miércoles, 26 de diciembre de 2012

EL PETROLEO COMO INSTRUMENTO DE PROGRESO

Con este título, el acucioso Luis Roberto Rodríguez y su muy talentoso hijo Pedro Luis han escrito, a cuatros manos, un libro diferente en su enfoque y en sus recomendaciones. Está muy bien escrito con la virtud de hacer comprensible para cualquier lector avezado conceptos que bajo otro lenguaje serían de difícil comprensión.


No voy a reseñar todo su contenido. Lo que me propongo es despertar el interés de los ciudadanos para que lo lean. No se arrepentirán porque se le aclararán muchas de las dudas sobre lo que el petróleo ha significado para el desarrollo del país y lo que pudiera ser.

Describamos algunos de los temas tratados precedidos por un comentario mío sobre la propiedad del petróleo. Desde el Decreto del Libertador de 1829 sobre la propiedad de las minas asignándolas a la república pero con el derecho de los ciudadanos de obtenerlas en propiedad nunca ha estado claro quién es el dueño del petróleo. El sector político ha dicho que es del Estado y recientemente que es de los venezolanos. Hay, pues, que aclarar, de una buena vez, quienes son los propietarios. El libro recomienda un método para que sea, inequívocamente, de todos los venezolanos.

Los problemas que se identifican son: Volatilidad. Por años hemos sabido las dificultades de planificar para el desarrollo de una nación como Venezuela, monoproductora, de un recurso cuyos precios son de alta volatilidad. Como, por lo general, nuestros gobiernos han planificado para el corto plazo la volatilidad de los ingresos crea ciclos de abundancia y de escasez que imposibilitan la implementación de una política a largo plazo para la cual los ingresos anuales tienen que ser conocidos.

La discrecionalidad. En el uso que hace el gobierno del ingreso petrolero sin control adecuado o sin un sistema que establezca reglas del juego para el mismo está la semilla de la llamada “maldición de los recursos naturales”.

Regla de oro. Los gastos corrientes deben ser cubiertos por los ingresos no petroleros. Pero no por el fácil recurso de aumentar los impuestos. Lo que hay que incrementar es la productividad. La pobreza en Venezuela no es consecuencia de que algunos ricos hayan negado lo suyo a los pobres. Es resultado de una pérdida de productividad del venezolano que se ha incrementado en los últimos 30 años.

Fondo de los venezolanos. No lo vamos a describir en detalle pero es muy diferente a los fondos hasta ahora conocidos en el país. Básicamente, consiste en crear un fondo con todo el ingreso petrolero. Luego asignarle en cuentas personales de ahorro a cada ciudadano su parte alícuota (se resuelve el problema de la propiedad). Luego, el ciudadano paga impuesto sobre lo depositado, el Estado ahora depende de las contribuciones del ciudadano y no al revés donde éste es un rehén del Estado. (Se resuelve el problema de discrecionalidad). Un porcentaje del ingreso total se le asigna al presupuesto anual basado en el promedio de precios de los últimos cinco años. El balance se invierte en el exterior. (Se corrige la volatilidad y se evita el Mal Holandés) Por último, el ciudadano puede y debe destinar parte de su ingreso para comprar un seguro de salud moderno y para reforzar su jubilación.

Por supuesto, que estas recomendaciones y muchas otras deben debatirse abiertamente en búsqueda de un consenso político. Para lo cual hay que cambiar al gobierno actual y la mentalidad de muchos líderes de la oposición que aun no han entendido lo dicho por Einstein: “Locura es hacer lo mismo, una y otra y otra vez y esperar resultados diferentes”.