domingo, 27 de septiembre de 2009
VENEZUELA 2030 (I)
En Venezuela aunque muchos quieren “salir de Chávez” muy pocos se dedican a pensar en cómo será el “día después”. A principios de los noventa, escribí sobre una visión de Venezuela en el año 2020. Hoy, cortesía del régimen, me veo obligado a posponer mis visiones hasta el año 2030.
Resumiré mi ensayo en tres entregas semanales.
1. Lo político. En el año 2016, el país regresó a su nombre histórico de República de Venezuela. El período presidencial se redujo a 4 años, con una reelección inmediata. Se creó de nuevo la Cámara del Senado en el Congreso Nacional. Se promulgó una nueva Constitución en la cual quedó claro -de una vez por todas- la diferencia entre Estado (los pocos que nos gobiernan) y Nación (todos nosotros). El poder lo tiene la Nación y solo por delegación expresa de los ciudadanos pueden asignárseles atribuciones al Estado. Enterrado está el nefasto concepto de que el Estado puede reservarse, por su sola disposición, el usufructo de algún derecho o propiedad colectiva. Ahora no le está vedado a ningún ciudadano el derecho a participar directamente en la explotación de un bien común.
El año 2016 es recordado en Venezuela como el año de la nacionalización verdadera de los recursos naturales, comunes, colectivos y propiedad de todos los ciudadanos. Se estableció una doble vía entre el político y el tecnócrata, creándose un verdadero “híbrido” que se siente cómodo en los dos sectores.
2. Lo empresarial. El sector productivo aprovechó -a partir del año 2013- las nuevas tendencias mundiales para reorganizarse. Se crearon redes interactivas entre empresas. Se cruzaron acciones corporativas. Se aplicó el principio de la fortaleza relativa para lograr la cadena productiva y comercializadora más eficiente. Se optimizó el uso del mercado de capitales y se le extrajo el máximo beneficio. El entorno político social reconoció la importancia de la propiedad documentada, como palanca para lograr un efecto multiplicador de los bienes y las tierras anteriormente improductivos. El sueño de Hernando de Soto empezó a tomar cuerpo en Venezuela en el 2015. El Estado reinventó su rol y de obstaculizador del progreso pasó a ser facilitador del esfuerzo individual y colectivo. Se multiplicó el trabajo desde el hogar y el paso de asalariado puro a asalariado accionista se dio aceleradamente.
3. Los sindicatos. Pasaron a ser socios de las empresas. La frontera entre intereses -hasta entonces contrapuestos- empezó a diluirse. La creación de fondos, cuyas acciones se cruzaban, le dio al trabajador la oportunidad de tener un interés real y concreto en sectores diferentes a los de las actividades de sus empresas.
La Nación entendió que sin un marco normativo flexible en materia laboral no era posible financiar el desarrollo. Se reconoció el derecho de todo ciudadano al trabajo y se eliminó de la legislación el derecho patronal al despido de sus trabajadores mediante pena pecuniaria, por capricho y sin causa justificada. La normativa legal se limitó al establecimiento de las condiciones mínimas imprescindibles para regular la relación entre el capital y el trabajo. La contratación colectiva es el instrumento regulador de esas relaciones. Ya no hay sindicatos con la antigua inevitabilidad de la confrontación. Ahora existen “Comisiones” que representan a diferentes sectores. Todos agrupados en la asamblea de accionistas. El viejo dilema de la repartición de los beneficios entre el capital y el trabajo se resolvió mediante la estrategia de tener representación de los dos sectores en cada uno de ellos.
(Continuará)
alberto_quiros@intercon.net.ve
domingo, 20 de septiembre de 2009
JOTA ELE
Cuando empiecen a reconocerse los héroes, hasta hoy anónimos, de la Industria Petrolera, “Jota Ele”, como se le conocía en círculos formales, o “el ñato”, como se le decía, casi siempre a sus espaldas, tendrá figuración de primer plano. “Jota Ele” fue uno de los pocos pioneros que sobrevivió la transición de la época de los “místeres”, a la época de la venezolanización, sin traumas, sin problemas y con una capacidad de adaptación casi morfológica. En otras palabras, cambió de apariencia sin dejar de ser el mismo.
El más zuliano de la Industria Petrolera nació en Ciudad Bolívar en el año 1918. Se casó con Mercedes, una de las mujeres más hermosas de Cabimas y desde entonces miró al Zulia de frente al futuro. Con sentido de permanencia.
Como muchos otros miembros de la Industria Petrolera, "Jota Ele" trabajó en ella toda su vida. Desde la post-infancia hasta la jubilación. Sus anécdotas son petroleras. Sus recuerdos petroleros. Pero, petroleros que no se avergüenzan de haber aprendido algo de los "místeres", y que tienen la inmodestia de saber que también les enseñaron mucho.
