domingo, 30 de agosto de 2009

VACACIONES

Para Tiziana Polesel
La ley del Trabajo, la medicina moderna y el sentido común obligan a las personas a tomar vacaciones anuales de una sola vez o fraccionadas. Por eso es injusto que algunos critiquen que los políticos y líderes civiles se tomen una merecidas vacaciones con sus hijos durante el asueto escolar. Lo triste es que quienes vapulean a los “vacacionistas” lo hacen desde Miami o Macuto donde ellos se están divirtiendo. Son los mismos que durante el resto del año, mientras los criticados están haciendo su labor política, están instalados cómodamente mirando los toros desde la barrera.
Muchas de las críticas a las vacaciones se generaron porque se creyó que el régimen durante estos meses aprovechó algunas ausencias del liderazgo político/civil para promulgar leyes como la de Educación. Igual lo hubieran hecho. Por cierto, que en lugar de perder tiempo en cuestionamientos improductivos todos deberíamos estar protestando con una sola voz y analizando, sin descartar a priori, acciones como la de intentar un Referendo Abrogatorio o una modificación de la Ley, que ambas opciones están abiertas. Si el CNE y el TSJ no las permiten los partidos políticos y las organizaciones civiles pudieran organizar una consulta nacional para demostrar el grado de rechazo popular que tiene esta Ley. Sobre esto escribiré próximamente. Otra acción tomada por el gobierno durante las vacaciones fue la renovación del pleito con Colombia, ahora con amenazas de guerra. Esto es lo que los norteamericanos llaman “Kite/flying”. Volar un papagayo para que todos miremos hacia arriba mientras nos destrozan abajo. El caso Colombia no pasa de ser una maniobra distractiva. No hay guerra posible si la ciudadanía no está dispuesta a inmolarse y en nuestro caso estamos muy lejos de querer eso.
La Ley de Educación y el caso Colombia no son sino variaciones de un mismo tema. Porque como lo he afirmado por varios años ni la educación ni la propiedad privada ni los derechos humanos pueden subsistir como los conocemos hoy dentro del régimen comunista que aspira imponer el presidente Chávez. Por eso, toda protesta sectorial tiene que insertarse dentro de un objetivo mayor: salir de este régimen. Ese objetivo no se logrará si los partidos políticos reunidos en la Mesa Democrática no abren el juego político para incluir en el esfuerzo unitario a todas las fuerzas opositoras: Universidades, sindicatos, empresarios, colegios profesionales, ONG, entre otros, reunidos en una gran Asamblea Democrática con un Directorio Ejecutivo (la Mesa actual ampliada) que tome las decisiones del día a día. Tampoco hay que perder el tiempo en la inútil discusión sobre una tarjeta electoral única para las elecciones municipales y parlamentarias. Eso es antinatura y peor aún, innecesario. Si se logran candidaturas únicas (unitarias) no importa cuántas tarjetas las apoyen, la sumatoria de todas ellas le dará los mismos votos al candidato que la tarjeta única y los partidos y organizaciones electorales mantendrán su identidad y contarán sus votos. Uno de nuestros mayores defectos como sociedad es que no sabemos descartar a tiempo lo que no es viable.
Lo criticable no es, pues, salir de vacaciones. Lo cuestionable es perder tiempo útil en discutir lo innecesario y mantener posiciones obsoletas.
Para finalizar, le recomiendo al Presidente que se tome unas vacaciones para darles a los venezolanos un merecido descanso. Aunque hay quienes dicen que el problema es que vive permanentemente en vacaciones y que lo que se requiere es que gobierne.
¡Dios nos libre!

domingo, 23 de agosto de 2009

DOS ESCENARIOS

Lo primero es corregir un error de trascripción del artículo de la semana pasada (El Asedio Inútil). Allí dije que Carrera Damas había explicado lo inconveniente de “la intolerancia democrática”. Lo que dijo fue “la tolerancia democrática” que como contraparte de la intolerancia es una idea novedosa. Aprovecho la aclaratoria para destacar algo que permea a través del libro comentado: la aseveración de que el pueblo de Venezuela tiene afianzado en su composición la idea de la democracia y, por lo tanto, será difícil para Chávez imponerle al país un régimen como el de Cuba. Basado en esta predicción y en la convicción general de que este régimen fenecerá mediante una salida electoral, he esbozado dos escenarios.

