Es hora de hacer una lectura seria sobre los últimos eventos promovidos por el oficialismo. Veamos, sin orden cronológico.
Chávez lleva ya meses anunciando conspiraciones, golpes y desordenes que serían promovidos por la oposición y un casi seguro desconocimiento de un triunfo electoral suyo acompañado de violencia. Acusa también a sus opositores de estar “calentándole la oreja” a oficiales de la Fuerza Armada para estimularlos a sacarlo del poder por la vía de las armas. Seguidamente y sin perder un paso en este baile siniestro varios generales declaran a voz en cuello que no reconocerán una derrota de Chávez y que el pueblo tampoco aceptará su salida del poder. Chávez ni critica ni castiga a quienes violan flagrantemente la Constitución, por el contrario los felicita y los promueve a cargos superiores.
Luego le declara la guerra a las universidades nacionales utilizando de manera obscena el poder judicial. Se impiden elecciones estudiantiles que, de celebrarse, el oficialismo perdería sin lugar a duda. Les niega recursos básicos. Felicita públicamente a un bachiller que insultó y vejó al claustro universitario y a las autoridades de la UCV. Decreta leyes para aplastar al sector privado y a la clase media como la ley de alquileres (que perjudica también a las clases de menos recursos) Se burla del sector productivo con la ley de costos y precios que es una aberración que solo un cerebro afiebrado en búsqueda de camorra puede concebir. Insulta a los empresarios. A los sindicalistas. Veja a una dama en pleno Consejo de Ministros y permite que le intervengan sus teléfonos y condona que ese depósito de basura que es el programa “La Hojilla” ponga al aire una conversación privada entre la misma dama y su señora madre.
Interrumpe con cadenas sin justificación algunos programas televisivos de alta audiencia, series deportivas, intervenciones de candidatos de la oposición. Insulta. Amenaza.
Utiliza su enfermedad como muleta para intentar recuperar el apoyo popular perdido. Inventa nuevas misiones y maneras de seguir despilfarrando el dinero de todos los venezolanos.
Se trae el oro de las reservas nacionales de un lugar seguro a donde puede disponer de él sin control alguno (remember Kadafi).
Endeuda más y más al país y quiere convertir al fondo chino en un barril sin fondo. Estima en el presupuesto nacional un barril de petróleo a $50, dejando en otro fondo sin fondo, otros $50, lo cual deja a su discreción $100 millones diarios en divisas (2 millones de barriles diarios de exportación x $50 por barril)
No contento con las milicias crea ahora un nuevo cuerpo armado fuera del mando regular de la Fuerza Armada con el claro propósito de terminar de minimizar a aquellos que no le han sido siempre incondicionales (la Guardia Nacional).
Cuando se revisan todas estas acciones uno no puede menos que pensar que el camino hacia las elecciones de octubre 2012 no será un sendero de rosas.
Por último, ¿Porqué fija Chávez las elecciones presidenciales para el mes de octubre? Algunos piensan que fue por razones de salud. No lo creo. Lo que Chávez quiere es tener tres meses entre octubre de 2012 y enero 2013 (fecha de entrega de su mandato) para una de dos: negociar su salida del gobierno y la de sus inmediatos seguidores sin problemas o terminar de destruir lo poco que quedará para que el próximo presidente se enfrente a un estado de ingobernabilidad.
Repito ¿qué busca Chávez? Respuesta: nada que nos permita confiar en su fibra democrática pues creo que busca lo que nos acusa a nosotros de querer hacer.