domingo, 27 de marzo de 2011

AUTOFLAGELACION

Recientes comentarios sobre hechos históricos me motivan a una revisión de lo sucedido a fin de que distorsiones del pasado no afecten negativamente nuestras estrategias hacia el futuro. Veamos.
Abril 2002. Que el régimen califique lo sucedido esos días como golpe de Estado, uno lo entiende. Pero que líderes de la oposición le den el mismo calificativo no es comprensible. Si una manifestación popular gigantesca reprimida por las armas que resulta en la renuncia del tirano contra quien se protestaba, es un golpe de Estado, entonces, los hechos recientes en Egipto y Túnez tendrían que calificarse así. No ha sido el caso. La protesta del 11 de abril y sus consecuencias fueron ya calificadas formalmente por el TSJ como un “vacío de poder” y sus actores militares y civiles absueltos de toda culpa. Lastimosamente los verdaderos asesinos de ese día ocupan posiciones políticas destacadas. Aunque convictos y confesos por un documental en televisión, están libres, mientras que aquellos que protegieron a la marcha civil hoy están presos y condenados a 30 años de reclusión. Calificar a esa protesta cívica como golpe de Estado es otra manera de condenar a los inocentes funcionarios hoy presos. La más alta autoridad militar del país informó públicamente que el Presidente había renunciado y que el Alto Mando ponía sus cargos a la disposición del próximo gobierno. Es verdad que luego faltó pulso político experimentado para diseñar una transición ante una Asamblea desarticulada y un vicePresidente en fuga, situación que la Constitución no contemplaba. Ninguna alternativa era fácil. Veamos. 1. Intentar reunir a la Asamblea Nacional para elegir un Presidente 2. Nombrar una junta de gobierno provisional 3. Dejar a Carmona en el cargo 4. Regresar a Chávez. Por cierto, como el Presidente renunció no podía arrepentirse después y el verdadero golpe de Estado fue proclamarlo de nuevo. En todo caso, nuestros líderes democráticos no deberían calificar como golpe de Estado a una de las protestas cívicas más hermosas de nuestra ciudadanía.
La huelga cívica. Esa no fue una huelga general. No se interrumpió ni el servicio eléctrico ni el del agua. Se mantuvo el transporte público. Se permitió la importación de gasolina. Muchos comercios se mantuvieron abiertos. Únicamente lo petrolero ejercía presión sobre el régimen. La huelga resultó ser solo una demostración colectiva de protesta. El error no fue convocarla. El error fue prolongarla indefinidamente cuando era obvio después de los primeros días que el desgaste mayor lo sufrían los protestantes y no el protestado. De haber durado 3 0 4 días hubiese sido un éxito. Sin embargo tuvo sus efectos positivos y algunos logros (celebrar el Revocatorio y obtener de la OEA reconocimiento formal para la Coordinadora Democrática) Aprendamos que las protestas son cortas y las huelgas generales tienen que ser, precisamente, eso: generales.
En resumen, no hubo golpe de Estado en abril 2002 y es peligroso seguir denominándolo así, porque la ciudadanía pudiera pensar que la protesta cívica le está negada por los calificativos de sus propios líderes. La huelga duró demasiado y, aunque no fue general, obtuvo algunos logros. Además, ya sabemos que Chávez es derrotable y en varios comicios aprendimos que si tenemos testigos en todas las mesas no hay fraude posible.
No más autoflagelaciones. No a la abstención electoral. Convoquemos a manifestaciones masivas para apoyar las protestas sectoriales, exigir la libertad de los presos políticos y el regreso a la democracia.