Fue autodidacta. Profesor de la Universidad del Trabajo. Borlado 39 veces, en tantos años de esfuerzo y duro aprendizaje. De obrero a Director de una de las empresas más importantes del país, la compañía Shell de Venezuela, Maraven después.
Como todos los hombres exitosos, “Jota Ele” administró su ambición por etapas: de obrero a oficinista, a Jefe de Oficina, a Supervisor de Relaciones Industriales, a Jefe de Departamento, a Gerente y a Director. Entonces cumplió 60 años y se le acabó el tiempo, por imperativo de la jubilación obligatoria. Los hombres como “Jota Ele” no conocieron nunca la vía del atajo. La prostitución del mérito por la politiquería. El cabildeo nocturno para escalar posiciones. Estudiaban, trabajaban, aportaban su esfuerzo todas las horas del día y sabían instintivamente que el reconocimiento les llegaría por la vía de su propio mérito.
Yo fui a la Universidad y “Jota Ele” no. Pero nunca aprendí en el claustro lo que aprendí, por muchos años, en el trabajo y en el post-trabajo, con “Jota Ele”. Durante sus años de Director de la Compañía Shell de Venezuela y luego en Maraven. No hubo decisión importante que no le consultara. Los compañeros de la Junta Directiva, más instruidos formalmente, pero menos astutos, pensaban que mi relación con “Jota Ele” era un apego nostálgico al pasado. ¡No era así!
“Jota Ele” se retiró de la Industria petrolera en 1977, cuando cumplió 60 años. Por algún tiempo después le dio su asesoramiento al Instituto de Canalizaciones. Aprendió también a entender la naturaleza de los institutos autónomos. Su pasantía fue productiva y positiva.
En 1953 cuando ingresé a la compañía Shell de Venezuela, "Jota Ele" era ya casi una leyenda. Fue el maestro más efectivo de las nuevas generaciones. Así como había vivido y comprendido la época de los "místeres", así también entendió la necesidad del cambio. La comprensión del pasado, como mecanismo para administrar el futuro, se le debe mucho a "Jota Ele" en la Industria Petrolera. En la armonización de la astucia criolla con los desarrollos más modernos de la administración científica. En otras palabras, “Jota Ele” “tropicalizó” las ideas y normas foránea de la administración del personal. Las hizo propias. Y lo pudo hacer porque por 40 años se paseó por otras culturas, ¡sin dejar de ser nuestro!
El 17-09-09 falleció José Lourdes Carrillo, un hombre íntegro. Paz a sus restos y un abrazo fraternal a su esposa Mercedes y a sus hijos.
domingo, 13 de septiembre de 2009
EL ROL DE LA UNIVERSIDAD
A continuación mi debate con el profesor Rómulo Orta de la UCV.
Prof: Al leer su artículo en EL NACIONAL, del 30 de agosto, tuve la oportunidad de toparme con una opinión suya, según la cual, las Universidades serían una "fuerza opositora".
Considero que tal apreciación en nada beneficia a la Universidad Autónoma, tan asediada por el gobierno chavista, con una intensidad que supera con creces al asedio de los gobiernos de AD y COPEI. Dichos asedios han sido causados por el desconocimiento que de la Universidad como institución del Estado, han realizado los mencionados gobiernos. Así como también del gravísimo error cometido por la izquierda radical venezolana en las décadas de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo, al convertir a las Universidades en instancias de oposición a los gobiernos de la época.
Las Universidades Autónomas no pueden ni deben ser tenidas como partidos políticos, ni progubernamentales ni antigubernamentales, por la sencilla razón de que ellas son instituciones del Estado.
AQC: Creo que usted al establecer comparaciones con el pasado, ignora la naturaleza distinta de este régimen que, como tal, requiere que todas las instituciones del país luchen para sobrevivir porque, no se llame a engaño, dentro del marco sociopolítico que pretende imponer Chávez no caben, en su forma actual, ninguna de nuestras instituciones, incluyendo a las universidades.
No se trata de “politizar” a la universidad. Se trata de luchar por no perecer y cuando las circunstancias son “esas” las consideraciones sobre el rol de la universidad en situaciones normales, son letra muerta.
La universidad de hoy tiene que ser una fuerza opositora si quiere mantener su autonomía. Puede ser que pasando “agachada” la universidad dure algo más. Pero la pérdida de su condición actual es algo inevitable.
Para que eso no suceda todos tenemos que luchar incluyendo, y en lugar honroso, la universidad.