1. ESCENARIO ELECTORAL. Se celebran elecciones para la Asamblea Nacional en el 2010. Triunfa la oposición y Chávez reconoce los resultados. Situación ideal a la cual no se llegará a menos que, desde ya, la oposición tome los siguientes pasos:

- Crear una dirección política unitaria. Para ello se requiere convocar una gran Asamblea donde estén representados los partidos políticos, las ONG, las universidades, los colegios profesionales, los sindicatos, el empresariado y todas aquellas instituciones e individualidades que se opongan al régimen. Esta Asamblea conocerá las decisiones que tome un Consejo Ejecutivo (la Mesa Democrática ampliada con uno o dos representantes de la sociedad civil) y su Director/Coordinador nombrado del seno del Consejo por la Asamblea. Así todos estarán comprometidos con “esa” dirección. Por su parte, el Consejo Ejecutivo creará, como ya lo ha hecho, un número de mesas sectoriales (seguridad, economía, petróleo, educación, salud, vivienda, etc) integrada por los mejores especialistas disponibles y no sólo por los que pertenezcan a los partidos políticos, como parece ser el caso actual. Con una estructura como la sugerida se logra que todas las organizaciones e individualidades de la oposición, directa o indirectamente, estén representadas y, lo más importante, informadas. Por cierto que es inconcebible que más del 70% de la población desconozca los contenidos y consecuencias de leyes como la de educación y la de tierras urbanas.

- Convencer a la ciudadanía de que este es un régimen comunista que quiere reproducir aquí a Cuba. Que no negocia. Que no respeta la opinión ajena. Que no hay la menor posibilidad de que cambie de rumbo y que el responsable mayor de la catástrofe que padecemos es Hugo Chávez.

- Mantener un alto nivel de protesta general y presencia ciudadana en la calle. Esto es crucial no sólo para lograr el objetivo electoral sino para debilitar al régimen, hacer del conocimiento general los reclamos sectoriales e individuales y estar preparados para el escenario dos.

ESCENARIO 2. EL CONFLICTO. Chávez no permite la convocatoria a elecciones parlamentarias en el 2010 o si se efectúan y pierde el gobierno, éste le escamotea el triunfo a la oposición (no reconocimiento o trampa) En este escenario Chávez habrá agotado la paciencia ciudadana y el entrenamiento del pueblo durante meses en la calle (ver escenario 1) servirá para incrementar la protesta y los conflictos sectoriales, lo cual unido a un debilitamiento progresivo del gobierno por la inseguridad ciudadana y el desabastecimiento servirá de detonante para crear un estado de ingobernabilidad que obligará al régimen a convocar elecciones o a reconocer los resultados si los hubiesen escamoteados, o a renunciar.Si hacemos lo correcto, en el 2010, habremos entrado en la recta final de esta pesadilla.

domingo, 16 de agosto de 2009

"EL ASEDIO INUTIL"

Es el título de un libro de lectura obligada. Si algún día pretendemos entender estas contradicciones que nos gobiernan debemos conocer cómo llegamos aquí.

En su conversación con Ramón Hernández, Germán Carrera Damas se da y nos da un banquete con platos de historia, política, militarismo, demagogia y autoritarismo con dosis de definiciones de democracia liberal, socialdemocracia y democracia cristiana con enorme claridad y sentido didáctico. Luego nos ofrece una aguda visión de nuestra sociedad destacando que todavía no hemos hecho la transición de súbditos a ciudadanos. Esto tiende a explicar porqué el enamoramiento con un autócrata. Estamos acostumbrados a obedecer. Para complicar, aun más el problema quien nos manda tiene todas las características de un sargento: “la mitad del poder de un sargento consiste en obtener de sus dependientes una obediencia absoluta, inmediata y eficaz porque hay que inculcarles la conducta de mando/obediencia”.

El sargento ordena, los soldados obedecen y tienden a mirar en él al símbolo que les resolverá todos sus problemas. Por eso ante cualquier dificultad la consigna es “hablar con el presidente”. Por su parte, nuestro sargento cree que su condición de presidente le da el derecho de intervenir directamente en el manejo de instituciones que tienen sus propias y legítimas autoridades. Recuerdo cuando Chávez dijo, como algo inaceptable, que en la vieja Pdvsa él no podía despedir a nadie. Por eso, la vieja Pdvsa era lo que era y la actual es una mala caricatura de una empresa petrolera. Por supuesto que Chávez no puede despedir a ningún trabajador de Pdvsa, ni de ninguna empresa pública o privada. No está entre sus atribuciones, como no lo está mandar a “echarle gas del bueno” a manifestantes, ni regalar el dinero de los venezolanos.