domingo, 20 de marzo de 2011

ATENCION PLENA

La felicidad está más cerca de lo que nos imaginamos. En tiempos recientes la psicología, la neurociencia y la biología, entre otras disciplinas, han desarrollado nuevos conceptos relacionados con la mente humana y su capacidad para generar habilidades mucho más allá de las que normalmente utilizamos. Mencionaremos hoy dos: “mindfulness” o “atención plena” y “resiliencia”. Veamos dos definiciones sencillas que nos pueden guiar en este innovador campo. Mindfulness: Capacidad para focalizar la atención de la mente en el presente en un objeto, sensación o experiencia. Resiliencia: Habilidad para surgir de la adversidad, recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva (Henderson, 2003)
Este nuevo enfoque ha descubierto que las emociones y la racionalidad no son polos opuestos y que mucho de los valores que nos ha dejado la cultura occidental son menos importantes que el conocimiento de las posibilidades de la mente humana. Tanto sus aspectos positivos no descubiertos así como las trampas que el desconocimiento de su potencial puede tendernos. En un poema titulado “Autobiografía en Cinco Capítulos Cortos”. Portia Nelson describe la forma en que, en ocasiones, nos atascamos en el camino que conduce hacia la conciencia y la libertad (Citado en Mindfulness para Reducir el Estrés. Stahl, 2010. Editorial Kairos. Traducción propia)
Capítulo 1: Camino por una calle. Hay un hueco grande en la acera. Me caigo en él. Estoy perdido…desamparado. No es mi culpa. Tardo muchísimo en salir.
Capítulo 2: Camino por la misma calle. Hay un hueco grande en la acera. Pretendo no verlo. Vuelvo a caer en él. No puedo creer que estoy en el mismo lugar. Pero no es mi culpa. De nuevo tardo muchísimo en salir.
Capítulo 3: Camino por la misma calle. Hay un hueco grande en la acera. Lo veo. Pero vuelvo a caer. Ya es un hábito…Pero mis ojos están abiertos. Sé donde estoy. Es mi culpa. Salgo rápidamente.
Capítulo 4: Camino por la misma calle. Hay un hueco grande en la acera. Camino a su alrededor.
Capítulo 5: Camino por otra calle”
Las mentes tienen también la capacidad de leerse entre ellas (neuronas espejo), algo que el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clark, predijo en su visionaria narración “Childhood´s End”. Aunque todavía como sociedad no tengamos la capacidad de desarrollar una mente colectiva, las sumas de nuestras emociones individuales puede acercarse a la utopía.
En sociedades como la nuestra que padece una serie de calamidades todos podemos sufrir de estrés es, pues, imprescindible que aprendamos a meditar, focalizándonos en la realidad, despojándonos de conceptos preconcebidos, hasta que entendamos que no podemos seguir transitando por la misma calle, corriendo el riesgo de que por un hábito malsano caigamos siempre en el mismo hueco. No basta con “ver” el peligro, hay que romper con la rutina y el temor al cambio. Un ejemplo doméstico nos recuerda al equipo de beisbol “Los cardenales de Lara” que por muchos años no habían ganado el campeonato, lograron su objetivo cambiando al manager y al equipo. No es suficiente esquivar el hueco. Hay que transitar por otra calle. No es muy difícil. Yogy Berra, filósofo popular, sin saberlo definió “mindfulness”: “Se puede observar muchísimo con solo mirar” Es decir focalizar la atención sobre algo para después de entender actuar. Empecemos desde ahora a desarrollar habilidades mentales y capacidad para derrotar la adversidad. Diciembre 2012 está a la vuelta de la esquina y ese día escogeremos caminar por otra calle, Portia Nelson, dixit.
alberto_quiros@intercon.net.ve

domingo, 13 de marzo de 2011

LA CAMPAÑA

Mucho se ha discutido sobre la mejor fecha para celebrar las primarias donde se escogerá al candidato presidencial de la oposición. Me inclino a que tenga lugar antes de fines de este año. El argumento de que presentar un candidato temprano le daría a Chávez la oportunidad de desinflarlo es derrotista y muy peligroso psicológicamente para nuestra causa. Hay que internalizar, sin dudas, que Chávez será derrotado en el 2012 y que nada podrá impedir ese resultado. Paso, ahora, a la campaña que hará el candidato seleccionado. Como he sugerido en mis dos artículos anteriores (Malas Palabras I y II) el lenguaje empleado será decisivo para poder cambiar una vieja actitud ciudadana, exacerbada por este régimen, que tiene miedo de usar palabras como privatizaciones, capitalismo y competitividad entre otras. Pues bien, esas serán las que el candidato debe rescatar, sin temor, convencido de que en el futuro servirán para definir la política oficial.
A continuación algunos temas para el candidato: Gobernar para todos los venezolanos. Buscar la reconciliación. Crear una “Comisión de la Verdad” con participación del chavismo, para llevar ante la justicia a quienes hayan violado la constitución y las leyes. Regresar al nombre de República de Venezuela. Restituir la Cámara del Senado. Atacar la inseguridad, la pobreza y la exclusión. Diseñar un programa de seguridad social solidario que incluya salud, educación, vivienda, pensiones y seguro de desempleo. Establecer constitucionalmente que la propiedad del subsuelo es de la Nación, (todos los venezolanos) y el derecho ciudadano de participar en la explotación de los bienes comunes (petróleo, minería, empresas básicas). Defender la sindicalización y la contratación colectiva y estimular la figura del trabajador accionista. Imponer la descentralización mediante el establecimiento conjunto (Consejo Federal de Gobierno) de políticas públicas y su expresa delegación operativa en los entes regionales. Rescatar el poder municipal y las juntas parroquiales. Eliminar la figura de la comuna como está planteada. Revisar las misiones para denunciar su baja productividad. Ofrecer alternativas y mejoramiento de las que permanezcan, mientras se haga operativo el plan nacional de seguridad social. El periodo presidencial será de 6 años con prohibición de reelección. Revisar las leyes y normas electorales y la composición del CNE para garantizar comicios limpios sin ventajismo oficial. Se establecerán políticas que estimulen al productor agrícola y, bajo condiciones especiales, se les dará inequívocos títulos de propiedad a quienes hayan trabajado la tierra por un tiempo determinado. Se reestructurará la industria petrolera y las empresas básicas con participación del capital privado nacional y extranjero (sin miedo). Se fortalecerá el Estado regulador y promotor y se eliminará el Estado monopolizador y gerente-operador.
Las ofertas vendrán acompañadas de la seguridad de que serán financiables y cómo. Por último, el candidato fijará posición sobre controles de precios, de cambio, sus políticas sobre diferentes impuestos y si está dispuesto a descentralizar el cobro de algunos de ellos en beneficio de las regiones.
Nuestro modelo económico histórico (incluye al chavismo) no ha funcionado. Es hora de ser audaces y destruir los tabúes que nos han conducido a un estatismo ineficiente e incapaz de renovarse. Las nuevas malas palabras serán comunismo, estatismo, controles y todas las que definan una limitación de nuestras libertades económicas y políticas.

