La lucha por la candidatura presidencial del partido demócrata en los Estados Unidos tiene dos lecciones importantes para el próximo proceso electoral venezolano. Una, conocer las reglas del juego político. La otra, diseñar la mejor estrategia para aprovechar estas reglas.
El candidato Obama, entendió que la nominación presidencial no se ganaba por el número de votos populares obtenidos sino por el número de delegados comprometidos con su selección (elección de 2do. grado). Su campaña estuvo dirigida a asegurar el triunfo en aquellos estados donde las encuestas le daban como ganador y perder por el menor margen posible en aquellos donde no podía ganar. Bajo un sistema donde los delegados se reparten entre ganador y perdedor con formulas que aseguran cierta proporcionalidad Obama, aunque pueda haber perdido por escaso margen el voto popular, obtuvo los delegados necesarios para reclamar el triunfo. Es importante recordar que el reparto proporcional de delegados es una formula novedosa dentro del partido demócrata. En el pasado relativamente reciente el ganador en cada estado se llevaba todos los delegados. Bajo la vieja fórmula la señora Clinton hubiese obtenido la candidatura presidencial por haber derrotado a Obama en los estados con mayor número de delegados (California y New York) uno no puede menos que preguntarse si la señora Clinton diseñó su estrategia bajo la antigua fórmula. Una costosa equivocación.
Por analogía, podemos intentar un análisis estratégico sobre los estados que la oposición debería ganar para asegurarse una fuerte posición política después de las elecciones regionales de noviembre.
Lo primero a señalar es que más importante que el número de estados es el peso político de los que se ganen. Para determinar ese peso hay que estudiar variables como población (no necesariamente lo más importante), relevancia económica (muy importante) y relevancia política (importantísimo). Población y relevancia económica son relativamente fáciles de establecer. La relevancia política tiene tres variables importantes:
1) Resultados electorales históricos (¿Quiénes han ganado las últimas elecciones?) Ganar o perder en contra de resultados históricos puede producir efectos políticos importantes (Para la oposición ganar en Barinas. Para el oficialismo ganar en Zulia).
2) Cercanía al poder central. La zona metropolitana y el Estado Miranda, son muy importantes. Para el oficialismo perder las alcaldías Mayor, Baruta, Libertador, Sucre, Chacao, El Hatillo y la Gobernación de Miranda puede ser una verdadera catástrofe.
3) Estados fronterizos. Táchira, Apure, Zulia y Bolívar. Los dos últimos son importantes también bajo el criterio poblacional y económico. Táchira y Apure son críticos por su frontera con Colombia. Tener a gobernadores de la oposición en estos teatros de la guerrilla colombiana le daría un golpe mortal a las ambiciones políticas extraterritoriales del régimen. Por eso, aunque poco mencionado, Apure es un estado donde la oposición debe hacer un gran esfuerzo electoral y Bolívar con un trabajo unitario fuerte puede ganarse también.
En resumen, si la oposición ganara Táchira, Apure, Zulia, Bolívar, todas las alcaldías de la zona metropolitana, El Hatillo y Miranda quedaría en una formidable posición de poder político, la cual reforzaría con un triunfo en otros estados en los cuales su posición es fuerte como Mérida, Falcón, Carabobo, Nueva Esparta y Anzoátegui. Además de otros “posibles” como Aragua, Guárico y Yaracuy. Pero las prioridades, creo que están en el orden que aquí hemos dado. Sin olvidar que los triunfos estarán sujetos al éxito del proceso unitario hoy en pleno desarrollo.