jueves, 25 de septiembre de 2014

SER O NO SER

Hay dos reacciones en la oposición ante el dilema electoral actual: una es que a menos que se nombre a un CNE imparcial y se redefinan los circuitos electorales, a fin de participar en los comicios de 2015, si no en perfecta igualdad de condiciones (el régimen siempre tendrá más recursos financieros y logísticos que la oposición) por lo menos con una reducción importante del ventajismo oficial. Toda la oposición quiere “eso”. Lo que no está claro es qué acciones se tomarán si esas condiciones no se dan. Parece que hay un grupo que está dispuesto a asistir a los sufragios, aun bajo el ventajismo de hoy. Otros están a favor de “pelear” hasta el final por esos logros, aunque no se haya definido lo que haría uno y otro grupo el día después. Si ganamos, si perdemos, si nos abstenemos.
Por cierto, creo que es hora de analizar objetivamente la posición de la abstención en el 2005. La oposición demostró, con la poca asistencia a las urnas, que tenía poder de convencer a la gran mayoría de la población. La convocatoria fue exitosa. La cuestión fue que nadie diseñó una estrategia para los próximos pasos. Si usted está dispuesto a entregarle, mediante su abstención, la Asamblea Nacional al régimen es porque sabe lo que va a hacer después. Si las estrategias se miden por resultados, tanto como cuando nos abstuvimos o como cuando participamos en los comicios, la Asamblea Nacional, controlada por el régimen, ha hecho lo que le da la gana. La razón es que no estábamos preparados para lidiar ni con una Asamblea controlada 100% 0 70% por el oficialismo. Salvo por pocos diputados que han hecho bastante ruido, nuestra presencia en la Asamblea ha tenido los mismos resultados que nuestra ausencia total (exagero un poco a propósito)
El poder político tiene dos grandes etapas: la primera es obtenerlo. La segunda es saberlo administrar, algo que este régimen no ha aprendido. Pero la oposición también debe tener una estrategia bien clara y definida: 1. Qué leyes presentará y cuáles apoyará si las propone el régimen. 2. Qué plan de gobierno le ofrecerá a la ciudadanía si obtienen el poder en la próxima vuelta. Dejo al buen juicio de la ciudadanía, de los partidos políticos y de la MUD si lo dicho aquí se ha cumplido.
Con esto lo que pretendo establecer es que una discusión sobre si la oposición va a votar o abstenerse no se resuelve tan fácil con una respuesta de sí o no. Si votamos es para ganar la mayoría en la Asamblea Nacional. Si es para perder y estar 5 años más como jarrones chinos, habría que analizar cuidadosamente si vale la pena. Si la decisión es abstenerse es porque ya tendríamos una estrategia bien definida para enfrentar al régimen que controlará, como hoy, a todos los poderes públicos. También podría haber otro escenario y es que no haya elecciones, bien porque el gobierno cambia las reglas del juego electoral (vigilen las comunas) o porque se produce un golpe de estado (auto o infligido por otros). También para esto hay que estar preparado.
Para hacer un análisis político hay que conservar a la MUD para acciones netamente electorales o convertirla en un instrumento más representativo de la sociedad que se ocupe de planes y estrategias o, como han sugerido algunos, dejar la MUD para lo estrictamente electoral y darle vía libre a los partidos políticos, a las ONG´s, universidades, etc, para que se lancen al ruedo con sus proposiciones para un nuevo gobierno. Que se constituyan ellos en otra MUD paralela, en constante comunicación con la actual.
Si no tenemos claro qué hacer, si ganamos, perdemos o nos abstenemos, mejor es dejar la decisión a un “cara o sello”. Al fin, en ese caso, dará lo mismo.

