Empecemos por el debate entre los precandidatos solo transmitido en Venezuela por Globovisión y CNN en español. Fue cubierto en España, Colombia y México. Llama la atención que los otros canales privados venezolanos se abstuvieran de transmitir lo que fue sin duda un evento muy noticioso. ¿Autocensura? ¿Miedo? La otra abstención fue VTV, el supuesto canal de todos los venezolanos. Tampoco podemos dejar de comentar el abuso de las cadenas en los momentos cuando la ciudadanía espera o escucha noticias del sector que no está de acuerdo con el régimen ya harto de oír la sarta de mentiras presentes en el verbo presidencial. El lunes 14 tuvo a la ciudadanía en ascuas hasta dos minutos antes de las 8pm, hora en que se iniciaba el debate. Luego, al día siguiente interrumpió una intervención de Ramón Guillermo Aveledo con otra cadena. Aunque algunos crean que no sirve de nada, creo que se debe protestar enérgicamente para que la ciudadanía se entere de que estos abusos tienen dolientes. No hay que acostumbrarse al juego sucio del presidente. Hay que no solo reaccionar sino condenar las violaciones al juego limpio que comete Chávez todos los días.
EL DEBATE: Empecemos por decir que todos los precandidatos respondieron a las expectativas razonables que se podían tener de un evento donde todos contestaban las mismas preguntas sin confrontar lo dicho por otro y limitados a un minuto. Hubo respeto al tiempo y a las posiciones de cada uno. No hubo intervenciones destempladas y se pudo contrastar el ambiente de seriedad y respeto del debate con lo que acabábamos de oír por boca presidencial.
Dicho esto permítanme algunos comentarios. J.V. Carrasquero al día siguiente hizo algunas brillantes observaciones sobre las intervenciones de cada uno. Sin embargo, voy a disentir de dos de ellas. Dijo que Pablo Pérez, que estuvo muy bien, debería ser más señorial y María Corina menos sobreactuada. Aun cuando su lectura fuese acertada, tanto Pablo como María Corina son así y creo que es más importante conocerlos como son y no que se comporten de manera artificial. Esto si sería actuación y los ciudadanos saben distinguir entre lo genuino y lo falso. Capriles dijo bien lo que tenía que decir y Leopoldo lució menos agresivo, en el buen sentido de la palabra, que de costumbre. Sin embargo, sus intervenciones fueron acertadas.
Debo destacar que en un debate donde es dable esperar que todos dijeran más o menos lo mismo, Arria y María Corina lograron introducir temas distintos. Diego, veterano como es, impactó a la audiencia con tres comentarios. Afirmó que aunque estaba de acuerdo con las recomendaciones de sus colegas quería señalar lo difícil que iba ser gobernar con las instituciones secuestradas por el chavismo, por la tanto había que convocar a una Asamblea Constituyente para desmontar a ese aparato. Que lamentaba la ausencia de Pablo Medina como la voz del sector obrero y que iba a demandar a Chávez ante el Tribunal Penal de La Haya. María Corina, por su parte, insistió en el capitalismo popular, en su intención de crear un país de emprendedores y propietarios además de convertir a los buhoneros en empresarios.
LA CAMPAÑA: De aquí en adelante los precandidatos tendrán la oportunidad de diferenciarse. Les recomiendo lo siguiente. Sigan comportándose como son. Expliquen cómo van a gobernar con las instituciones del Estado tomadas por el chavismo (la Asamblea Nacional se renovará en el 2015). Comenten cuál va a ser su política petrolera y cómo van a administrar y distribuir el ingreso petrolero.
¡A la orden!