Nelson Rampersad ha escrito un trabajo: “Para una Nueva Mayoría por el Cambio” en el cual hace un análisis sobre los resultados electorales a partir de 1988, cumbre del bipartidismo (CAP y Eduardo Fernández totalizaron el 74% de los votos, “otros” sólo 7%, abstención 18%). A pesar de este resultado, en 1993 el electorado se atomizó y Caldera fue electo con apenas el 18% de los votos (Fermín 14%, Álvarez Paz 13%, otros 16% y la abstención subió a 39%) Esta doble señal fue ignorada por los partidos políticos. Primero, el bipartidismo estaba herido de muerte y por ende AD y COPEI ya no podían monopolizar el hecho político nacional. Segundo, la abstención se disparó lo cual indicaba que ya se estaba formando un núcleo importante de ciudadanos que no estaban dispuestos a seguir votando por el establishment político. Esta nueva tendencia provocó una polarización a tres, en las elecciones de 1998, con el triunfo de Chávez (33,36%). Salas (23,73%) y abstención (36,55%).
De un análisis muy profesional de las elecciones desde 1998 Rampersad concluye que: 1. Chávez es minoría en el país. 2. La abstención es antiChávez pero se niega a votar por la oposición actual. 3. Los nuevos electores en su mayoría votan por Chávez. 4. Dentro del chavismo hay un número importante de ciudadanos que no están de acuerdo con las políticas del régimen. Esto se puso en evidencia con los resultados de las elecciones para aprobar la reforma constitucional de 2007. En esta ocasión la abstención se elevó en 3.359.682 votantes para llegar a un total de 7.354.062 (46%). Los nuevos votantes (324.000) se van a la abstención y, por primera vez, no se suman a Chávez, pero la oposición sólo crece cerca de 200.000 votos (SI: 4.379.397. NO: 4.504.354. Abstención: 7.354.062). Lo importante en estos comicios es destacar una tendencia clara: Los votos que abandonan a Chávez no se suman a la oposición.
Después de las elecciones regionales (oficialismo, 32.93%. Oposición, 26.10% y abstención 39%) llegamos a las elecciones de la enmienda constitucional del 2009 para permitirle a Chávez la reelección indefinida. Allí el SI obtuvo 6.310.482 votos. El NO 5.193.839 y la abstención 4.941.439. En este proceso más de un millón de los 7.309.080 que votaron por Chávez en las últimas elecciones presidenciales (2006) no regresaron.
Las conclusiones más importantes de este recuento son: - Hay un profundo sentimiento de cambio. – Chávez a partir de las debilidades de los partidos fracturó a la sociedad y construyó una base política distinta. – Los resultados electorales demuestran un crecimiento de la abstención y un rechazo al “modo Chávez”. – Chávez es una figura inconveniente para el país. – La oposición se percibe como restauradora del viejo régimen. – Entre el chavismo y quienes se abstienen hay más de 3.000.000 de ciudadanos que no están de acuerdo con sus políticas. – Los mejores resultados obtenidos por la oposición han sido cuando se vota NO o SI.
Las acciones a tomar según Rampersad son: - Derrotar la polarización y la abstención. – Crecer en los nuevos electores y en el sector del chavismo que rechaza el proyecto oficial. – Definir un proyecto alternativo de país. - Ampliar las organizaciones políticas (incluyendo a la sociedad civil en sus deliberaciones). – Diseñar una tarjeta única. – Celebrar Primarias.
Las dos últimas recomendaciones están dirigidas a atraer a nuevos electores y abstencionistas dándoles la oportunidad de votar por una tarjeta diferente y elegir por la base a sus candidatos.
Ese es el debate que hay que dar entre todos. ¡YA!