LA POLÍTICA INTERNA
Los siguientes elementos dominarán la escena política.
- Descontento Creciente. La ciudadanía aumentará su desconfianza con el régimen. La inseguridad y el desabastecimiento continuarán siendo motivo de protesta popular a la vez que la errática conducta externa del presidente provocará una oleada de críticas internacionales con enorme repercusión local. La popularidad del régimen continuará decreciendo y para el cuarto trimestre del 2008 habrá llegado a niveles de rechazo alarmantes. Es contra este telón de fondo que actuarán las fuerzas políticas que se oponen al régimen.
- Partidos Políticos. El 2008, si se sabe aprovechar, será el año de la recuperación de los partidos políticos y de su definitiva aceptación popular como instrumentos imprescindibles para el quehacer político dentro de una democracia. Contra esta necesaria percepción positiva atentarán ambiciones personales e institucionales que pretenderán imponer candidaturas en las elecciones regionales. No hay duda que se presentarán dificultades para la selección definitiva de los candidatos que se opondrán al oficialismo pero, al final, la mayoría de las candidaturas se lograrán por consenso.
- El Chavismo. Se acentuarán las diferencias entre los distintos grupos que apoyan al régimen. La selección “a dedo” de los candidatos a competir por ser electos en los comicios regionales será motivo permanente de disputa y, al final, quedarán numerosos cadáveres políticos en el camino. Al régimen le será casi imposible mantener el concepto de “autoridad única” en cabeza del presidente (algo ya fuertemente cuestionado). El gobierno no tiene ideología, no tiene planes estructurados, no tiene una causa común que no sea la ciega lealtad al presidente. Disminuida ésta y, ante la muy real posibilidad de una catástrofe electoral en las regionales, los diferentes grupos oficialistas tendrán más razones para separarse que para unirse. En el año 2008 el gran reto político será lograr la unidad de propósito tanto para la oposición como para el oficialismo. Por primera vez los que apoyan al régimen corren el peligro de estar más desunidos que la oposición. Esta última parece haber aprendido la lección de lo negativo de la desunión. El oficialismo apenas empieza a sentir ese mal y pronto sufrirá las consecuencias políticas de tener un líder disminuido y sin relevo.
LAS ELECCIONES REGIONALES
Aunque no se celebrarán hasta octubre/noviembre (si no se atrasan aún más), constituirán el evento político del año para el cual todos los grupos políticos del país deben empezar a prepararse ya.
La oposición política ha escogido al voto como el arma principal para derrotar al régimen. Con los resultados del Referéndum de diciembre se derrotó a la abstención y se comprobó que con testigos entrenados en cada mesa no es posible un fraude electrónico sin que sea detectado. Una nueva derrota electoral en las regionales, pondría al régimen en la urgente necesidad de negociar con otras fuerzas políticas del país o no poder gobernar. Esta pérdida de poder político, en el caso de este régimen, será mucho más traumática que la que se generaría en una democracia verdadera donde el poder ejecutivo está siempre sometido a controles de los otros poderes. Aprender a gobernar sin poderes absolutos, como los ostentados hasta ahora, será tarea dificilísima y el presidente sufrirá en carne propia por el tremendo error cometido al buscar súbditos en lugar de aliados.
En lo político, el año 2008 será el comienzo de la recuperación del sistema democrático en Venezuela.
“Eso”… o el caos.