Con ocasión del día del periodista (27 de junio) se ha discutido mucho sobre la ética del periodismo. Sea propicia la ocasión para recordarle al régimen que nos gobierna algunos valores. Este ejercicio nos va a demostrar cuan fuertes y arraigados son los valores de nuestros comunicadores si se contrastaran con el grado de perversión moral de quienes nos gobiernan. Describamos, sin ser exhaustivos, algunos valores imprescindibles.
Justicia: nuestro sistema de justicia está pervertido por su sumisión al capricho del poder ejecutivo. En su afán de complacer al autócrata nuestros jueces han convertido a la “dama ciega” de la justicia en una que solo “ve” los intereses del régimen. La ausencia de justicia afecta a otros valores como libertad, honestidad, tolerancia y respeto a la humanidad.
Libertad: No puede haber libertad sin justicia y tolerancia. Se atenta contra la libertad si se pretende imponer un pensamiento único. Si se castiga al que piensa en forma diferente al régimen. Si se coarta el derecho a la propiedad y se imponen normas que obstaculizan el ejercicio de derechos fundamentales y Constitucionales.
Honestidad: El régimen en lo material ha sido corrupto. Ha administrado lo público con criterio de propiedad personal (no respeta la frontera entre lo público y lo privado). Es intelectualmente deshonesto, miente sobre sus planes y resultados. No tiene transparencia en sus acciones ni rinde cuentas sobre los proyectos que ejecuta y, peor aún, sobre aquellos a los que le asigna recursos y no ejecuta. Oculta la verdad. No informa. Engaña con falsas promesas a quienes están ayunos de bienestar.
Igualdad: No existe en el arsenal moral del régimen el principio de la igualdad. Por el contrario, desde sus comienzos se empeñó en dividir al país en “buenos (los que lo apoyan) y “malos” (los que se le oponen). No hay simetría en el trato a los ciudadanos. Estos no tienen derechos solo reciben dádivas selectivas. La lista Tascón ha sido el instrumento clásico para una política de la desigualdad.
Solidaridad y lealtad: Solo pueden considerarse valores si se aplican con la convicción de que una y otra responden a una causa o persona con la cual se establece un vínculo moral. Si como, en el caso del régimen, por intereses materiales se obedece a ciegas órdenes inmorales entonces lo que existe es sumisión en conflicto con nuestro buen juicio.
Tolerancia: si de algo carece este régimen es precisamente de este valor, lo cual lo lleva a irrespetar el derecho ajeno. En todas sus decisiones sobre el bien público el régimen ignora los sentimientos de los ciudadanos a quienes apabulla con normas y leyes que coartan sus libertades fundamentales y pretenden imponer la sola voluntad del régimen. Cero tolerancia parece ser su filosofía política fundamental.
Bondad: el presunto amor a los pobres y las Misiones no representan un sentimiento genuino de bondad hacia los que más necesitan. Son, por el contrario, mecanismos populistas para mantener la ilusión bajo la cara falsa que exhibe un régimen al que no le interesa acabar con la pobreza (“sin pobres no hay revolución”)
Los valores del régimen simplemente no existen. No solo los ha pisoteado sino que ni siquiera disimula sus inmoralidades. Por el contrario, se jacta de su conducta. Pero valores como justicia, libertad, honestidad, igualdad, solidaridad, lealtad, tolerancia y bondad no se evaporan. Viven en la conciencia ciudadana y serán, de nuevo, guías para nuestra conducta como país cuando termine esta pesadilla.
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