domingo, 28 de abril de 2013

LO QUE PUDO SER

Según las encuestas uno de los candidatos puntea por escaso margen. En las elecciones presidenciales de 2019 no se ha repetido la polarización entre dos candidaturas como en las del 2013.


Durante los últimos 6 años ha habido un reacomodo político. Algunos partidos de diversas ideologías se agruparon en dos grandes organizaciones. Una de centro izquierda y otra de centro derecha. El PSUV sigue activo aunque disminuido. Su candidato es el último en las encuestas.

Para el pueblo escoger un presidente por los próximos 6 años (2019-25) no será fácil. Dos candidatos tienen básicamente la misma oferta. El PSUV continua siendo el más radical, sin embargo ha moderado bastante. Esta campaña presidencial ha sido mucho más civilizada que la anterior. Las ofertas llegan con más claridad a los electores. En otras palabras, se ha bajado mucho el tono al “qué”, al “cómo” y al “con quién”.

Los primeros seis meses del período 2013-19 fueron muy difíciles. Todas las medidas económicas y sociales tomadas en esos meses empeoraron la situación del país. Los sindicatos reclamaban sus derechos a la contratación colectiva. Las universidades exigían un mayor presupuesto para atender las necesidades de todos sus miembros. Las empresas públicas y privadas amenazaban con no producir si no se diseñaba un sistema flexible para otorgar los dólares necesarios para aumentar el volumen de sus productos y atender la demanda nacional. La oposición hizo múltiples esfuerzos por establecer un diálogo con el régimen, sin éxito. El gobierno recién electo radicalizó aun más su gestión y a los 4 meses la oposición empezó a recoger las firmas necesarias para convocar a una Asamblea Constituyente, la cual 8 meses después, ganó por amplio margen. Bajo un nuevo gobierno lo más complejo fue reducir o eliminar las “ayudas” a otros países. Primero, hubo que revisar los términos y hasta la legalidad de algunos convenios. Hacer lo anterior y mucho más no fue cuestión de ideología sino de necesidad.

Pasados los dos primeros años y después de enormes dificultades para todos, el país disfruta de una relativa tranquilidad aunque el diseño de la Venezuela que pudiéramos ser no se logró por completo. La pobreza se ha reducido, las divisas son suficientes y el control de cambio y del precio, se eliminaron después de dos años. El bolívar se reevaluó hasta 8 bolívares por dólar y hay una sola tasa de cambio. La inflación se redujo al 9% y continúa su tendencia a la baja. Las relaciones con Cuba son cordiales aunque una de las ofertas para ganar la mayoría constituyente fue regresar a la normalidad diplomática con la isla y eliminar la presencia indebida de este país en Venezuela, lo cual fue uno de los acuerdos más difíciles. Ya Cuba no recibe un descuento en la venta del petróleo y este país ha entrado en la modernidad.

Siempre es bueno darle una mirada al pasado. En las elecciones presidenciales de 2013 muchos venezolanos creían que ganara quien ganara, Venezuela se dirigía a un desastre económico y social. No obstante, vista la positiva realidad del 2019 todos estaban equivocados. La necesidad y el fracaso eminente obligaron a la construcción de un nuevo escenario (la Constituyente) que, lo apremiante y delicado del momento (2013), no había permitido predecir.

PD: Se creó un nuevo holding petrolero “Petróleos Nacionales” (PN) que invierte en compañías mixtas. Hay una institución intermedia entre el Ministerio del Petróleo, PN y las empresas privadas nacionales y extranjeras. La producción es de 4,2 millones de barriles diarios.