Prof: No puede ser "fuerza opositora" una Institución que por su naturaleza debe estar abierta al debate esclarecedor de todas las corrientes del pensamiento universal. En ese sentido, la Universidad es una institución potilizada y politizante; pero jamás aceptaremos que sea convertida en un partido político, ni gubernamental ni de oposición. La Universidad Autónoma es una Institución del Estado, es su conciencia crítica. Es muy difícil que ignore o me llame a engaño respecto a la actual situación política nacional. Muchos años de participación política y mi formación en las Ciencias Sociales y Políticas me permiten no incurrir en confusiones como la de postular que la Universidad sea una "fuerza opositora". Y le puedo garantizar que en la UCV impediremos una trastada de esa índole. Y no se trata de que la Universidad Autónoma "pase agachada para durar un poco más", porque como evidencian los comunicados públicos del Consejo Universitario ucevista, la UCV no incurre en ese tipo de prácticas. Con dignidad, firmeza y convicciones bien fundamentadas, defenderemos el régimen autonómico universitario; pero nunca haciéndole el juego al gobierno chavista.
AQC: Nunca he recomendado que la universidad se convierta en un partido político. Lo que si he sugerido es que la universidad como institución participe en el esfuerzo opositor junto a otras instituciones como las ONG, partidos políticos, empresarios, colegios profesionales, sindicatos y algunas individualidades, entre otros. Por lo tanto ratifico que, dada la situación actual, la universidad tiene que ser un actor político activo para intentar impedir su propia defunción.
domingo, 6 de septiembre de 2009
NUEVO OCASO PARTIDISTA
Aníbal Romero ha escrito un artículo que no tiene desperdicio cuya lectura recomiendo ampliamente (“Atado a un cadáver”. El Nacional. 02-09-09).
No desglosaré el artículo mencionado pero si intentaré derivar de ese escrito algunas conclusiones. Romero afirma que la ideología es un fardo tan pesado que el régimen no puede sacudírselo. Esto conduce a que el país enfrente un peligro distinto. En otras palabras, este régimen no se parece a nuestros gobiernos anteriores y, por eso, la estrategia para combatirlo no puede limitarse a las características de la lucha política que emprenderíamos ante un gobierno democrático. No son suficientes los instrumentos básicos que utiliza la democracia para cambiar gobiernos. Peor aún, pudieran ser inefectivos. En efecto, aunque debemos prepararnos para batallas electorales tenemos que tener un plan B y ese no es otro que mantener el control de la calle y la desobediencia civil, si nos escamotean un triunfo electoral o si el régimen actúa, como ya lo ha hecho, como un triunfador aún perdiendo elecciones o si mediante maniobras que pretenden ser legales suspendieran los próximos comicios.
Como el régimen es “distinto” la oposición tiene que organizarse de manera diferente a la tradicional. Ya no sirve una oposición sólo de partidos.
Pero hay algo tan importante como lo anterior y es que los partidos tienen que ganarse la confianza popular para poder crecer. No hay duda que nuestros partidos políticos están disminuidos. Se habían recuperado algo pero su conducta reciente indica que pese a todo lo que les ha sucedido no han aprendido la lección. Los partidos crearon una Mesa Unitaria lo cual fue un paso en la dirección correcta y acto seguido procedieron a crear Mesas “técnicas” formadas en su mayoría por miembros de los partidos mediante una estrategia de reparto, perdiendo así una dorada oportunidad de incorporar a las mismas representantes de la sociedad civil, no como asesores sino con todos los derechos de los miembros de partido. Grave error. Los partidos no pueden marginar ni a las individualidades ni a las instituciones que viven fuera de su seno. La sociedad civil ha creado agrupaciones sólidas que no están dispuestas a tolerar que una minoría partidista actúe como si no respetara su valor. Por otra parte, y es muy critico, los partidos políticos se han comportado erráticamente en los últimos meses en cuanto a su estructura y cohesión. Recordemos solamente que en Primero Justicia abundan los rumores sobre una nueva escisión. Un Nuevo Tiempo expulsó a Leopoldo López y sin duda éste se llevará algo de su militancia. En COPEI hay una guerra interna de la cual nos hemos enterado por un comunicado de su tolda. En Acción Democrática la procesión anda por dentro y algunos de sus líderes han cuestionado la forma y los resultados de sus últimas elecciones internas. De manera que los cuatro partidos principales del país tienen problemas conocidos públicamente. La pregunta que deberá hacerse su liderazgo es si con fracciones antagónicas dentro de su seno serán capaces de participar en un movimiento unitario que tome en cuenta que en la Venezuela de hoy hay otros líderes. Parece difícil poner la casa en orden y abrirse a la sociedad civil. Pero hay que hacerlo.
Confieso que me ha costado escribir este artículo por ser un defensor de los partidos políticos. Pero creo que hay que dar una campanada de alerta para que la oposición partidista se mire en su propio espejo y diga honestamente si con sus conductas recientes se puede derrotar al régimen.
Yo creo que no.
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