domingo, 5 de abril de 2009

¡AL ATAQUE!

Esta semana dos activistas políticos, separados por una gran diferencia de edad, coincidieron en señalar la necesidad de que el ciudadano común se involucre más en la solución de la debacle nacional. Yon Goicochea insistió en que la participación ciudadana sea masiva por amor a un país que perdemos todos los días. Pompeyo Márquez, en un alarde de síntesis, definió el problema: “no podemos seguir peleando al detal”. Y no es que no haya protestas contra el régimen ¡No! La dificultad es que la inmensa mayoría son provocadas por conflictos sectoriales de pequeños o grandes grupos pero siempre relacionados con sus intereses específicos. Así los trabajadores de Guayana, de la salud, de la educación y muchos otros, reclaman su derecho a la contratación colectiva, a tener salarios más justos y otros beneficios. En algunas regiones se protesta por la ineficiencia de los servicios públicos como electricidad y agua. Otros protestan por la vivienda prometida que no se materializa, por la reparación de zonas que se han derrumbado y por el mal estado de carreteras y calles. Lo grave es que no se protesta masivamente por la violación de la Constitución y las leyes que nos afectan a todos.

La Asamblea Nacional burla descaradamente la Constitución al reformar la Ley de Descentralización. Se confisca, sin el debido proceso, la propiedad privada. El Presidente, en claro abuso de poder, expone a los ciudadanos al escarnio público, con insultos y acusaciones infundadas (caso Rosales, a quien llamó “ladrón y desgraciado”). Se ríe de los triunfos electorales de la oposición y actúa como si la victoria hubiese sido del régimen. Les resta atribuciones a los funcionarios electos por votación popular. Manipula al poder judicial para acusar y privar de libertad a políticos de la oposición. En fin, comete una serie de desafueros que afectan a todos los ciudadanos, y el país no responde. Esta inacción puede deberse a tres razones.
1. Indiferencia. Quienes viven su vida sin cambios visibles no les interesa meterse en problemas. “A mi no me toca, para eso están los políticos”.
2. Miedo. Lo sufren los que trabajan o dependen de la administración pública que sienten justificado temor a perder sus ingresos si se oponen a disposiciones del régimen.
3. Ignorancia. Todavía hay ciudadanos que no se percatan de los atropellos del régimen, así lo comprueban las encuestas que reflejan apoyo popular al Presidente.
Ha llegado el momento para que todos los ciudadanos, y no sólo los partidos políticos, participen activamente en presionar al régimen para que deje de cometer arbitrariedades. ¿Cómo? Asistiendo masivamente a protestas populares contra acciones que afecten la democracia. Activando referendos regionales y nacionales de todo tipo (consultivos, abrogatorios, revocatorios) sobre los abusos que se quieran revertir. Presionando a los partidos para que logren unidad de acción y luego promuevan la creación de un gran Frente Nacional en defensa de la democracia. Denunciando con vigor la corrupción de instituciones e individualidades para desenmascarar la supuesta moralidad que el régimen pregona a diario.
Por último, se me olvidaba una cuarta razón ciudadana para no hacer nada: Los beneficios que algunos reciben del régimen. A éstos sólo les digo que, mientras la bonanza no durará mucho, estarán por siempre expuestos al desprecio público.
PD: Quisiera agradecer, sinceramente, el interés de muchos por mi estado de salud en momentos difíciles. Vaya, ya recuperado, mi abrazo fraternal a todos.
email: alberto_quiros@intercon.net.ve