Es difícil entender como un
juez y un médico pueden decidir que Simonovis no tiene problemas de salud lo
suficientemente graves para justificar un acto humanitario que le permita
continuar la condena en su casa. No sabemos porque Chávez y Maduro se han
ensañado con este ciudadano. Esto es sin duda, una venganza de alguien o un
chivo expiatorio para dejar en libertad a los verdaderos culpables de la violencia
plenamente identificados en televisión. Simonovis ya está más que injustamente castigado.
Los médicos y jueces al servicio de la justicia penal son tan cobardes que no
honran su profesión al abdicar a los principios éticos que juraron defender. ¿O
es que el caso de la juez Afiuni los castró moralmente? ¿No queda en su
conciencia un ápice de responsabilidad? Los que nos mal gobiernan son unos
resentidos sociales. Ustedes los profesionales son más culpables que ellos
porque a ustedes sí les enseñaron las obligaciones éticas del derecho y de la
medicina. Ustedes hicieron juramentos que prometieron cumplir. ¿O es que se
olvidaron que la justicia es ciega y no obedece a otras razones de las que
dicta la ley? ¿Los médicos oficialistas no recuerdan el juramento de Hipócrates
y la ley del ejercicio de la medicina? Entiendan los jueces, los abogados y sobretodo
los magistrados del TSJ que cometieron verdaderos magnicidios cuando
“asesinaron” a la Constitución para resolver el caso de la sucesión
presidencial y tantos otros bombardeos legales que no cabrían en esta nota.
El caso Leopoldo López es otra
venganza basada en un discurso suyo donde no se lee nada de lo que se le acusa.
El mismo Maduro, que no debería participar en esto y respetar la autonomía del
poder judicial ya, insólitamente, lo ha condenado al llamarlo públicamente
fascista de la derecha, asesino y responsable de convocar a una manifestación
para desconocer, por la violencia, los resultados del último proceso electoral presidencial.
El no fue el único. Una gran mayoría pidió una auditoría completa de los votos
escrutados y el oficialismo se negó. De manera que si Leopoldo está preso por eso,
entonces, debería estar, también, el 50% del país. Además, la protesta pacífica
es un derecho constitucional y así la convocó Leopoldo.
Cuando termine esta pesadilla,
además del castigo que le puede imponer la ley a magistrados, jueces y médicos cómplices
de los caprichos de una tiranía, se van a enfermar de la vergüenza cuando se
exhiba públicamente su falta de ética y las consecuencias inhumanas que han
causado sus decisiones.
Volviendo al caso de Leopoldo
López, el oficialismo le ha dado por “interpretar” lo no dicho en forma
acomodaticia. Se olvida que desde hace cientos de años se ha pretendido
buscarle a lo escrito o dicho por alguien diversos significados. Solo busquen
la bibliografía sobre lo que Cervantes quiso decir cuando escribió Don Quijote.
Se ha dicho que el discurso de
Leopoldo López llevaba mensajes subliminales que incitaban a la violencia.
Seguramente el oficialismo tiene neurocientíficos que han estudiado el cerebro
humano y descubierto lo que todos sus colegas internacionales no han podido
establecer. Aun en el supuesto negado que técnicas comunicacionales le mandaran
al cerebro humano mensajes subliminales, los cerebros de cada receptor tendrían
capacidad de veto. Es decir, si recibimos un mensaje subliminal tendríamos
tiempo para aceptarlo o rechazarlo. Pero es inútil esta explicación. No existen
mensajes subliminales y punto.
Simonovis y Leopoldo son
presos de venganzas de algunos. No le pido a Maduro que los libere porque él no
es juez ni médico. Les pido a los que ejercen esas profesiones que dejen el
miedo y a actúen profesionalmente para liberar a estos 2 presos y a otros que están
también privados de libertad por razones que no tiene nada que ver con la
honesta administración de la justicia y el ejercicio de la profesión médica.
PD: Entiéndase que no pretendo
generalizar, aquí me refiero solo a ese grupito de la justicia penal que
contribuye a la condena de inocentes violando principios éticos de su profesión
por órdenes de “arriba”.
quiroscorradi@gmail.com