Ayer cumplió 90 años un vivo ejemplo de honestidad, de talento, de vigor y de juventud. Para celebrar tan importante fecha le presentó al país un libro en el cual narra los episodios de su vida hasta el año 2002. Más allá del relato, por supuesto fascínate, el libro es un dechado de diseño y un verdadero acto de amor por parte de su hijo Iván.
El cumpleañero ha protagonizado muchas vidas en su ya larga existencia. Niño en Bolívar y en el Guarataro. Repartidor de “El Morrocoy Azul”, ese compendio de buen humor que no ha encontrado relevo. Estudiante. Maestro. Comunista. Guerrillero. Demócrata. Un hombre lleno de aparentes contradicciones pero de una sola línea de conducta. Sin miedo a rectificar y a descartar ideologías que sólo fueron, en su momento, apoyos para actuar con un profundo amor por Venezuela y por los más necesitados. Así, aun cuando cambió la envoltura el contenido siguió intacto.
Quebró sus primeras lanzas políticas en 1936 (a los 14 años de edad). Ya era un veterano en 1945. Guerrillero. Preso. Se fugó del Cuartel San Carlos. Veterano de la clandestinidad. Fundador del MAS. Negociador ante Colombia por nuestros derechos fronterizos. Ministro durante el segundo gobierno de Rafael Caldera, quien ideológicamente siempre estuvo en la acera de enfrente.
Alma y promotor de la fundación Gual y España. Recibió la condecoración de la ilustre Universidad Central de Venezuela cuando cumplió 80 años. Lector disciplinado y voraz. Escritor de libros, artículos y ensayos. Su capacidad intelectual permanece intacta a sus 90 años y su mente tiene la agilidad de la juventud. Hombre de familia, tiene nietos, biznietos, tataranietos, unos hijos que lo enorgullecen y una esposa que lo cuida con la dedicación que sólo genera el amor.
A su avanzada edad no se queda tranquilo en su hogar. Atiende a numerosas invitaciones, foros, discusiones y grupos políticos. Durante los últimos 10 años participa en uno que tengo el orgullo en coordinar y al cual contribuye con su sabiduría y bonhomía. Para mi saberlo mi amigo es un inmenso honor.
El libro de manera clara y didáctica narra sus numerosas encarnaciones y aún no sé con cuál de sus personajes me identifico más. No es cierto. De todos los que él ha sido quien me acompaña siempre es aquel que hoy ya ha decantado todas sus personalidades para llegar a ser la síntesis de muchos hombres de los cuales se ha quedado con lo mejor de cada uno.
No sería lo que es de no haber pasado por tantas evoluciones. El reconocer sus errores ha derivado en la convicción de que la vida no puede vivirse bajo una sola verdad.
Cuando cumplió 80 años dijo que ya se le habían agotado los enemigos pero que el espacio para los amigos seguía abierto. Así ha sido. En esta última década ha cosechado nuevos amigos aunque me temo que su integridad y claridad de enfoque ante los acontecimientos, a partir de sus 80 años, también le habrán creado, si no enemigos, por lo menos detractores que no creen en la honestidad por ser esta una virtud que ni comparten ni practican.
A sus 90 años ya ha perdonado hasta a los que no tienen perdón. Por eso, a partir del año que viene (2013) será una referencia imprescindible para neutralizar los deseos revanchistas de muchos que pudieran poner en peligro la estabilidad de un nuevo acontecer político.
Si quieren saber más del hombre que ayer cumplió 90 años de edad, léanse el libro “Pompeyo Márquez. Contado por sí mismo” de la Fundación Gual y España. Hasta los capítulos más conocidos de su historia tienen un nuevo encanto.