En mi artículo anterior no mencioné lo inconveniente de atacar al CNE, acusándolo de parcializado, creando en el electorado la convicción de que vote como vote un fraude le daría el triunfo a Chávez. Eso estimularía la abstención lo cual favorecerá al oficialismo.
Por otra parte, tampoco podemos ignorar el descarado ventajismo de Chávez, el abuso de los recursos públicos, las amenazas a los servidores del Estado y la inclinación de la mayoría de los rectores del CNE hacia el oficialismo. ¿Qué hacer entonces? Ataquemos todo lo que de sesgado tiene el proceso electoral pero aclarando que tenemos instrumentos para neutralizar el ventajismo y que pese al abuso de poder del régimen, lo derrotaremos decisivamente en las elecciones de septiembre de 2010. Veamos cómo:
Lo imprescindible es contar ya con testigos entrenados y confiables en todas las mesas electorales. Algunos partidos políticos y ONG’s han alegado que en los últimos comicios la oposición tuvo testigos en todas las mesas, salvo las más alejadas de la periferia. Falso. Hubo mesas de parroquias caraqueñas donde no asistieron nuestros testigos. Peor aún, no se pudieron contabilizar todas las actas de votación porque en algunos estados ciertos partidos políticos se negaron a entregárselas a quienes estaban efectuando la sumatoria.
Hay que dar demostraciones fehacientes de que vamos a triunfar. Así lo señalan las encuestas. Así lo demuestra la calle. Así debe declararlo el liderazgo político en continuos mensajes positivos. El mejor antídoto contra el miedo que pudiera crearle las amenazas de Chávez a los empleados públicos es la certeza de que éste será derrotado y, en consecuencia, sus amenazas son letra muerta.
Para terminar con el liderazgo de Chávez se requieren dos acciones: una, recordarle a diario a los ciudadanos el fracaso de su gestión. Confrontarlo. No darle cuartel. La otra es presentarle a la ciudadanía opciones de gobierno. Planes concretos, ofertas creíbles que sustituyan a sus fracasos.
En el campo internacional hay hacerle seguimiento a las acusaciones contra el régimen como presunto cómplice de grupos terroristas. El caso de la FARC-ETA domiciliado en un tribunal español se hará formalmente público a diferencia del contenido de las computadoras de Reyes. Además, especialistas del Primer Mundo investigan las fortunas que en algún sitio del planeta, presuntamente, han depositado personeros del régimen, así como deberíamos investigar, en Venezuela, ciertas adquisiciones importantes por personas que no pueden justificar el origen de sus fondos.
Parte indisoluble de los actos terroristas y el lavado de dinero es el tráfico de drogas. Ya Venezuela esta señalada como uno de los países más importantes para su tránsito. Agréguese a lo anterior la caída de la producción petrolera. El aumento del consumo interno de gasolina y diesel, lo cual reduce nuestra capacidad exportadora. La crisis eléctrica, la escasez de agua potable, la falta de alimentos básicos en los estantes de los supermercados y tenemos que llegar a la conclusión de que el régimen ya es vulnerable por sus cuatro costados. Ya está derrotado. No puede cancelar el proceso electoral sin correr el peligro de una insurrección popular. No puede convocar a una Asamblea Constituyente porque también la perdería. No tiene otra opción que no sea la de ir a las elecciones de septiembre y perder. En cambio, por primera vez en muchos años, quien tiene todas las opciones para triunfar es la oposición.
No las perdamos por abulia o por ineficiencia.