Carrera Damas le otorga enorme importancia al trienio 1945-48. En ese periodo se estableció la democracia liberal. El gobierno incluyó en el proceso político a todos los venezolanos al darle el voto a las mujeres y a los analfabetas. Antes menos de la mitad del país tenía derecho a participar en los procesos electorales. Consagró también la elección directa y secreta del presidente de la república, rompiendo con el molde gomecista dentro del cual el presidente en ejercicio nombraba a su sucesor. Intentó, aunque a mi manera de ver infructuosamente, de subordinar el poder militar al poder civil. No lo logró como lo evidencian los hechos de 1948 y de 1958. Luego de varias décadas de civilidad sufrimos, de nuevo, el peso de un gobierno militar/militarista como nunca lo habíamos conocido. Los gobiernos anteriores militares tenían, por lo menos, la inteligencia de reclutar los mejores civiles para administrar el país. Hoy, a cualquier sargento lo encargan de presidir instituciones que requieren de profesionalismo para su buena administración.
Otro concepto desarrollado en el libro es lo inconveniente de la intolerancia democrática mal entendida: no se trata de impedir el libre juego de las ideas. Lo que no es “tolerable” es que por cobardía no se discuta y rebata con lo que estamos en desacuerdo ni aceptar actos ilícitos para evitar perder apoyo popular (un error político garrafal).
Carrera Damas es optimista. Cree que los valores democráticos de la sociedad venezolana se impondrán y que no veremos a Venezuela convertida en Cuba ¡Amen!
He omitido mencionar hasta ahora, injustamente, a Ramón Hernández quien con sus incisivas y provocadoras preguntas le abrió el camino a Carrera Damas para una clase magistral.
Un libro imprescindible.

domingo, 9 de agosto de 2009

LIBERTAD DE EXPRESION

Históricamente, aunque en las últimas décadas cada día menos, la libertad de expresión ha estado amenazada principalmente por cuatro factores:
1. Los dueños de los medios. Ciertos diarios y estaciones radiovisuales tienen una posición derivada del pensamiento político de sus dueños. Sin embargo, en países con un elevado grado de democracia no se les obliga a los periodistas a afiliarse a ese pensamiento. Dicho esto los propietarios a veces no resisten la tentación de sugerir que se omita una noticia o que esta se redacte a su satisfacción. No obstante, el buen editor y el buen periodista saben como enfrentar estas presiones.
2. La publicidad. En el sector privado las presiones de las empresas publicitarias para “matar” noticias que afecten negativamente a sus clientes son escasas. Aunque esas mismas empresas y sus clientes se abstienen de anunciar en ciertos medios por razones subjetivas que tienen poco que ver con su competitividad y calidad.
3. La autocensura. Es la impuesta por el periodista. Obedece a diversas razones. Entre ellas: - No me van a publicar esto. - No lo escribo porque alguien en el gobierno se va a disgustar. - No es conveniente para el país. - No le va a gustar al director. La autocensura es personal. Está en la psiquis de cada quien. De alguna manera está asociada al sentimiento de temor, retaliación o castigo. Obedece a una reacción defensiva y en la mayoría de las veces se desconoce su existencia ¿cómo saber lo que no se escribió?
4. El gobierno. Las democracias modernas han interpretado cada día con más flexibilidad las leyes o las costumbres relacionadas con la libertad de expresión. Desde cuando criticar a un mandatario era un delito a hoy cuando se puede, sin recibir castigo, criticar con suma dureza a personajes públicos ha transcurrido un período dentro del cual sociedades diferentes se han convencido que en el dilema entre lo inconveniente de decir algo y el derecho a decirlo siempre prevalecerá lo segundo.
Donde exista periodismo moderno y un sistema judicial autonómo sería inconcebible que se discutiera una ley sobre delitos mediáticos como la que ha redactado el régimen. Lo inaudito es que se omita el principio de la “real malicia” como freno a desmedidas reacciones de funcionarios públicos a las críticas. En Inglaterra y en Estados Unidos en los últimos años se ha flexibilizado tanto la “real malicia” que para un hombre público es casi imposible probar en un tribunal que los comentarios sobre su persona fueron hechos con la clara intención de insultar, y en algunos casos, cuando se trata de acusaciones, de mentir.
Basadas en los principios aquí enunciados las sociedades son muy reticentes a legislar restrictivamente sobre la libertad de expresión.
La Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos consagra, entre otros derechos, la libertad de expresión. En 1996, en un caso sobre pornografía infantil el magistrado Anthony N. Kennedy escribió: “los derechos consagrados en la Primera Enmienda están en grave peligro cuando el gobierno intenta controlar la manera de pensar o justifica las leyes que persiguen ese impermisible objetivo. El derecho a pensar es el origen de la libertad y la libertad de expresión debe ser protegida del gobierno porque la palabra es el comienzo del pensamiento”.
No es compatible con el concepto de democracia una ley mediante la cual una interpretación caprichosa del oficialismo puede convertir a una opinión en delito.
Como en casi todo lo otro que hace el régimen, en materia comunicacional está de espaldas a la modernidad.