PD: Se va “clorox”. El régimen continúa en problemas. Ya se sabe que tiene uno grande de divisas para cumplir su corrupto y exagerado endeudamiento. La solución, hasta ahora, ha sido correr la arruga, pero, cuando ya no se pueda, ni siquiera tendremos productos con cloro para limpiar lo que dejaran después que apaguen la luz.

quiroscorradi@gmail.com










jueves, 18 de septiembre de 2014

ALLÍ ESTOY YO

La corrupción oficial tiene diferentes métodos, actitudes y enfoques. Depende de la sociedad, tipo de gobierno, educación ciudadana, fortaleza institucional, separación de los poderes públicos, autonomía del Banco Central, etc. Por lo general, en países económicamente pocos sofisticados los instrumentos financieros son más fáciles de administrar para “imponer” la corrupción. El pueblo no está instruido para entender las sutilezas de las manipulaciones financieras. Los conceptos de fondos especializados, emisión de deuda pública, la clasificación del riesgo país por los mercados internacionales no es conversación que se escuche en los juegos de domino en los barrios de las ciudades y a gran parte de la clase media, tampoco le preocupa mucho. Más difícil es encubrir la corrupción en la ejecución de obras, en la administración de empresas del estado o en el rápido deterioro de lo ya hecho.
Todos los corruptos se arropan con la cobija de la auditoria. Pero lea usted cuidadosamente todas las frases con las que se “tapan”, las empresas de auditorías para poder justificar si se les escapa algo. Las decisiones gerenciales deben identificar primero al “Qué”, seguido en “Por qué”, con quién, con qué y la prioridad que tiene ese proyecto dentro de las necesidades de un país lleno de problemas. Aquí en Venezuela al “Por qué” la autoridad responde porque: “me da la gana”. Recordemos los numerosos viajes de Chávez al exterior y al interior de la república que siempre terminaban en compromisos de Estado impuestos por el capricho del mandante. Esa falta de disciplina gerencial y mala administración del poder era, parafraseando a Rómulo Betancourt, multisapida. Una vez que el jefe decide hacer una urbanización aquí, una carretera más allá y un puente entre los dos, ¿quién le hace seguimiento a esas locuras?. Por eso el país está lleno de “primeras piedras”­­ y vacías las arcas del tesoro. Por supuesto, que la administración por capricho estimula esa corrupción porque algunos empiezan a ejecutar lo ordenado y lo dejan inconcluso. Otros ya ni siquiera  se toman la molestia de hacer algo.
Todo lo anterior me recuerda la anécdota que me refirió un gran amigo. Un presidente de un país latino visita a otro colega del continente. Este anfitrión le dio una espléndida acogida y lo invitó a almorzar a la casa de su propiedad y a cenar a su finca. El visitante queda impresionado con el lujo de la casa y la extensión de la finca y, en un momento de confianza, le preguntó: “¿tú eres rico de familia?, porque lo que tienes es impactante. Al día siguiente ya en la despedida, el anfitrión, antes de sentarse a la mesa, invitó a su colega a que se asomara al balcón del palacio presidencial. Una vez en ese sitio, le dijo, mira esa es una nueva urbanización que se está construyendo. Pues bien, “allí estoy yo”.  Así paseó la vista  de este a oeste, de norte a sur donde se edificaban acueductos, plantas eléctricas y en cada caso el presidente repetía, “allí estoy yo”.
Tres años después el presidente invitó  a su anfitrión de ayer y, por supuesto, le extendió exquisitas atenciones oficiales para retribuir los múltiples obsequios que le había ofrecido su invitado. Cuando llegó el momento de despedir a su colega lo condujo al balcón presidencial y le dijo: “no creas que se me olvidaron tus consejos. ¿Ves esa urbanización que estamos construyendo?. El visitante extendió hasta donde pudo la vista y le dijo: “pero presidente yo no veo nada”. Precisamente, respondió el anfitrión, ”allí estoy yo”.
PD. Nicolás, antes de dejar el poder, ordena una auditoría financiera, física y operativa que nos responda, entre muchas, tres interrogantes: 1. ¿Cuánto dinero ingresó al Fonden?, ¿cuánto se gastó y en qué estado están los supuestos proyectos que financió? 2. Lo mismo para PDVSA y las empresas de Guayana. 3. Una auditoria operacional, sobre todo a PDVSA, que explique las numerosas muertes y los accidentes que han ocurrido en la empresa en los últimos 10 años. Esto será útil cuando tengas que enfrentar el difícil dilema de entrar en default o comprarle comida al pueblo.
Recuerda que cuando “eso” sucedió “tú no estabas allí”.
 quiroscorradi@gmail.com






