarse después del hecho. Hay que actuar como si el “por si acaso” sucedió y si no pasa igual habremos acelerado un proceso que no puede sino favorecernos. Cuidado si nos sorprende lo posible por haber ignorado el “por si acaso”.
PD: Con adelantos de Primarias o no, los candidatos de la oposición tienen que estar ya en la calle haciéndose sentir ante una presencia o ausencia de Chávez.

lunes, 4 de julio de 2011

VALORES II

Con ocasión del día del periodista (27 de junio) se ha discutido mucho sobre la ética del periodismo. Sea propicia la ocasión para recordarle al régimen que nos gobierna algunos valores. Este ejercicio nos va a demostrar cuan fuertes y arraigados son los valores de nuestros comunicadores si se contrastaran con el grado de perversión moral de quienes nos gobiernan. Describamos, sin ser exhaustivos, algunos valores imprescindibles.
Justicia: nuestro sistema de justicia está pervertido por su sumisión al capricho del poder ejecutivo. En su afán de complacer al autócrata nuestros jueces han convertido a la “dama ciega” de la justicia en una que solo “ve” los intereses del régimen. La ausencia de justicia afecta a otros valores como libertad, honestidad, tolerancia y respeto a la humanidad.
Libertad: No puede haber libertad sin justicia y tolerancia. Se atenta contra la libertad si se pretende imponer un pensamiento único. Si se castiga al que piensa en forma diferente al régimen. Si se coarta el derecho a la propiedad y se imponen normas que obstaculizan el ejercicio de derechos fundamentales y Constitucionales.
Honestidad: El régimen en lo material ha sido corrupto. Ha administrado lo público con criterio de propiedad personal (no respeta la frontera entre lo público y lo privado). Es intelectualmente deshonesto, miente sobre sus planes y resultados. No tiene transparencia en sus acciones ni rinde cuentas sobre los proyectos que ejecuta y, peor aún, sobre aquellos a los que le asigna recursos y no ejecuta. Oculta la verdad. No informa. Engaña con falsas promesas a quienes están ayunos de bienestar.
Igualdad: No existe en el arsenal moral del régimen el principio de la igualdad. Por el contrario, desde sus comienzos se empeñó en dividir al país en “buenos (los que lo apoyan) y “malos” (los que se le oponen). No hay simetría en el trato a los ciudadanos. Estos no tienen derechos solo reciben dádivas selectivas. La lista Tascón ha sido el instrumento clásico para una política de la desigualdad.
Solidaridad y lealtad: Solo pueden considerarse valores si se aplican con la convicción de que una y otra responden a una causa o persona con la cual se establece un vínculo moral. Si como, en el caso del régimen, por intereses materiales se obedece a ciegas órdenes inmorales entonces lo que existe es sumisión en conflicto con nuestro buen juicio.
Tolerancia: si de algo carece este régimen es precisamente de este valor, lo cual lo lleva a irrespetar el derecho ajeno. En todas sus decisiones sobre el bien público el régimen ignora los sentimientos de los ciudadanos a quienes apabulla con normas y leyes que coartan sus libertades fundamentales y pretenden imponer la sola voluntad del régimen. Cero tolerancia parece ser su filosofía política fundamental.
Bondad: el presunto amor a los pobres y las Misiones no representan un sentimiento genuino de bondad hacia los que más necesitan. Son, por el contrario, mecanismos populistas para mantener la ilusión bajo la cara falsa que exhibe un régimen al que no le interesa acabar con la pobreza (“sin pobres no hay revolución”)
Los valores del régimen simplemente no existen. No solo los ha pisoteado sino que ni siquiera disimula sus inmoralidades. Por el contrario, se jacta de su conducta. Pero valores como justicia, libertad, honestidad, igualdad, solidaridad, lealtad, tolerancia y bondad no se evaporan. Viven en la conciencia ciudadana y serán, de nuevo, guías para nuestra conducta como país cuando termine esta pesadilla. alberto_quiros@intercon.net.ve