El martes 11 de octubre María Corina Machado tuvo tres actividades. En la mañana un desayuno con amigos. Al mediodía en Pro Patria la introducción de lo que será su Programa de Gobierno y en la noche fue invitada al programa “Aló Ciudadano”. Creo que no hay mejor preámbulo a lo que vendrá después que decir que María Corina agarró al rábano por las hojas. Que decidió que hay que perder el miedo. Que el país requiere que se le hable claro y sin concesiones. Que hay que asumir que los ciudadanos de este país no son la masa obediente y sin criterio propio en lo que este régimen pretende convertirlos. La apuesta de María Corina al atreverse a soñar un país distinto es que detrás de un aparente apoyo a una “revolución”, que ha fracasado en todos los frentes, están unos valores como el trabajo y unos principios como la honestidad esperando el estímulo adecuado para manifestarse.
Durante el programa “Aló Ciudadano” los periodistas le preguntaron si dentro de su oferta de “Capitalismo Popular” cabían las Misiones. Que el pueblo temía que un gobierno diferente le cerrara las ayudas y los subsidios que le da el régimen. María Corina, respondió palabras más, palabras menos, que la realidad económica social obligaba al Estado a subsidiar a la población más necesitada y que algunas Misiones aparentemente cumplían con esa obligación aunque su verdadera eficacia nunca había sido medida. En el fondo lo que María Corina desea es que la verdadera Misión Nacional sea que no haya necesidad de Misiones en un país donde todos tengan un empleo digno y bien remunerado. Un país donde la propiedad sea segura e intocable. Donde los más pobres puedan documentar su propiedad para que tenga un uso alterno. Algo como el sueño de Hernando de Soto quien demostró que la marginalidad tiene propiedades que de ser documentadas y convertidas en bienes transables tendrían un valor financiero infinitamente superior al que tienen hoy.
María Corina insiste en las virtudes de un capitalismo popular con énfasis en lo social, virtudes morales como la solidaridad y la honestidad. Afirma lo que todo el mundo debería saber: el comunismo fracasó donde quiera que se instaló. En la Unión Soviética. En los países del Este de Europa y en Cuba donde el régimen represivo de los hermanos Castro ha entrado, hace años, en una lenta agonía.
Los precandidatos de la MUD han firmado un documento donde se comprometen a un programa de gobierno con ciertas características gane quien gane. Esto no significa que cada candidato no tenga matices propios, es más, ya es hora de empezar a debatir esos matices. Los documentos que hasta ahora ha producido la MUD sobre economía y petróleo son lo suficientemente amplios como para permitir enfoques distintos. María Corina abrió el fuego al ofrecer un sistema capitalista popular de pleno empleo, un país de propietarios. Un en el cual el capital grande y pequeño, nacional y extranjero, no tengan miedo de invertir. Donde los buhoneros se conviertan en pequeños empresarios.
Ya tenemos pues una oferta diferente. Capitalismo popular. País de emprendedores. Defensor de la propiedad privada, del pequeño empresario pero también del grande, de la productividad y la competitividad. Así, con esa claridad y en esos términos. Hay que rescatar lo que Chávez ha querido convertir en malas palabras: capitalismo, propiedad privada, inversiones extranjeras, productividad y riqueza. María Corina ha introducido su programa de gobierno. Esperemos los próximos capítulos… y los debates.