domingo, 2 de agosto de 2009

FORO EN WASHINGTON

El 27 de julio tuvo lugar en Washington un foro sobre la situación económica y política de Venezuela. Fueron ponentes: Moisés Naim, Asdrúbal Oliveros, Roberto Casanova y Luís Vicente León. Para comentar sobre lo que allí se dijo me voy a apoyar en una nota de Gustavo Coronel quien asistió al evento.
Moisés Naim: Hizo un diagnóstico “brillante” aunque algo contradictorio en cuanto a que su larga lista de negatividades sobre el gobierno de Chávez y sus nefastas consecuencias no parece armonizar con su conclusión. Según Naim habrá Chávez para rato. El régimen tiene dinero y no es probable un colapso total de la economía. Aquí vale la pena un comentario propio. Bajo ciertas circunstancias los mandatarios que saben manipular a los ciudadanos y tienen la habilidad de someter a los poderes públicos a su sola voluntad pueden permanecer por largo tiempo en el poder sobre todo si logran reclutar para su causa a las Fuerzas Armadas. Ejemplos hay: Mubarak lleva 28 años gobernando a Egipto. Assad estuvo 30 años mandando en Siria y ha sido reemplazado por su hijo Bashar. Zine Al Adivine Ben Ali lleva 22 años como presidente de Túnez. Ali Abdullah Saleh ha sido presidente de diversas regiones de Yemen por más de 30 años y Mohamad Kadafi gobierna a Libia desde 1969. Aun cuando estos gobernantes actúan en países muy diferentes al nuestro, la historia en América Latina ha sido también rica en presidencias longevas.
Estoy seguro que lo que Naim ha dicho es que por el solo acto económico Chávez no se cae. Como tampoco, agregaría yo, se queda. Por supuesto que unos ingresos petroleros de la magnitud del año pasado pueden sostenerlo por algún tiempo porque le dan mayor capacidad de maniobra para continuar remendando su negativa gestión a fuerza de billetazos. Pero, y es un pero importante, el régimen ha cometido demasiadas tropelías como para contar a largo plazo con el favor popular. Coronel, en su análisis concluye que el pueblo de Venezuela “por más capacidad de resignación para tomarlo todo a risa”, no soportará a Chávez hasta el 2012. ¡Amén! Asdrúbal Oliveros disecó los indicadores económicos y demostró el caos producido por el régimen. Señaló que a pesar de la disminución de los precios del petróleo las estatificaciones han aumentado tanto como para estimar en unos 30.000 millones de dólares las compensaciones que se le adeudan a las empresas tomadas por el Estado. Roberto Casanova analizó los esfuerzos del régimen por acabar con la propiedad privada sin acatar las leyes que reglamentan esta acción. No existe, desde su visión, imperio de la ley en Venezuela.
Luis Vicente León, coincide con Moisés Naim hasta en las contradicciones. En Venezuela entre el 60 y 70% de la población rechaza las medidas socializantes del régimen. Sin embargo, más del 50% “sigue a Chávez”. Por eso, y porque todavía hay dinero Chávez no perderá pronto el poder. León afirma que los hombres de negocios prefieren estar en Venezuela porque se gana más dinero y más rápido que en otros países.
Las conclusiones del foro parecen ser: una crisis económica por si sola no acabará con Chávez. El régimen ha cometido errores costosísimos tanto en lo económico como en lo social sin que la ciudadanía se lo cobre… todavía. Hay grupos económicos en Venezuela que creen poder sobrevivir y convivir con el socialismo del siglo XXI. La mía es que hay demasiada incertidumbre para hacer pronósticos. El péndulo puede moverse tanto hacia al lado del conformismo como hacia el de la sublevación. Soplan vientos de ambos lados y uno de ellos tumba gobiernos. alberto_quiros@intercon.net.ve