Hay que crear un gran Frente de oposición teniendo como núcleo a los partidos, con representantes de la sociedad civil. Este Frente no puede estar sólo en Caracas. Tiene que tener su propia cara en cada una de las regiones del país, organizándose por municipios y circunscripciones electorales para la Asamblea Nacional. No nos olvidemos que tanto las elecciones municipales como las parlamentarias, son eventos regionales, así la Asamblea sea de carácter nacional. Muchos hemos escrito sobre la necesidad de que los partidos se abran a la presencia de representantes de la sociedad civil. Pero no son sólo los partidos los que tienen que abrirse. La sociedad civil también tiene que estar dispuesta a facilitarles a los partidos el rol que deben desempeñar en una democracia. Los movimientos de la sociedad civil antipartidos, que los hay, tienen que deponer las armas y enlistarse en el Frente opositor nacional. Además, será importante aclarar que la sociedad civil no está exclusivamente conformada por la clase media de Caracas. Tiene representantes importantes en todo el país, en todas las clases sociales, en todos los sectores. Está en las universidades, en las escuelas, en los hospitales, en las organizaciones empresariales, en los sindicatos, en los colegios profesionales, en los consejos comunales y en los barrios.
Bien está que el movimiento “Todos Unidos” quiera presionar a los partidos para que participen en un gran Frente nacional y está bien que enseñe las garras. Pero si lo que pretende es secuestrar a la sociedad civil para convertir a sus allegados en un nuevo movimiento antipartido para imponer su estrategia electoral y descartar a los partidos como factores de decisión política, entonces, estarían reemplazando a un grupo excluyente por otro. Por eso, los ciudadanos nos preguntamos si “Todos Unidos” se acercó a la “Mesa Unitaria” para proponerle una declaración conjunta.
Lo que no se entiende es porqué los partidos, ante su debilidad actual, no toman la iniciativa de convocar a un nuevo Frente político en vez de demostrar indiferencia ante el clamor popular. ¿Será que no ven que lo que están es abriéndole espacios a movimientos antipartidos que muestran un rostro unitario pero que en el fondo pudieran estar buscando la creación, como hemos referido, de movimientos tan elitescos como los partidos de ayer y de hoy?
Los partidos tienen que tomar la iniciativa y demostrar amplitud, creando espacios donde todos quepan. Pero si se quedan como instituciones excluyentes, otros convocarán a la unidad y los dejaran como jarrones chinos. Y no se llamen a engaño ya hay movimientos que está en “eso”.
La sociedad civil no tiene las mismas caras en las diferentes regiones del país. En algunas sus representantes pueden ser el presidente de la Cámara de Comercio. En otros un sindicalista. O un activista político. O un dirigente comunitario. O el presbitero de la parroquia. Lo verdaderamente importante es saber identificar al líder del municipio y de la circunscripción electoral respectiva. Allí estarán los ganadores de las elecciones del 2010. Allí estará la labor de los partidos y de la sociedad civil para preseleccionar los precandidatos ganadores. Si los candidatos que se escojan ganan… todos ganamos.
Es crucial lo que está en juego: nada menos que la posibilidad de atajar las ambiciones absolutistas de un tirano en potencia.
Por último, hay que apuntar a lo grande. A ganar cientos de municipios y más de 100 diputados. Basta ya de conformarnos con pequeñas victorias que nos dejan desnudos de poder.