Está sobre el tapete la
posible venta de CITGO por parte de PDVSA. No discutiremos el costo-beneficio de
esa transacción. Pero quisiéramos recordar que si se realizara un estudio serio
sobre este caso habría que ubicarse en las circunstancias actuales y no en si
fue una buena estrategia la compra cuando se efectuó porque ya el pasado no
tiene remedio.
Hay aspectos que si se pueden
comparar en cuanto a resultados con el pasado. Por ejemplo, el país tenía una
deuda externa de aproximadamente $32.000 millones cuando el precio del petróleo
era de $10 por barril, ahora con un precio alrededor de $100, hay una deuda de
$200.000 millones.
Lo que pudiéramos preguntarnos,
dada las condiciones de hoy, es si conviene vender a CITGO. Para eso lo más
importante sería construir 2 escenarios petroleros, uno con CITGO y otro sin
CITGO y evaluar los resultados. Como este régimen no ha diseñado escenarios que
se cumplan, no podríamos confiar en los resultados que nos presenten.
Nos hacemos la siguiente
pregunta ¿Qué le conviene más a Venezuela, a corto y mediano plazo, tener
activos o tener dinero? Dado el record que tiene este régimen en despilfarrar, en
malgastar y en corrupción pareciera que mientras más le quede al país plantas y
equipos menos difícil será su recuperación.
Este régimen no ha entendido
todavía la diferencia entre dinero y riqueza. Tomemos el caso de España cuando
la Colonia. Se llevó el oro y la plata que existía por este lado del océano y
empezó a comprar bienes y servicios de otros países. Al final cuando se le
acabó el dinero se quedó sin activos y sin riquezas. Nosotros también hemos
hecho lo mismo, con boom o sin boom petrolero, siempre hemos creído que somos
un país rico. Hemos sido un país con dinero que nos daba el petróleo pero, este
rubro hoy en día está retrocediendo en sus aportes dado que no se ha invertido para
aumentar la producción en estos últimos años. Más bien, ha decaído. No hemos
generado riqueza. La pregunta es ¿dónde están todos los ingresos enormes
comparados con los que entraban antes? ¿Dónde están las grandes obras que se
han debido desarrollar? ¿Dónde están las plantas eléctricas? ¿Dónde están los
nuevos acueductos? ¿Dónde está la infraestructura vial? ¿Dónde están las nuevas
escuelas y hospitales?
Los últimos 15 años nos han
dado suficientes evidencias de que este régimen ha promovido el despilfarro.
CITGO no se puede vender porque lo que se obtenga de esto se irá, otra vez, a
destinos improductivos.
Nadie todavía ha demostrado,
con números en mano, la diferencia entre la conveniencia de vender a CITGO. El
otro día, escuchamos a un supuesto experto expresar que la adquisición de CITGO
había sido un fraude. Hay que ser caradura para, ante los desafueros y
corrupción de este régimen, denunciar una compra que fue hecha dentro de la ley
y con todos los estudios requeridos.
Una de las características
mayores de las grandes empresas petroleras es que son integradas, es decir,
exploran, producen, refinan, transportan, comercializan, etc. Cuando no
habíamos adquirido a CITGO muchos analistas se preguntaban porque en lugar de
vender petróleo no vendíamos productos para los que se requieren refinerías. Estas
mientras más cerca están de su mercado más rentables son. La otra discusión era
por qué no las construimos aquí. Porque PDVSA no compró refinerías. Compró un
sistema integrado de refinar, transportar y vender al público directamente. Es
decir, un barril de petróleo que exportábamos de Venezuela a CITGO terminaba
como gasolina y otros productos en el tanque de un consumidor norteamericano.
Con una inflación como la que
tenemos en Venezuela a todo el mundo se le ha dicho que es más conveniente
tener activos que tener dinero. Además, este régimen gasta dinero como come un
elefante. En un país normal, esta discusión debería centrarse exclusivamente
en: 1. ¿Cuál es la diferencia económica para PDVSA entre vender y no vender a
CITGO? 2. ¿A qué proyectos específicos irá el dinero de la venta? 3. Si hay
planes para elevar la producción, como ha referido el gobierno, ¿dónde refinaremos
el aumento de esa producción? 4. Hagamos una revisión de todos los planes
anuales de PDVSA y evaluemos cuáles han sido sus resultados a la fecha.
Eso es lo teórico. Lo
pragmático es no más dinero para este régimen si eso significa hipotecar el
petróleo a futuro o vender activos productivos.
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