domingo, 25 de marzo de 2012

EL HOMBRE QUIETO

De nuestros cuatro escenarios originales (25-02-12) se han eliminado dos: “El Milagro” (Operación exitosa. Tumor benigno) y “La hora del perdón” (Operación no exitosa. Desenlace fatal) Quedan dos escenarios: “Pura voluntad” (Operación exitosa. Tumor maligno) Chávez permanece como candidato, aunque bastante disminuido y “Que sea lo que Dios quiera” (Operación exitosa. Tumor maligno) Chávez muy enfermo pasa el testigo a un sucesor. Primera pregunta ¿La estrategia de la oposición será la misma ante ambas situaciones? Sin ánimo de predecir, supongamos que en el escenario “Que sea lo que Dios quiera” el candidato del oficialismo es Diosdado Cabello. ¿Quién es más peligroso para la oposición, Chávez disminuido o Cabello sano? Creo que Chávez. Veamos porque. 1. Chávez tiene el apoyo incuestionable del PSUV y sigue con alta popularidad. Cabello o cualquier otro, tendrá opositores dentro del oficialismo y no contara con el mismo apoyo popular. 2. Chávez hasta el último aliento va a contar con el apoyo, no despreciable, de los hermanos Castro y toda la parafernalia que eso significa. Cabello no estoy tan seguro. Por lo menos no contara con el mismo entusiasmo. 3. Chávez tiene 13 años como jefe de Estado y controla los poderes públicos y los dineros necesarios para montar una campaña costosa y eficiente ¿Tendrá Cabello el mismo poder? ¿Sera vicepresidente-candidato o solo lo segundo? En cualquier situación no podrá disponer de todos los apoyos que tendría Chávez (dinero, cadenas, movilizaciones) 4. Cabello no tiene, ni de lejos, el carisma de Chávez. ¿Podrá este transferirle su significativo caudal electoral? No lo creo. Los saltos de talanquera serán considerablemente mayores bajo Cabello que bajo Chávez aun disminuido. Lo anterior sugiere, como lo intuye todo el mundo, que Chávez enfermo será un candidato más formidable que Cabello sano (o que cualquier otro) Pero, y es un pero muy importante, eso no quiere decir que Capriles y la oposición deban tener dos estrategias muy diferentes en ambos casos. Puede ser que haya una variable que pudiera estar presente en un escenario y no en el otro. Me refiero a la posibilidad de que se llegue a una transición pacífica mediante la negociación en el caso de Cabello. Sin embargo, al mismo tiempo, para negociar una transición se requiere que la percepción de todo el oficialismo sea que el costo de la represión sea mayor que el de la negociación (Alarcón, dixit). No va a ser fácil poner a todo el oficialismo de acuerdo con alguien que no sea Chávez. Lo cual resulta en una paradoja: Chávez es un obstáculo para cualquier negociación pero, igualmente, pareciera difícil una negociación sin Chávez. Capriles parece estar abierto a una negociación con la tranquilidad de siempre. Todo lo demás hay que manejarlo como hasta ahora. Nuestro “hombre quieto” no debe caer en provocaciones. No debe responder a la violencia con más violencia y debe mantener toda conducta estrictamente dentro de las disposiciones de la Constitución vigente. Si Chávez abandona la presidencia, el vicepresidente se encargara, sea quien sea. No hay negociación. La fecha para la toma de posesión del nuevo presidente es enero 2013. No hay negociación. Huele a cambio y hasta pudiera no ser demasiado importante con quien compita Capriles. Mientras más se endurezca el oficialismo, mas saltos de talanquera y viajes al exterior habrá dentro de ellos. Remember LLovera Páez apurando a Pérez Jiménez “Vámonos Marcos, que el pescuezo no retoña”… y ¡esos dos si eran arrechos!