Por muy poca preparación
política y cultural que tenga Maduro para ejercer, efectivamente, la
presidencia hay fracasos de gestión tan evidentes que es imposible que él no
reconozca, con solo leer informes oficiales y opiniones de verdaderos expertos
para que le entren por los poros las señales de la corrupción y de la
ineficiencia que han tolerado y, hasta promovido, algunos de sus más altos
funcionarios.
Maduro se ha referido a Sidor
como si su privatización parcial hubiese sido un fracaso y la actual estatizada
un éxito. ¿Él no sabe que Sidor bajo la gerencia privada batió los records de
producción de acero, pagaba buenos salarios, negoció y pagó contratos
colectivos, excepto el último que era inviable y que Chávez asumió
irresponsablemente solo para no cumplirlo una vez estatizada la empresa? Los
trabajadores y jubilados tenían acciones tipo B que, en ocasiones, le daban más
dinero de lo que representaban sus sueldos y jubilaciones.
Hoy el personal se ha
duplicado y produce menos de la mitad de la producción “privada”. El Estado ya
no recibe impuestos de la empresa, por el contrario tiene que cubrirle las
perdidas. Hay corrupción en la distribución de lo poco que se produce. Los
accionista tipo “B” no han recibido un solo centavo y hay un largo etcétera de
irregularidades.
Otro caso es PDVSA. Bajo la
dirección de Ramírez se perdieron 800.000 barriles diarios de producción de la
antigua PDVSA. Está endeudada hasta los tuétanos, pasó de $5.000 millones a más
de $150.000 millones mal contados. Hay casos de corrupción demostrados y
demostrables. Falta de mantenimiento. Accidente terribles como el de Amuay.
Muertes frecuentes de trabajadores. Mentiras constantes sobre su producción,
planes de desarrollo futuro (ninguno se ha cumplido). Nuevas refinerías (ninguna
construidas y las existentes están en grado deplorable) Confiscaciones de
empresas sin cumplir con el debido proceso y la justa compensación y un sin fin
de irregularidades.
Por último, la economía y su
manejo desacertado, que Maduro heredó y en vez de corregir lo que ha hecho es
hundirla con mayor rapidez que su “padre”. Este año hemos sufrido
desabastecimiento, caída en el crecimiento y altísima inflación. ¿Es que Maduro
no ve las colas que hacen los sufridos ciudadanos para conseguir un producto de
la dieta diaria? ¿No sabe Maduro que los productos que se venden en Mercal y
otros centros subsidiados son revendidos, dentro y fuera de Venezuela, por
grandes y pequeños especuladores? ¿Tampoco sabe de la corrupción de la Guardia
Nacional en la frontera con Colombia para permitir el contrabando de gasolina y
que en las alcabalas de la misma Guardia matraquean a los camioneros y a los
pasajeros de autobuses que transitan por nuestras carreteras?
Entonces uno se pregunta qué
extraño poder sobre el poder tienen Giordani, Merentes y Ramírez. Por qué
Maduro ante el peligro real de no terminar su período si las cosas siguen como
van, no se decide y toma acciones valientes y cambia a esos intocables. ¿Por
qué, en Guayana, sigue sustituyendo a presidentes de la CVG y de otras empresas
con los mismos ignorantes? ¿Qué saben Giordani, Merentes y Ramírez sobre el
origen y destino de divisas de la corrupción para seguir sentados como estatuas
de cemento sobre sus cargos?
Sr. Maduro, quien contempla la
ineficiencia y la corrupción y no hace nada o es un tonto útil o tiene “rabo de
paja”.
Pruébele al país que no le
debe nada a nadie y cambie a ese trío de intocables.