domingo, 21 de septiembre de 2008

MINI TORMENTA EN LA OPEP

La Asamblea No. 149 de la OPEP celebrada en Viena el 09 y 10 de septiembre 2008, ha producido reacciones diversas entre los analistas petroleros, algunos de los cuales han llegado al extremo de pronosticar el fin de la Organización. El incidente que provocó tan extrema profecía fue la reacción del Ministro de Petróleo de Arabia Saudita quien después de salir de la reunión, con un desacostumbrado silencio, informó privadamente poco después que su país mantendría los niveles de producción suficientes para satisfacer la demanda mundial. Esta posición se interpretó como un desafío a la Resolución tomada por la Asamblea de exigirle a los miembros de la OPEP cumplir estrictamente con los niveles de producción representados por las cuotas asignadas. Como es sabido, Arabia Saudita había anunciado meses antes de la Asamblea que aumentaría su producción por encima de su cuota para contribuir a estabilizar los precios en momentos cuando estos se habían disparado sin control poniendo en peligro la salud económica de los grandes países consumidores.
No es la primera vez que Arabia Saudita se niega a cumplir un acuerdo de la Asamblea. Además, lo que acaba de suceder en Viena tiene algunos antecedentes históricos. En marzo de 1998 hubo una reunión en Ryad entre Arabia Saudita, México y Venezuela con el fin de revisar la producción real de la OPEP, dada la constante violación por parte de los países miembros de sus cuotas. Como corolario de esa reunión se intentó eliminar las cuotas formales y reemplazarlas por los niveles reales de producción que obedecerían a las necesidades de mercado y a la disciplina de los países miembros. Pese a los esfuerzos hechos por Venezuela y Arabia Saudita no se pudo eliminar el sistema de cuotas, aunque la reunión de Ryad estableció un precedente, en el sentido de que en situaciones críticas de mercado, la OPEP revisaría la producción real de sus miembros y se olvidaría de las cuotas. Años más tarde (2007) ante la evidente reducción de la producción de Indonesia y Venezuela con relación a sus cuotas, Arabia Saudita exigió que se estableciera la producción real de los miembros para lo cual contrató a varias empresas especializadas en comprobar los niveles de producción de cada país. El resultado fue la publicación de una lista de producción por país que establecía la producción de Venezuela en unos 2,6 barriles diarios (b/d), bastante por debajo de su cuota de producción de 3,2 b/d. La lista circuló en la página Web de la OPEP por varios días antes de ser retirada a instancias de Venezuela que protestó que la OPEP le diera mayor credibilidad a estimaciones de terceros que a la información oficial del país.
Ante la necesidad de vigilar estrechamente los precios y la producción real en momentos críticos para el mundo, no es pues, de extrañar que Arabia Saudita se negara a aceptar una Resolución que pretendía continuar administrando los volúmenes de producción de la OPEP, en momentos de crisis, mediante las poco confiables cuotas de producción. Por eso, Arabia Saudita le ratificó al mundo que mantendrá su política de producción ajustada de acuerdo a las necesidades del mercado. Esto, para la OPEP, no es tan grave como suena. En aras de mantener la viabilidad de la Organización, los otros países miembros aceptarán la posición independiente de Arabia Saudita, como siempre lo han hecho. Sin embargo, ya Indonesia, el otro país que no podía cumplir con su cuota, se retiró de la OPEP. ¿Qué hará Venezuela? Sin duda continuar con el ya risible engaño de reportar unos niveles de producción inexistentes, mientras Arabia Saudita se encargará de administrar la artificialidad del sistema de cuotas con el pragmatismo de siempre.