domingo, 6 de marzo de 2011

MALAS PALABRAS II

A las malas palabras para el oficialismo: Fedecámaras, meritocracia, privado, mencionadas en mi artículo pasado debo añadir hoy las más importantes: capitalismo y competitividad.
Detrás del desprecio por las palabras se esconde una tremenda ignorancia sobre lo que en el siglo XXI esas palabras representan. En efecto el capitalismo vapuleado y el socialismo amado ya no son dos caras opuestas de una misma moneda. En los países exitosos ni el capitalismo es “salvaje” ni el socialismo es “progresista”. En el mundo de hoy, así como han desaparecido la derecha y la izquierda como definiciones de una posición política y los defectos y virtudes que se le atribuían ayer, se han fusionado para reflejar lo mejor de las viejas diferencias, así la nueva estrategia del mundo desarrollado ha aceptado al capitalismo como modelo económico acompañado del socialismo como modelo social. No es tampoco novedoso. Los países nórdicos (Suecia, Noruega, Dinamarca) tienen años en eso. Hoy las naciones autodenominadas socialistas tienen una economía capitalista que favorece a la inversión, estimula al sector privado, favorece la competencia y, a la vez, desarrolla programas sociales para toda la población. Combate exitosamente la pobreza y la exclusión. Rompe con los viejos esquemas educativos promoviendo la creatividad y utilizando los modernos instrumentos comunicacionales. Otro aspecto importante de este modelo es que parece ser exitoso bajo sistemas políticos diversos. Brasil y Chile en democracia, aunque en este último el cambio empezó, duele decirlo, con Pinochet. En China el comunismo como expresión política se fusionó con un modelo económico capitalista. Algo que los viejos camaradas de la Unión Soviética jamás hubiesen aceptado como posible. Pensamos que el nuevo modelo requiere de la democracia para florecer. Por eso aspiramos a que en la medida en que los gobiernos absolutistas vayan satisfaciendo las necesidades primarias de sus ciudadanos y eliminen la pobreza y la exclusión, los pueblos exigirán entonces vivir bajo valores superiores como libertad y reclamarán formas de gobiernos menos autoritarios (China es el plan piloto).
Si los dirigentes del oficialismo se tomaran la molestia de observar al mundo que los rodea en lugar de mirarse el ombligo en total introspección, verían que en el planeta no hay ni una sola sociedad que haya entrado a la modernidad, bajo un modelo comunista, que así es que hay que llamar al caprichoso sistema que tenemos hoy. Lo que ya las sociedades desarrolladas han entendido es que lo que verdaderamente crea desarrollo es inversión, gobierno y sector privado unidos, competitividad y educación moderna. Ya las materias primas y el Estado como protagonista exclusivo del acto económico han perdido vigencia. Quedaron enterrados en el fracaso de la Unión Soviética, Corea del Norte, Cuba y los 12 últimos años en Venezuela. Solo que aquí el oficialismo no lo ve y a la oposición le pesan más de 50 años de estatismo que estuvieron acompañados de un lenguaje descalificador de lo privado, de los empresarios y de la competencia. La educación reflejó esas negatividades y nos dejo tan castigados que hoy, todavía, nos da pena asumirlos.
Por eso Chávez ha podido defender lo indefendible. Lo hemos dejado solo con sus mentiras. Y tan fácil que sería refutarlo si no tuviésemos miedo a identificarnos públicamente con las palabras devaluadas, las rescatáramos y las pusiéramos a circular entre la población anticipándonos a un nuevo gobierno que tendrá que usarlas profusamente.