domingo, 7 de septiembre de 2014

LAS COSAS AL REVÉS

I. Cambios en el gabinete
La reestructuración del gobierno, anunciada por Maduro, nos recuerda a un amigo que quería instalar una empresa. Me invitó a almorzar y me dijo: “Alberto, tú que sabes de “eso”, me podrías diseñar un cuadro de organización” Con mucho gusto, le dije, dime, primero, qué tipo de empresa quieres estructurar. ¿Para qué, cuáles son los objetivos, con quiénes te vas a relacionar, cuáles consideras serían sus puntos fuertes y sus puntos débiles? ¿Es empresa familiar o estará en la Bolsa de Valores? ¿Tienes capital o lo solicitarás? ¿Tienes ya previsto los recursos humanos que necesitarán, etc? Porque entiende algo importante. El cuadro de organización de una empresa o de un país, así como las leyes, son el instrumento del objetivo. Ambos reflejan lo que los empresarios y la sociedad desean que se establezca.
Lo lógico, en el caso de Maduro, era que nos explicara, primero, qué es lo que iba a hacer para solucionar los problemas del país, como lo prometió. Unificación cambiaria. Revisión de otros controles. Recuperación de la agricultura. Aumento de la producción petrolera. Rescate de las empresas de Guayana. Control del gasto público y el presupuesto nacional. Entonces, la oficina que audita el presupuesto, el Banco Central, como ente autónomo y Planificación y Finanzas, deben estar muy ligados.
El orden del proceso de cambios sería el siguiente: 1. Lo que hay que hacer es análisis de costos (lo social) y beneficio (lo económico) 2. Cómo y con qué. 3. Los objetivos. 4. Las relaciones de tipo jerárquico y de asesoría entre los funcionarios. 5. Cuadro de organización. 6. Modificación de leyes. 7. Informar a la ciudadanía. ¿Entendiste Maduro?
II. CITGO. 
Ya lo habíamos dicho, no hay que perder tiempo en radio y tv, explicando si la adquisición de CITGO fue o no un buen negocio. Lo cierto es que sus activos son de nuestra propiedad y están operativos. Sin embargo, pudieran invocarse razones para su venta. Analicemos algunas. a. Se necesita el dinero. Dado el record de despilfarro de este régimen no parece ser una decisión inteligente. b. Las refinerías son ya obsoletas. Falso. Tienen facilidades de alta conversión y están bien mantenidas. c. No tenemos suficiente crudo para suplirlas. Esta aseveración está en conflicto con el anuncio del régimen, de aumentar la producción a 4 o 5 millones de barriles diarios, a corto y mediano plazo. d. Produce perdidas. Falso. Se han generado dividendos y se han hecho inversiones importantes sin que PDVSA aporte recursos de caja. e. No tenemos personal para administrarla. Si tenemos pero, por los momentos, no están ni dentro de la empresa ni en el país.
No creemos que hayan muchas más razones para vender a CITGO. Es más, en el corto y mediano plazo, los Estados Unidos, Canadá y México necesitarán capacidad adicional de refinación y los problemas ambientales dificultan, demoran y aumentan los costos de nuevas construcciones. Cuando esto suceda CITGO valdrá mucho más que hoy.
Una estructura como CITGO sirve para múltiples funciones. Para refinar nuestro crudo pesado. Para procesar el de otros productores. Para hacer intercambio de crudos y productos con otras empresas.
Muchos de nuestros autoproclamados expertos no han entendido todavía que PDVSA no compró refinerías. Compró un mercado cautivo, integrado desde la exploración hasta la estación de gasolina. Estos seudoexpertos tienen una mentalidad de tuerca y tornillo. ¿De qué sirve producir petróleo si no se tiene a quien vendérselo, transformarlo en producto y con unas redes de distribución seguras? ¿O es que estatizamos la industria para que las transnacionales mantuvieran los beneficios de “aguas abajo”, incluyendo el control del mercado y de los clientes? Entiendan que en materia petrolera ¡es el mercado, estúpidos!

De nuevo, en el caso CITGO se hicieron las cosas al revés. No nos explicaron: ¿Por qué vender si tenemos mercado o no hay mercado que defender? ¿Dónde refinaremos el aumento de producción? (si llega alguna vez). El dinero de la venta, justifican algunos, pudiera producir más rentabilidad en otras inversiones. ¿Por qué, entonces, no nos compramos un casino en Las Vegas? 
quiroscorradi@gmail.com