domingo, 17 de abril de 2011

PROYECTO INTERNACIONAL

Una de las razones por las cuales algunos analistas dudan que Chávez entregue la presidencia, aun perdiendo las elecciones del 2012, es la naturaleza internacional de su proyecto político. No hay que llamarse a engaño, los tentáculos de la revolución tienen su origen en Cuba y sus objetivos extraterritoriales son los de Fidel Castro: una América Latina conteste con su pensamiento político. Esos gobiernos manipulan la Constitución a fin de perpetuarse en el poder porque cambiar las bases institucionales de la democracia representativa toma tiempo. El modelo son los 50 años de Fidel Castro en Cuba. Otro objetivo es el control del Estado sobre todas las instituciones, con un ataque frontal que permite adelantos y retrocesos en su estrategia pero sin regresar nunca al punto de partida. Esto es importante entenderlo, en el camino a la destrucción institucional no hay retrocesos reales, solo pausas para un nuevo impulso. No se reconocen errores solo se corrigen apresuramientos.
Dos elementos son críticos para esta destrucción: la educación y la propiedad privada. La educación que, gústenos o no, responde en todas las sociedades a una ideología dada, se somete al pensamiento del régimen. Para ello se pervierte la historia, se militariza al alumnado, se ideologiza a los maestros y se amenaza a los padres y representantes con declararlos enemigos del régimen. A la educación superior se le niega recursos a fin de debilitarla mientras se crea otro sistema paralelo masivo, sin selectividad para su ingreso y sin calidad, lo cual se vende como la “democratización” del sistema.
En la propiedad privada se ataca primero al sector productivo confiscando haciendas e industrias para crear empresas y fundos socialistas, cuyo producto, si lo hubiera, presuntamente se vendería a menores precios. El siguiente paso es el ataque a la propiedad personal: viviendas y pequeñas empresas familiares, con el argumento de que algunas personas tienen viviendas demasiados grandes que pueden albergar a otras familias. No estamos todavía allí, pero… El carácter internacional del proceso ha tenido ya algunos éxitos y se corre el riesgo que, de las recientes elecciones en Perú, surja un nuevo socio para la revolución incorporándose al bloque que incluye a Venezuela, Ecuador y Bolivia dejando sola a Colombia entre los países andinos-bolivarianos poseedor de una democracia real. En efecto, Ollanta Humala, a pesar de su nuevo discurso, es un peligro real para la democracia en la región. La señora Fujimori es un peligro de otra naturaleza. Pudiera tener también tendencias autocráticas por heredar los genes de su padre, pero no la veo como socia del proyecto cubano. Esperemos que entre estos dos el pueblo peruano elija al que representa el peligro menor para la región.
A este proyecto internacional hay que detenerlo dentro de cada país antes de que los vasos comunicantes de intereses entre ellos lleguen al punto de no retorno por lo mucho que tienen que perder. A los pueblos hay que explicarles los fundamentos de una estrategia política que se aprovecha de algunas deficiencias del sistema democrático para construir una autocracia dictatorial que nivela por abajo, elimina las libertades individuales, pervierte las mentes de sus hijos, convierte a cada ciudadano en un delator y que todos esos resultados negativos se hacen en nombre de una promesa de bienestar que no llega nunca y de un esfuerzo por eliminar la pobreza y la desigualdad que resulta en una perversa sumisión colectiva a los caprichos del dictador.