Un artículo de Gustavo Coronel (Selous Foundation, 27-02-13) y otro de Arnold Volkenborn (Tal Cual, 27-06-12) nos han dado las bases para este escrito. Empecemos por algunas conclusiones.
I. La industria petrolera venezolana es un compendio de oportunidades pérdidas tanto en la explotación de gas costa afuera como en el desarrollo de la Faja del Orinoco.
II. El descubrimiento de una nueva tecnología ha permitido que se pueda extraer gas y petróleo liviano sin azufre de las lutitas (formación “La Luna”) que es donde se origina el petróleo. Una vez que éste ha migrado a otras formaciones deja “en sitio” una considerable cantidad de gas y petróleo que hasta ahora por razones de precios bajos y falta de tecnología no se habían explotado. El resultado neto de esto, como veremos más adelante, es que ya no podemos construir una planta de gas licuado porque no hay ni gas ni buques para transportarlos. La inversión de hoy es mucho más costosa que hace 30 años, cuando tuvimos la primera oportunidad no aprovechada (Proyecto Cristobal Colón). Conclusión: La producción y exportación de gas licuado ya no parece viable para Venezuela. Además, sólo en el uso para transporte a gas hay un inmenso mercado interno. Algunos países consumen hasta un 75% de su producción.
III. En los Estados Unidos un estimado de la DOE (Departamento de Energía, por sus siglas en inglés) de la situación del gas es la siguiente: En el año 2012 ya el gas de lutitas representaba el 23% de la producción de gas natural y para el 2016 se convertiría el país del norte en un exportador de gas.
IV. La producción de crudo de EEUU en poco tiempo será suficiente para convertirlo en país exportador, por dos razones. a) La construcción de oleoductos (ya planificados) para transportar el crudo desde Canadá y desde la zona de Cushing donde se produce el WTI. b) Lo único que pueda demorar la explotación de las lutitas es el problema ambiental que sin duda resolverá la tecnología.
Además, hay otros países, como Rusia y China, que tienen grandes reservas de lutitas y las están desarrollando.
Ante este panorama la pregunta de hoy es: ¿Quiénes estarán dispuestos a invertir en la Faja petrolera del Orinoco? La inversión es altísima y de largo tiempo de ejecución recuperación, no sólo en la extracción sino para construir plantas de conversión a crudo liviano (ya el mediano que producimos en algunas de las plantas de Jose no será mercadeable). Este crudo debe competir con el Medio Oriente, Canadá, EEUU, Brasil y la misma Colombia países exportadores unos, y otros que lo serán en poco tiempo) Este atraso en desarrollar a la Faja con las empresas que pueden y no con las que quieren y el abandono de los proyectos de gas costa afuera fueron decisiones criminales. Venezuela tiene todavía muchas áreas de petróleo convencional sin explorar, la posibilidad de producir más petróleo en áreas de baja producción como se demostró con los convenios operativos. También, la nueva tecnología permite aumentar la producción si se emplean nuevos métodos de recuperación secundaria en grandes áreas (Lago de Maracaibo) y se reactivan una buena cantidad de pozos cerrados como ha insistido Diego González.
En resumen, este régimen si no consulta con los verdaderos expertos y abandona la improvisación, hará de Venezuela el peor país del tercer mundo. No invirtió en su mayor recurso y destruyó cualquier posibilidad de crear industrias que sustituyan al oro negro
¿Hasta cuándo nos vamos a seguir calando este desastre de ineficiencia y corrupción?